CD. LERDO, DGO.- El alcalde de Lerdo Antonio Olivas Ibarra reconoció que los últimos atentados han generado una “psicosis” entre los ciudadanos y tensión entre los policías ante cualquier reporte o señalamiento. El domingo hubo una situación que asustó a varios testigos.
Alrededor de las diez de la noche la calle Sarabia, entre Allende e Hidalgo, estaba cerrada. El tránsito vehicular era desviado hacia la Matamoros. Un camioneta roja tipo pick up circulaba por la Hidalgo detrás de una patrulla de Seguridad Pública. En su intento por doblar a su derecha y tomar la avenida Matamoros, sus neumáticos rechinaron.
Media cuadra después la patrulla detuvo la marcha. Los uniformados descendieron del auto con sus rifles y pistolas en las manos. Se dirigieron hacia el conductor de la camioneta mientras le apuntaban para forzarlo a que bajara del vehículo. El conductor salió de su camioneta. Los demás automovilistas que circulaban por ahí intentaron apresuradamente retroceder pero era imposible. Varios niños corrieron gritando que habría balazos. Minutos después volvió la calma. Nada pasó. La camioneta roja y la patrulla desaparecieron de la escena.
Este hecho no se consignó en el parte de Seguridad Pública. Al respecto, el alcalde Antonio Olivas dijo que los elementos tenían la indicación de estar alerta de un supuesto comando que viajaba en una camioneta. No obstante, dijo, “se corroboró que (el comando) eran autoridades que andan haciendo su trabajo”. En cuanto a la actuación de los preventivos de Lerdo dijo no tener reporte de eso ni queja presentada por una mala actuación por parte de los policías, pero admitió que desde hace tiempo “hay tensión entre los elementos”.
