Benedicto XVI sale en el papamóvil del aeropuerto de Campo de Marte, en Sao Paulo, con destino al Monasterio de Sao Bento, en el centro de la ciudad, donde se hospedará. (EFE)
Benedicto XVI elogia valores radicalmente cristianos en un Brasil eufórico por visita.
Una multitud saludó entusiasmada al Papa Benedicto XVI quien, nada más poner pie en suelo brasileño, reiteró su defensa de la familia y la vida, y bendijo a un pueblo que consideró custodio de los valores cristianos y "esperanza" de la Iglesia Católica.
La visita Papal a Brasil comenzó hoy, con casi media hora de adelanto, ya que el avión "Boeing 777" que le llevó desde Roma hasta Sao Paulo aterrizó antes de lo previsto, a las 16:02 hora local.
El pontífice fue recibido al pie del avión por el presidente Lula da Silva, a quien saludó con un gesto caluroso, y su esposa, Marisa Leticia.
En la ceremonia de bienvenida el mandatario brasileño se dijo "doblemente honrado, como cristiano y como presidente" por la presencia de Benedicto XVI en Brasil, y deseó que esta visita esté seguida de otras.
En su discurso, el mandatario destacó que los valores de la Iglesia Católica permean la sociedad brasileña y que el avance de ésta necesita una revitalización de los lazos familiares.
Según dijo, la visita pastoral a Brasil de Joseph Ratzinger "es una bendición para todos" sus compatriotas y confió en que su estancia de cinco días sirva para afinar estrategias comunes en favor de la juventud, y contra el hambre y la pobreza.
El mandatario subrayó la importancia de no olvidar a los "desheredados del mundo", a quienes llamó "nuestros hermanos más frágiles".
Por su parte, el Papa, dirigiéndose a los brasileños en portugués, dijo sentirse feliz de estar en Brasil, un país que, según sus palabras, ocupa un lugar muy importante en su corazón.
"No solo porque nació cristiano y posee hoy el mayor número de católicos (155 millones, según el Vaticano), sino principalmente porque es una nación rica de potencialidad, con una fuerte presencia eclesial (ocho mil sacerdotes y 257 obispos), que es motivo de alegría y esperanza para toda la Iglesia", declaró.
"Se que el alma de este pueblo y de toda América Latina custodia valores radicalmente cristianos que jamás serán cancelados", afirmó Ratzinger, cuya visita es la primera que realiza a un país de América Latina como pontífice.
El Papa se dijo, además, seguro de que en Aparecida, donde se celebrará la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, esa identidad "será reforzada, promoviendo el respeto de la vida desde el momento de la concepción hasta su declive natural".
Asimismo, señaló que la Iglesia católica tiene como objetivo prioritario la promoción de la persona, sobre todo los pobres y los abandonados, y que no desistirá en su compromiso de apoyo a la consolidación de la familia como célula básica de la sociedad.
Tras la ceremonia, el Papa se trasladó en helicóptero hasta el aeropuerto de Campo de Marte, en la zona norte de Sao Paulo, donde recibió las llaves de la ciudad de las manos del alcalde Gilberto Kassab y escuchó un himno de bienvenida de un coro de 20 niños.
El último tramo del viaje, entre Campo de Marte y el monasterio de Sao Bento (San Benedicto) fue en el vehículo panorámico blindado conocido como "papamóvil".
En el monasterio, esperaba una multitud de miles de personas que, pese a la baja temperatura y a la lluvia que prácticamente no cesó en todo el día, permanecía a la espera de su llegada.
El Papa iniciará el jueves la agenda oficial con un encuentro de cortesía al presidente Lula, quien espera hablar con él de la desintegración familiar, entre otros asuntos.