Familiares de las víctimas del sismo de 8 grados en la escala de Richter que sacudió el miércoles la costa peruana, dieron sepultura a sus seres queridos en el cementerio de la localidad de Pisco, una de las más afectadas por el movimiento telúrico.
Causa alarma en Ica un sismo de 5.5 grados; desde el terremoto del miércoles se han sentido más de 300 réplicas.
LIMA, PERÚ.- Aviones cargueros de México, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y España surcaron también el espacio aéreo desde sus respectivos países con ayuda para los miles de damnificados ante los sismos registrados en ese país, de los que el de mayor intensidad se suscitó el pasado 15 de agosto.
Según bomberos, la cifra de muertos por el terremoto supera los 510, aunque el ministro de Salud Carlos Vallejos señaló que el número oficial es de 437 y los heridos superan los 800. La Defensa Civil estima entre 80 mil y 90 mil los damnificados y en casi 16 mil el número de viviendas destruidas.
El puente aéreo desde Lima a Pisco durante la noche permitió el traslado de 30 toneladas de víveres y agua. El presidente Alan García anunció la apertura del Estadio Nacional limeño como centro de acopio de los aportes de privados.
Un fuerte sismo de 5.5 grados en la escala de Richter estremeció ayer en Ica, el más afectado por el terremoto que azotó a Perú el miércoles pasado, y se sintió también en Lima, causando alarma entre la población.
El movimiento telúrico, que se registró a las 08:19 horas (13:19 horas GMT), tuvo su epicentro a 70 kilómetros al oeste de Pisco y a una profundidad de 23 kilómetros, según el Instituto Geofísico del Perú. Desde el terremoto del miércoles se han sentido más de 300 réplicas en el país.
Un avión Hércules de la Fuerza Aérea Mexicana salió con rumbo a la ciudad de Pisco, Perú, con más de 10 toneladas de artículos de primera necesidad, para apoyar a la población afectada ante los sismos registrados en ese país, de los que el de mayor intensidad se suscitó el pasado 15 de agosto.
Por instrucciones del presidente Felipe Calderón Hinojosa, en su carácter de comandante supremo de las Fuerzas Armas, el avión Hércules C-130 partió a las 14:10 horas de ayer viernes, con destino a la base aérea de Pisco, Perú.
De acuerdo con un comunicado emitido por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la aeronave transporta 19 cajas y dos contenedores con medicamentos; cinco cajas con material de curación; cuatro plantas potabilizadoras de agua y 25 mil pastillas potabilizadoras, mil cobertores, 300 colchonetas, nueve lonas y 40 rollos de hule.
Se detalló que dicha ayuda fue proporcionada por las Secretarías de la Defensa Nacional, Marina, Relaciones Exteriores, así como Conagua y la empresa Telmex.
Se agregó que hoy sábado saldrá un buque-hospital para atender a los heridos, a los enfermos. También llevará carga con algunas cosas que han sido solicitadas por el Gobierno de Perú como estructuras metálicas y de madera e instrumentos que servirán para dar vivienda a tanta gente que se ha quedado sin hogar.
A su vez, el Gobierno de Italia anunció que donará alrededor de 270 mil dólares para ser utilizados en la ayuda a las víctimas del sismo y la Cruz Roja española anunció el envío de 980 mil euros para el mismo fin.
En Bogotá, las autoridades alistaban un segundo envío de ayuda programado para el hoy a Lima. “Han solicitado plantas eléctricas, alimentos, agua, ropa, carpas y frazadas... estamos esperando para recibir la solidaridad de la empresa privada”, dijo Luz Amanda Pulido, directora de la oficina nacional para la atención de desastres.
Pulido señaló que Colombia envió el jueves 25 toneladas de comida y de frazadas a Perú, además de 47 socorristas. El presidente Álvaro Uribe viajará mañana domingo a Lima donde espera reunirse con el presidente peruano Alan García para expresarle su solidaridad.
MILITARES EVITARÁN SAQUEOS
El presidente Alan García anunció que se redoblarán los patrullajes de policías y de las Fuerzas Armadas para detener a los saqueadores en las zonas más afectadas por el terremoto.
García llamó a la población a no caer en la desesperación, pero al mismo tiempo, advirtió que “tenemos que poner el orden”, en referencia a las versiones de que hubo asaltos y saqueos en las afueras de Pisco.
En la cercana ciudad de Chincha durante la madrugada de ayer viernes se escucharon disparos para ahuyentar a saqueadores, según informes policiales. El general David Rodríguez, director de la Policía Nacional, señaló que medio millar de policías fueron enviados a la zona para controlar el orden, apoyar en las tareas de ayuda y de rescate.
En un colegio de niños discapacitados, ubicado en las afueras de la ciudad de Pisco, grupos de saqueadores rompieron las puertas del edificio para robar al interior, según dijo la directora del centro, Marta Guamán. La mujer clamaba por la presencia de la Policía para impedir el saqueo, sin que consiguiera la presencia de alguno de ellos. “Que venga un policía”, exclamaba, desesperada.
“Si nos roban quien nos va a dar después”, afirmó, los equipos audiovisuales especiales para discapacitados, a un costo de 500 dólares.
IMPROVISAN TUMBAS
En Chincha, un puerto a 210 kilómetros al sur de Lima, bajo un intenso sol y en medio de llantos y gritos de dolor de sus familiares, al menos 35 personas que perecieron en el terremoto del miércoles fueron enterradas en una ceremonia colectiva en el cementerio de esa ciudad, uno de los epicentros del devastador sismo.
Por la falta de espacio en los nichos tradicionales, se improvisaron tumbas en la tierra, que debieron ser cavadas por los propios familiares.
Olga Mamami, de 37 años, viajó ocho horas desde Lima para enterrar a su cuñado y a sus sobrinos de 7 y 2 años, que fueron aplastados por una pared de su casa.
En menos de 20 metros se colocaron seis féretros en los nichos, que eran cubiertos por lápidas escritas a mano. Uno de los nichos, de Lucho Saman, de 33 años, que murió también aplastado en su taller mecánico cuando una pared le cayó encima. Su esposa Rony, de 32 años, con un embarazo de tres meses, lloraba sin consuelo mientras era sostenida por sus familiares.