La idea del alcalde de Zakopane, Janusz Majcher, de modificar el escudo de armas de la ciudad para incluir la figura del finado Papa Juan Pablo II, ha provocado una polémica en esta localidad del sur de Polonia.
“El escudo de armas de una ciudad recuerda los eventos más importantes de su historia y el fundamental en Zakopane tuvo lugar en 1997, cuando Juan Pablo II nos visitó”, dicen los defensores de la propuesta de Majcher, devoto católico.
Su propósito es sustituir el actual escudo, en el que aparece una cruz flanqueada por dos llaves doradas, por otro en el que se represente la visita del Papa polaco hace diez años.
La Oposición calificó la idea del alcalde conservador de “escandalosa”, mientras que Majcher dice que se han malinterpretado sus intenciones, ya que él sólo pretende incluir modificaciones en el escudo de la ciudad para recordar la visita papal.
“La decisión del alcalde es completamente inapropiada”, indicó el ex alcalde de la localidad Krzysztof Owczarek, quien se sumó a las críticas del resto de la Oposición.
Por su parte, los defensores del cambio alegan que la visita del fallecido Papa es un “recuerdo santo para la ciudad y lo más importante que ha sucedido nunca en Zakopane”, por lo que debería tener presencia en la heráldica local.
Karol Wojtyla fue un gran enamorado de Zakopane, un municipio de unos 30 mil habitantes situado en las montañas del sur de Polonia, donde cada año acuden miles de turistas atraídos por la belleza de sus paisajes y la posibilidad de practicar deportes de invierno.
LLAMA BENEDICTO XVI A COMBATIR EL HAMBRE
El Papa Benedicto XVI dijo ayer que los obstáculos para acabar con el hambre en el mundo deberían servir de motivación que lleve a “redoblar los esfuerzos” para proporcionar a cada persona “su pan cotidiano”.
El Papa recibió en audiencia a los participantes en la 34 conferencia de la Organización de Naciones Unidas para a la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La paz, la prosperidad y el respeto de los Derechos Humanos “están inseparablemente unidos. Ha llegado el momento de asegurar, por el bien de la paz, que ningún hombre, mujer o niño vuelva a pasar hambre”, señaló.
Benedicto XVI indicó que resolver el problema del hambre y la malnutrición requiere, ante todo, de “un auténtico espíritu de cooperación uniendo a todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.
“Los conflictos armados, los brotes de enfermedad, las adversas condiciones atmosféricas y medioambientales, y los desplazamientos masivos y forzosos de personas” son obstáculos que “deberían servir de motivación para redoblar nuestros esfuerzos para proporcionar a cada persona su pan cotidiano”.