Ayer se llevó a cabo la marcha “Adopta un inmigrante” en Los Ángeles, California, formada principalmente por niños, para exigir que se ponga fin a las deportaciones de sus padres indocumentados. (Notimex)
Marchan cientos de infantes en EU para pedir que se frene la deportación de indocumentados.
En estremecedora y emotiva marcha-mitin, más de un millar de niños demandó ayer en Los ángeles alto a redadas y deportaciones y evitar que sean separados de sus padres por las autoridades de Migración.
En la Placita Olvera, el lugar en donde fue fundada la ciudad de Los Ángeles hace más de 150 años, esta vez fue cimbrada por cientos de niños nacidos en ese país, que clamaron a las autoridades que no los separen de sus padres.
Antes de comenzar la marcha, en el altar de la Virgen de Guadalupe, los manifestantes, en su mayoría niños y algunos acompañados de sus padres, asistieron a una misa ofrecida por sacerdotes de la iglesia de la Placita.
Los religiosos Richard Estrada, Luis Nieto y Gabriel Ruiz rezaron “por que nuestras familias no sean separadas y por que Dios toque el corazón del presidente (George W. Bush) y de congresistas para que aprueben una reforma migratoria amplia y justa”.
El padre Nieto hizo que todos los niños levantaran una mano al cielo y que repitieran con él la frase de “Señor Dios aquí estamos para exigir nuestros derechos y te pedimos que bendigas a nuestros padres”, para terminar con un ¡Sí se puede!
El padre Richard Estrada afirmó que “el miedo a las redadas, pobreza y deportaciones de padres inmigrantes está ocasionando inestabilidad y terror a los inocentes niños”. Acto seguido, los niños portando una enorme manta en la que dejaron plasmadas decenas de huellas de sus manitas iniciaron la marcha que tuvo un recorrido de unos 500 metros y terminó frente al edificio federal de Los Ángeles.
Entre los contingentes que portaron una enorme bandera de las barras y las estrellas se leían carteles como: “No se lleven a mis padres”; “Libertad y justicia para los niños” y “Alto. No rompan corazones de las familias”.
Judith Morelia, una niña de nueve años portaba una que decía “Bush los niños de EU necesitamos ser escuchados” y contó que desde hace cuatro años su madre fue deportada por no tener papeles y se tuvo que quedar aquí con una tía.
MASIVA PETICIÓN
Llamó la atención que todos los niños portaban playeras blancas con la leyenda “Legaliza a mis padres”. Una de ellas Daniela Chávez, de nueve años, contó que vino para darle confianza a su madre indocumentada que tiene miedo y no quiere salir a la calle.
“Vine porque trato de darle fuerza a mi mamá. Pero a veces me contagia su miedo y tengo pesadillas de que la Policía se la lleva, pero ya no quiero vivir espantada quiero que me dejen tener aquí a mi mamá”, agregó.
Entre el contingente se vieron casi cien danzantes aztecas que previo al inicio de la marcha efectuaron un ritual prehispánico con incienso y tambores, invocando a dioses prehispánicos por la legalización. Javier Rodríguez, el dirigente de la coalición 25 de Marzo, que ayer cumplió su séptimo día en huelga de hambre a un costado de la Placita junto a otros diez activistas, se dijo conmovido por este evento.
“Esta marcha de los niños es una dramatización de la problemática que enfrentan más de 600 mil mujeres en este país con más de tres millones de niños en esa misma situación de zozobra e incertidumbre”, manifestó.
“Estos niños necesitan una reforma migratoria justa que no sea procorporativa que los haga esperar a sus padres 15 años para esperar su residencia y que si pierden el trabajo por 60 días en ese proceso pierden el derecho a emigrar”, dijo.
“Este es mi séptimo día de huelga de hambre y al ver tantos niños marchando me siento con espíritu mucho más fuerte que antes que empezara”, reconoció.
“El dolor que he sentido durante la huelga de hambre no se compara con el que tienen miles de indocumentados cuando deciden abandonar a sus familias y cuando cruzan el desierto con climas extremos para llegar aquí”, comparó.
“Los niños nos han abierto un camino, un impulso tremendo y enorme para nuestras acciones de marchas y el boicot anunciadas para el primero de mayo”, aseguró.
QUE CESE INTIMIDACIÓN
Por separado, Dolores Huerta, la veterana activista y cofundadora del más grande sindicato campesino en Estados Unidos, urgió que cese la violencia, intimidación y terror que se está causando a cientos de miles de niños en este país.
“Esta marcha debe tocar las entrañas de los congresistas porque esta violencia está causando daño emocional a los niños cuando ven que deportan a sus padres. Los niños son ciudadanos y necesitan de una legalización”.
Gustavo Santiago, presidente de Federaciones y Organizaciones Mexicanas Unidas de Estados Unidos (FOMUSA) declaró que la marcha de los niños “es un mensaje sublime protagonizado por el futuro de este país”.
“Este futuro marchó hoy para mostrarle a Estados Unidos que los niños están en peligro de que los separen de sus padres y apelan a conciencias de congresistas y a Bush a entender que es momento de la reforma migratoria”, añadió. El también dirigente de la federación de oaxaqueños en California apuntó “Si Estados Unidos quiere ser congruente es momento para hacer una reforma migratoria que no tenga límites políticos ni fronteras humanas”.
“En Estados Unidos si maltratas a tu hijo, eres castigado, te lo quitan y hasta lo envían a una casa de crianza, pero qué va a pasar con estos señores si no aprueban una reforma que dañe al futuro de esta nación”, concluyó.
Ocasiona militarización de frontera violaciones de derechos humanos
Una agrupación estadounidense concluyó que las violaciones de derechos humanos en la frontera con México se han generalizado como resultado de lo que llamó la militarización de la franja de unos dos mil kilómetros.
La determinación de la Coalición Negra Para una Migración Justa (BAJI por sus siglas en inglés) derivaron de la visita investigadora de tres días en la frontera de Tucson, Arizona, por parte de una delegación de 14 representantes del grupo, la que concluyó ayer.
“Hemos encontrado significativa evidencia de que existen violaciones generalizadas causadas por la militarización de Estados Unidos en la frontera y los controles de migración”, dijo Gerald Leonor, coordinador de la BAJI.
Entre éstas citó un aumento en las muertes de indocumentados en el desierto de Arizona.
El Gobierno ha reconocido que el año pasado las muertes en la frontera se duplicaron desde 1995, alcanzando más de 400 en 2006, de acuerdo a un reporte preparado para el Congreso por la Oficina del Inspector General (GAO).
Leonor denunció que las políticas de controles han tenido un severo impacto en los inmigrantes hispanos y eso lo refleja el creciente número de incidentes de abusos en su contra.
“Estas políticas constituyen un ataque racista contra los más vulnerables miembros de la sociedad: inmigrantes de color”, apuntó el dirigente en un comunicado difundido ayer por la Red Nacional Para Derechos de Refugiados e Inmigrantes (NNIRR).
Arnoldo García, vocero de la NNIRR dijo que la delegación trabaja ahora en la elaboración de un reporte que será entregado a varias entidades internacionales, entre ellos la Oficina del Alto Comisionado Para Refugiados de la ONU.