Sin un afán de ser especialista deportivo o cronista de fútbol, es más de hecho; yo se lo que es sufrir, he sido aficionado de Unión Laguna/Vaqueros por más de 25 años y gracias a Dios que en el béisbol no hay descenso, porque si no; ya hubiéramos caído en la división inferior varias veces.
Sin embargo, más allá de lo deportivo; lo que me preocupa del probable (ojalá y no sea así) descenso del Santos a la Primera División “A” del fútbol mexicano es la cantidad de dinero que dejaría de moverse en la región y peor aún; los empleos que dejarían de generarse.
Y es que más que fútbol, el Santos Laguna llegó a convertirse – y es sin duda alguna- un fenómeno social que dio identidad a una región de inmigrantes nacionales y extranjeros residentes en dos ciudades de apenas una centena de años de antigüedad cada una (sin menospreciar a Lerdo, desde luego) que –al carecer de una historia añeja y ancestral vieron en el equipo de fútbol un factor de identificación.
Y es que después del titánico esfuerzo que hizo la familia Necochea por traer y después mantener un equipo de fútbol de Primera División en Torreón/La Laguna vino el despunte al ser la franquicia adquirida por Grupo Modelo que vio en el Santos, la posibilidad de –por fin- posicionar en definitiva a la cerveza Corona en la Comarca Laguna y desbancar del liderato en ventas regional que durante décadas ocupó la Carta Blanca; de paso; Modelo logró que hoy en día, la cerveza Corona se vea como a una cerveza que se hace en Torreón (que ya venía fabricándose desde hace treinta años atrás de la llegada del Santos) pero que no se había encontrado en vehículo mercadológico para posicionar a la marca.
La compra del Santos no vino sola; también se adquirió al Estadio Moctezuma (hoy Estadio Corona) que había sido construido por dn. Juan Abusaid para que jugará su equipo, Diablos Blancos de Torreón; en los tiempos (setentas) en que Torreón (con menos de 250,000 habitantes) tenía dos equipos de fútbol en Primera División (el Laguna y el Diablos Blancos) pero con la diferencia de que ambas directivas (Laguna y Torreón) eran conformadas por empresarios locales (contaban presupuestos muy reducidos) y tampoco tenían el apoyo de las cadenas de televisión nacionales que en aquellos años, básicamente era Televisa -no existía TV Azteca, sólo en Canal 13 y era del Gobierno- y la empresa estaba abocada a posicionar al América; por lo que todos los domingos a las doce del día teníamos que soportar los gritos de Ángel Fernández y las alabanzas al club americanista. Si hubiera habido dos o tres cadenas de televisión en los setentas; probablemente, muy probablemente, el Laguna y/o el Diablos Blancos hubieran salido a flote de sus problemas económicos.
A partir de la propiedad de Grupo Modelo, vino el repunte; el Santos (con alto presupuesto) invirtió fuerte en jugadores y desarrollo estrategias de marketing para vender publicidad; que aquí hay que diferenciar que el negocio de un equipo de fútbol no está precisamente en la taquilla; sino en la publicidad que el equipo venda ayudado desde luego por el gran escaparate que brinda la transmisión televisiva a nivel nacional. De paso diré que México, es el único país del mundo en donde todos, y lo digo otra vez, todos; los partidos de fútbol se televisan a nivel nacional. Por ejemplo en España, Inglaterra, Italia o Francia; sólo se transmiten por televisión dos o tres encuentros relevantes o en Estados Unidos; los encuentros de fútbol americano pueden verse en coberturas regionales o en el béisbol de EEUU sucede lo mismo; sólo dos o tres juegos por semana llegan a verse en todo el país; si un aficionado desea ver un juego en particular que no se transmite en la región dónde él radica, tendría que pagar a una empresa de cable o televisión satelital para poder disfrutarlo. Sin embargo aquí en México, Televisa y TV Azteca nos surten de todos los partidos en vivo, haciendo que nos “chutemos”, a veces, un Jaguares vs. Tecos o un Veracruz vs. Atlante. Lo mismo han de pensar los chilangos cuando la televisión les receta un Santos vs. Necaxa.
Hoy en día, el Santos y Grupo Modelo; ya posicionaron fuertemente su marca de cerveza (hasta subliminalmente, ¿Se ha fijado que el escudo del Santos es casi el mismo que el de la Cerveza Corona?) tan posicionada estaba que hace más de dos años y sin decir “agua va”, el grupo cervecero quiso deshacerse del equipo vendiéndolo a quién resultó un “pájaro de cuenta”: Carlos Ahumada, él cuál no les pagó y hubo que recuperar al club en contra de la política corporativa de Modelo de deshacerse de activos no relacionados con la función sustantiva empresarial de producir/vender cerveza. De hecho ya al Club Toluca lo habían desincorporado cuando uno de los vicepresidentes de Grupo Modelo; Valentín Diez Morodo; compró en su totalidad al club como propiedad personal sin que esto alejara el patrocinio de las marcas Corona o Victoria; algo así quería hacer la cervecería con el Santos al venderlo a Ahumada, no les resultó.
Para éste torneo; la prioridad de Grupo Modelo fue salvar al equipo del descenso y proteger el valor de la franquicia (si un equipo desciende, el valor de la franquicia se deprecia) por lo que decidió armarlo con cinco jugadores caros con sueldos que muchos aficionados quizás no ganarán en toda una vida. La publicidad en uniformes, móvil en el estadio y derechos de televisión se vendieron muy bien, de hecho la expectativa de ese “equipazo” hizo que los medios de comunicación locales (sobre todo televisión y radio) vieran cómo sus producciones con programas de comentarios y “sesudos” análisis tuvieran sendos patrocinios. Porque eso sí, hablar del Santos en tele o radio; aunque no sepas mucho, vende y vende muy bien. La directiva del club, con base en Torreón -que en realidad son empleados de una empresa más de Modelo, las decisiones importantes se toman en las oficinas corporativas del Grupo- anunció que sostendría al mismo entrenador. El tiempo es corto, sólo cuatro meses- para salvar al equipo; y el equipo no ganó. Hoy está a punto de hundirse. Si se salva, será por que ganaron su último partido y su rival de descenso pierde; si desciende el Club; será responsabilidad de sus dueños, que no vieron que es de sabios equivocarse y en éste caso no era un proyecto a largo plazo el Santos, sino que se necesitaban resultados inmediatos y no hicieron los cambios directivos en su momento. Ojalá y el Santos se salve; por el bien de la afición y su cariño a un símbolo de identidad regional, porque si no se acaba la cobertura televisiva nacional y por el bien del negocio publicitario local que sin duda alguna lo resentirá severamente.
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