RBD hace llorar a gente de Quito
Notimex
Quito, ECUADOR.- Un delirio que llegó hasta las lágrimas provocó el grupo musical mexicano RBD, en su presentación del sábado en Quito, la segunda de su gira por Ecuador.
Cariño Mío, de su más reciente producción, fue la escogida por los jóvenes artistas para abrir su concierto en el Coliseo Rumiñahui, que casi llenó sus 18 mil localidades.
Los asistentes desataron su euforia cuando los mexicanos interpretaron Ser o Parecer, canción que es una de las más populares en la radio ecuatoriana. Miles de fanáticos corearon las canciones de sus ídolos, quienes ejecutaban coreografías sensuales, al tiempo que se desarrollaban vistosos juegos pirotécnicos.
En un popurrí de éxitos, los mexicanos interpretaron Sólo Quédate En Silencio, Enséñame, Un Poco De Tu Amor y Otro Día Que Va, canciones de su primera producción discográfica. A pesar de la impuntualidad y la desorganización del espectáculo, fanáticos de entre 10 y 18 años lograron entregar obsequios y cartas a sus ídolos, que interactuaron en varias ocasiones con el público quiteño.
Anahí, una de las tres integrantes del sexteto, interpretó la balada de su nuevo disco Algún Día, con una camiseta de la selección de futbol de Ecuador, por lo que fue ovacionada por los presentes.
La agrupación cantó varios temas en inglés y en el popular ritmo de reggeaton, por lo que los miles de espectadores se mantuvieron de pie durante todo el espectáculo.
Christopher Uckerman logró desatar gritos y lágrimas cuando mostró sus habilidades en la batería, mientras Dulce María, acompañada por su guitarra, interpretó su éxito No Pares.
Antes de despedirse, los jóvenes cantantes agradecieron a sus admiradores de Quito por su apoyo incondicional y aseguraron llevar a Ecuador en su corazón.
El concierto, que empezó con hora y media de retraso, se inició con la presentación del también mexicano Diego, que igualmente hizo vibrar a sus fanáticas con su éxito Responde.
El joven, de apenas 16 años, fue ovacionado por el público cuando apareció en el escenario con la camiseta de la selección ecuatoriana de futbol.
La nota destacada del público lo puso Diego Larrea, un niño de 12 años, del populoso sector sur de Quito, quien logró colarse hasta al palco de prensa, para estar más cerca del grupo y entregar a Anahí un oso de peluche y una carta.
El niño, que asistía por primera vez a un espectáculo, estaba solo, porque su padre no tenía dinero para adquirir su boleto y así acompañarlo a disfrutar del regalo que le había pagado su madre -una inmigrante en Estados Unidos- por su cumpleaños.
El menor, al que protegieron los periodistas cuando la policía intentó sacarlo del lugar, mostró una gran emoción cuando pudo acercarse a Anahí.
