El Siglo de Torreón
COMARCA LAGUNERA.- José Refugio “Cuate” Rojas, manager del púgil gomezpalatino Carlos “Macho” García, quien fuera recientemente operado debido a un coágulo en el cerebro, destinará sólo su porcentaje de ganancias de la contienda disputada por su pupilo el pasado viernes, y adelantó que en las próximas semanas realizará una función de box en beneficio de su peleador.
Lo anterior fue informado por el propio representante del ex campeón nacional de peso pluma en conferencia de prensa vía telefónica desde su residencia en San José, California, en la cual señaló que no evadirá su responsabilidad, aunque dijo que en estos momentos no aportará recursos económicos.
Comentó que en ningún momento el promotor de la pasada función “Tiempo de Venganza”, Eduardo Gánem Pérez, se ha comunicado con él, tal como lo hizo antes de la pelea, a sus teléfonos en Estados Unidos, ya que al encontrarse en el vecino país del Norte el celular activado en la Comarca Lagunera no tiene efecto en la Unión Americana.
“La responsabilidad la tiene Gánem como empresario, yo no me estoy haciendo fuera de la razón ni de nada, el peleador está muy bien atendido en el mejor hospital de la región, lo que el promotor quiere es que yo le ayude con los gastos y eso no me toca a mí, no voy a apoyar a la empresa, sino a Carlos”.
Rojas aseveró que la bolsa pagada a García es de 18 mil pesos, de lo cual el 30 por ciento le corresponde a él, es decir cinco mil 400 pesos, que es el monto que donará a su boxeador, aunque los gastos del “Macho” en el nosocomio ascienden hasta el momento a 100 mil pesos.
El “Cuate” no firmó el contrato con la empresa G-O Deportes y Espectáculos AC, sino que lo hizo el propio García, pero aceptó el duelo, ya que además de haber percibido el púgil el adelanto de cinco mil pesos por parte de la promotora, subió a la esquina durante la contienda en el Auditorio Municipal y aceptó su porcentaje de la bolsa.
Pero el manager olvidó algunos detalles del actual contrato que lo une con el púgil desde el pasado 30 de mayo de 2003, el cual tiene vigencia por espacio de cinco años, como lo es la segunda cláusula en el inciso (e), el cual estipula lo siguiente:
“El representante queda obligado a ministrarle los servicios médicos y medicamentos que le sean necesarios para restablecer su salud, cuando se encuentre enfermo o lesionado a causa de algún accidente que haya sufrido durante el desarrollo de alguna pelea o en los entrenamientos precisamente”.
A lo que el “Cuate” contestó con la quinta cláusula en la cual advierte: “En virtud de este contrato, el representante queda facultado para desconocer cualquier convenio o contrato, verbal o escrito, que en lo personal celebre el boxeador. Consecuentemente el representante puede gestionar la suspensión de cualquier pelea o exhibición que vaya a sostener el boxeador cuando no se haya contado con su consentimiento previo para que se celebre el evento”.
Además se refirió al inciso (a) del tercer punto, el cual señala que “el boxeador queda obligado a no concertar peleas en lo personal con ningún particular o representante de alguna empresa de box, si antes no cuenta con el debido consentimiento de su representante”.
Esto es cierto, ya que “Cuco” no estampó su rúbrica, pero ¿por qué dejó el “Cuate” subir al ring y pelear al “Macho”? ¿Por qué argumenta que su porcentaje lo donará si no firmó el contrato? ¿Por qué gastar siete mil pesos de avión para venir desde San José en viaje redondo?.
Incluso el contrato de la pelea es claro en su décimo punto: “La empresa no se hace responsable por cualquier daño de índole físico o mental que sufra el boxeador durante el transcurso de la pelea o a consecuencia de la misma”.
El “Cuate” agregó que la pelea la aceptó porque el “Macho” ya había cobrado el anticipo sin su consentimiento, y como represalia no dejó combatir a sus otros púgiles, como son Perla “Potranquita” Hernández, Antonio “Máquina” Sánchez y Gerardo Piñón, aunque los indemnizó debido a la preparación que llevaron a cabo y no se termine su sueño de triunfar en el deporte de las narices chatas.
“Necesitamos que en primera instancia Carlos esté bien, sé que está bien atendido, yo en su momento voy a hacer una función a beneficio del ‘Macho’, porque él es el afectado, yo lo voy a ayudar porque la empresa se lavó las manos”.
Durante la contienda ante el regiomontano Fernando “Torito” Torres, el “Macho” sucumbió en el noveno round, contando en su esquina con el manager Refugio “Cuate” Rojas y Jorge “Mapimí” Rodríguez, quien llevó su preparación, porque la relación entre el boxeador con el “Cuate” ya estaba desgastada, pero hay un contrato que expira el 30 de mayo de 2008.
Hay quien señala que debieron parar la contienda instantes antes, ya sea por parte de su esquina o del réferi José Cruz Badillo, pero lo cierto es que Carlos, quien ya salió de terapia intensiva, sigue en plena recuperación de la intervención a la cual fue sometido de emergencia el pasado sábado por la madrugada.
El púgil estaba a punto de cumplir la suspensión de 90 días que tenía debido a que venía de tres derrotas por nocaut de manera consecutiva, autorizando la Comisión de Box Profesional de Gómez Palacio, a través de su titular Ignacio Guzmán Cuéllar, a que pudiera pelear, al aprobar los exámenes médicos a los cuales fue sometido en esta ciudad duranguense por parte del galeno Jesús Peralta, donde tiene su licencia expedida.
El pase de salida que le fue entregado el pasado miércoles, no lo notificó a la Comisión de Box de Torreón, dejándolo subir al cuadrilátero sin el documento que lo avalaba, sin percatarse el representante Ramón Luján Meneses de dicha situación, así como de la firma del púgil en el contrato en lugar del manager.
Desde 2003, en sus derrotas con Roberto Mares y en la encarnizada contienda que sostuvo con el acuñense Julio “Babe Face” García, el “Macho” ha tenido arduas peleas, y la mayoría de ellas han llegado al límite, por lo que es considerado un púgil fajador y un guerrero sobre el ring.
