Si usted ha tenido la oportunidad de ir de compras a alguna ciudad fronteriza de EEUU con México; ejemplo Laredo, El Paso, Eagle Pass, McAllen, Brownsville, Presidio o San Diego; habrá encontrado que hoy en día una práctica común es que los diferentes comercios y negocios acepten pesos mexicanos con toda facilidad al mismo tiempo que dólares americanos. De hecho la práctica de los negocios fronterizos del lado de los Estados Unidos de aceptar pesos ha sido muy común en las últimas décadas y sólo se había visto afectada por variaciones muy abruptas de la economía mexicana, es decir al final de cada sexenio en tiempos de las administraciones priistas.
Lo también normal era que ya internándose en territorio norteamericano, es decir más allá de la franja fronteriza, el peso mexicano se convertía en una moneda sin valor alguno para cualquier comercio norteamericano. Pues déjeme decirle que hoy en día eso ya no es así, sobre todo en estados de EEUU con fuerte presencia de inmigrantes como Texas, California, Nuevo México, Arizona, Florida, Illinois o Nueva York. Y es que cada vez más tiendas en las áreas urbanas de Dallas/Ft. Worth, Nueva York, Chicago o Miami publicitan –además de sus ofertas- que aceptan mexicanos en la compra de sus artículos; quizás la cotización sea cara; alrededor de $12.00 pesos por dólar, ya que el negocio no sólo está en vender sino en ganar también con la conversión cambiaria a dólares. Se estima que las tiendas que aceptan pesos al interior de los EEUU ganan entre un 3% y un 5% por intermediación cambiaria pero por otra parte, las ventas efectuadas en pesos representan hasta el 30% de sus ventas totales y en algunos casos la política de aceptar pesos, les ha representando un incremento en ventas entre un 10% hasta un 35% en los últimos dos años.
Los mejores ejemplos son Wal-Mart, Pizza Patrón, algunos franquiciatarios de gasolineras Chevron, McDonald´s, HEB, JC Penney, Lubby´s entre otras.
De hecho, en los mismos Estados Unidos ha habido quienes han criticado esta forma de promover el comercio argumentando que esta práctica promueve la inmigración ilegal y resquebraja la fortaleza del dólar; sin embargo para el Departamento del Tesoro norteamericano las divisas internacionales son una forma legal de pago en los Estados Unidos.
Por otra parte, ha sido tan débil la posición del dólar frente a otras monedas, incluido el peso, que los comercios han entendido que quienes ahorran en pesos, gastan en pesos y viven con pesos; pueden ser un mercado altamente atractivo. A esto me refiero, no sólo a los inmigrantes sino a la clase media mexicana que puede ver como opción vacacionar e ir de shopping en Estados Unidos sin necesidad de convertir sus pesos a dólares o quienes viajan y llevan tanto dólares como pesos, se les terminan los dólares y en lugar de ir a un banco, pueden seguir gastando en pesos.
Definitivamente ya no sólo el mercado inmigrante está en la mira de los comercios norteamericanos, también lo está el mercado clase mediero mexicano.
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