EFE
SYDNEY, AUSTRALIA.- Centenares de miles de personas disfrutaron un espectáculo de juegos pirotécnicos por fin de año en el puerto de Sydney, mientras otros miles en Japón escalaban el Monte Fuji para recibir la primera alborada de 2007.
En Nueva York, miles de jubilosos festejantes comenzaron a llegar al distrito teatral y comercial Times Square para recibir el Año Nuevo con música, ostentación y celebridades.
En contraste, las autoridades tailandesas cancelaron la principal celebración de fin de año en Bangkok luego que la explosión de varias bombas dejase dos muertos y más de 20 heridos en la capital.
Sydney, una de las primeras grandes ciudades del mundo que ve el despertar de cada año nuevo, tuvo una presentación preliminar de fuegos artificiales para niños a las nueve de la noche, que precede a la función principal de la medianoche.
Pero en Tailandia, las autoridades cancelaron la mayor celebración en Bangkok a causa de los ataques dinamiteros.
Miles de personas que se habían congregado en el centro comercial Central World Plaza para las festividades fueron enviados a casa.
En India, la Policía arrestó a dos presuntos extremistas islámicos a un kilómetro del lugar de las principales celebraciones públicas de fin de año en Nueva Delhi, dijo un reporte que citó fuentes policiales.
En Filipinas -donde muchos creen que celebraciones ruidosas de Año Nuevo alejan maleficios y mala suerte- la Policía amenazó con arrestar a cualquiera que emplease petardos grandes.
Pese a la advertencia, 284 personas resultaron heridas por petardos y disparos de celebración en las dos semanas previas, un incremento de 75 por ciento respecto al año pasado, dijo el secretario de Salud Francisco Duque.
En Japón se prevé que millones de personas pasen la tarde frente a los televisores para presenciar un torneo de fuerza que en los últimos años ha ganado presencia en la programación de la Noche Vieja.
La Agencia de la Policía Nacional de Japón dijo que anticipa la presencia de casi 95 millones de visitantes en los principales templos budistas y santuarios Shinto durante los tres primeros días del nuevo año. Las personas suelen asistir para orar en busca de la paz, la salud y la prosperidad en uno de los pocos ritos religiosos en los que suele participar la mayoría de los japoneses.
Numerosos templos invitan a las personas a suprimir sus tribulaciones y pecados del Año Viejo mediante el repique de campanas a la medianoche.
La Policía japonesa también aguarda que al menos 15 mil personas escalen montañas, sobre todo el Monte Fuji, para recibir los primeros rayos solares del nuevo año.
... y el Papa despide al año 2006
El papa Benedicto XVI se refirió ayer a los ?ritos mundanos? que se festejan en este último día del calendario, ?vividos a menudo como evasión de la realidad?, en la tradicional ceremonia del Te Deum, celebrada en la Basílica de San Pedro.
Benedicto XVI dijo que en las últimas horas del año se repiten algunos ?ritos mundanos, marcados sobre todo por la diversión y vividos a menudo para evadir la realidad?. Según el Papa, estos ?ritos? sólo sirven para ?exorcizar los aspectos negativos y proporcionar improbables fortunas?.
En estos momentos de final de año, para el Papa, el comportamiento de los cristianos ?tiene que ser diferente? y así, instó a presentar a la Virgen María ?las alegrías, esperanzas y tristezas y las angustias del hombre moderno, de los pobres y de todos los que sufren?.
En este Te Deum de agradecimiento por el fin de año, el Papa quiso recordar que se celebra, además del final del año cronológico, la llamada ?Octava de Navidad?, dedicada a la Virgen.
Por ello, la homilía del Pontífice estuvo centrada en resaltar ?la maternidad de María? y en como Dios eligió nacer ?de una mujer?.
El obispo de Roma explicó que la definición dogmática de María como ?Madre de Dios?, que proviene de la palabra griega ?Theotokos?, se realizó en el Concilio de Éfeso (Turquía) en el año 431.
Benedicto XVI recordó que visitó Éfeso durante su ?inolvidable? viaje en noviembre a Turquía y agradeció ?la protección? que la Virgen María le dio durante esta visita.
El papa Joseph Ratzinger terminó su homilía deseando que la fe de los creyentes sea como la de la María: ?limpia, humilde y al mismo tiempo valerosa?.
Además, el Papa Benedicto XVI bendijo ayer el nacimiento monumental y el árbol navideño de 33 metros que se encuentran instalados en la Plaza de San Pedro en una cita ya tradicional para Roma y El Vaticano.
Tras encabezar la ceremonia de Primeras Vísperas con motivo del cierre del año civil y en memoria de la Virgen María en la Basílica Vaticana, el líder máximo de la Iglesia Católica salió a la plaza para observar de cerca los adornos.
El pesebre, que abarca un total de 400 metros cuadrados, muestra en el centro una gran tienda de tela con base de madera, allí resguardados junto a vacas y diversos animales a María, José y el niño acostado en un cajón de madera.