Realizan vía crucis en Matamoros ante decenas de personas
EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- La hora señalada llegó. Decenas de fieles esperaban impacientes el inicio del vía crucis en la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio. Sergio, quien a sus 18 años, representaría a Jesús por primera vez, se le veía feliz por hacerlo pese al cansancio, sed y los golpes de sus compañeros, quienes personificaron a los soldados romanos. El contingente logró alcanzar una cifra superior a las 200 personas, en el punto de inicio, justo en la esquina de la avenida Cuauhtémoc y Guerrero. Conforme la representación de la pasión de Cristo, en la cual participaron más de 70 actores, avanzaba, decenas de familias se unían a aquel mar de personas que invadían las principales calles de la ciudad. Oraciones, suspiros y llanto, podía escucharse entre la gente, quienes seguían a cada paso a Sergio, quien vestía una túnica blanca, su corana de espinas y una pesada cruz de madera. Los azotes hacían romper el llanto de las mujeres y de algunos hombres, mientras que el joven de apenas 18 años, cerraba sus ojos y elevaba su mirada al cielo. A pesar del calor y la distancia, todos continuaban con su camino a un mismo ritmo. Como fue el caso de Eva Aguiñaga Guerra, quien a sus 80 años, seguía a aquel contingente, el cual poco a poco se fue haciendo enorme, hasta alcanzar las aproximadamente 500 personas. Tras recorrer las principales calles y avenidas, la personificación de Cristo, los dos ladrones, los soldados y demás, arribaron a los Arenales, lugar donde se llevaría a cabo la crucifixión. Han pasado más de dos horas. Los presentes son testigos de la crucifixión y muerte de Cristo personificado, por primera vez, por Sergio Mata, un estudiante y trabajador, fiel a la religión católica. Un fuerte suspiro se deja escuchar por parte de aquella multitud que rodea las tres cruces, luego de que el personaje de Cristo deja caer su rostro en señal que ha muerto. Mientras algunos esperan hasta el final, otros se dirigen a casa tranquilos y pensativos.
