Agencias
CUAUTLA, Morelos.- Renato tiene pocas esperanzas de que el culpable por la muerte de su hijo reciba un castigo justo. Pero las tiene.
Apenas ayer recibió el cuerpo de Francisco Javier Domínguez Rivera, quien el 12 de enero murió tras ser baleado por un agente de la Patrulla Fronteriza en Arizona.
?Tengo dudas porque apenas tengo a mi difunto, me faltan dos hijos todavía y no sé cómo estén ellos por allá (en Estados Unidos).
?Ya perdí a uno, no permitiré que me quiten a los otros dos. Mis hijos presenciaron el crimen y nosotros ya estamos actuando, esto se ha visto en todo el mundo... ¡y todos pedimos justicia!?, reclama.
Pero no confía porque, piensa, las autoridades de aquí no tienen el poder que las de allá. Y porque él no es más que un humilde albañil.
A las 17:00 horas del sábado, él y su esposa María Clara salieron al aeropuerto de la Ciudad de México con personal del Gobierno de Puebla, entidad de donde el joven era originario. Su cuerpo llegaría a las 23:17 horas, en el vuelo 1624 de Houston, Texas.
Esperaron casi siete horas en la zona de restaurantes, pero sólo funcionarios y personal de la empresa funeraria comieron algo y tomaron café. Fernando Paisano, representante de la funeraria, dice que los padres fueron hasta el DF porque deseaban mirar a su hijo sin el acoso de los vecinos y los medios de comunicación. Pero no lo consiguieron. Las reglas de sanidad son muy claras y el cadáver no pudo ser descubierto sino hasta llegar a Cuautla, donde los padres firmaron los documentos de reconocimiento.
A las 3:30 de la madrugada de ayer, Francisco regresó a casa. Cuatro hombres vestidos de traje negro, dos funcionarios y dos empleados de la funeraria bajaron la caja del coche fúnebre. María Clara se adelantaba sola hacia el altar.
En medio de los lamentos y el aullar de perros, sólo se alcanzó a escuchar el grito de una mujer: ?¡agarren a Clara!, ¡agárrenla que se cae!?. Dos vecinas y su esposo la llevaron a la sala y detrás de ellos avanzó el cortejo fúnebre, encabezado por una mujer que bendecía la casa con copal.