Un grupo de viudas mostraba ayer los retratos de sus maridos durante un homenaje a las víctimas de Chernobyl, en Kiev, Ucrania. (EFE)
Rinden homenaje a las miles de víctimas a 21 años de la tragedia que sigue cobrando vidas humanas.
Cientos de personas, incluidos el presidente ucraniano Víctor Yuschenko y la ex primera ministra Yulia Timoshenko, rindieron ayer homenaje a las víctimas de la catástrofe nuclear de Chernobyl, la peor en la historia, ocurrida hace 21 años.
En una solemne ceremonia en memoria de las víctimas, el mandatario calificó como héroes a todos los que murieron en las tareas de rescate y recordó a las personas que fallecieron en ese desastre nuclear que aún afecta a miles de habitantes.
Los asistentes rezaron, colocaron velas y guardaron un minuto de silencio a la misma hora en que uno de los reactores de la planta de Chernobyl estalló el 26 de abril de 1986, provocando una enorme fuga radioactiva, según reportes de prensa procedentes de Kiev.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en nueve mil el número de personas muertas a causa de la radiación, sin embargo, el grupo ecologista Greenpeace eleva la cifra a 93 mil, además de que 350 mil fueron obligadas a dejar sus casas de forma permanente.
Aunque no hay cifras oficiales definitivas, fuentes ucranianas, rusas y bielorrusas calculan que en los últimos 20 años al menos 350 mil personas murieron a consecuencia de la radiactividad que produjo la explosión. De acuerdo con estadísticas oficiales, dos mil 300 poblaciones y aldeas en 12 regiones de Ucrania quedaron contaminadas con radiactividad, lo que obligó al desalojo de miles de personas.
En la actualidad, Chernobyl está administrada por una entidad estatal encargada de su seguridad y de ejecutar un programa para el desmontaje de los reactores y reciclaje del combustible nuclear de tres de sus cuatro reactores.
La explosión en el cuarto reactor de la planta esparció al medio ambiente al menos 200 toneladas de material nuclear con una radiactividad de 50 millones de curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la que estalló sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.
En un mensaje con motivo del 21 aniversario de la catástrofe de Chernobyl, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon, exhortó a la comunidad internacional a renovar su ayuda a las regiones afectadas en 1986.
El presidente ucraniano, Víctor Yuschenko, anunció ayer que en el curso de este año comenzarán los trabajos para construir un segundo “sarcófago” sobre el antiguo, que tras veinte años está muy deteriorado y presenta numerosos grietas y fugas.
ANTECEDENTES
Durante los primeros días que sucedieron la explosión, en medio del más estricto secretismo oficial más de 850 mil militares, obreros, ingenieros, y especialistas de toda la Unión Soviética fueron movilizados a la zona del siniestro.
A marchas forzadas, este ejército de hombres y máquinas construyó a corto plazo el “sarcófago”, una enorme coraza de acero y hormigón para cubrir el cuarto reactor destruido y centenares de toneladas de escombros altamente contaminados de radiación.
El trabajo de estos hombres salvó al planeta de un enorme y letal foco radiactivo, pero le costó la vida o convirtió en inválidos a la mayoría de los que participaron en las obras.
Los llaman los “liquidadores” y, según organizaciones sociales, en los tres países se contabilizan más de medio millón, que necesitan ayuda médica porque su salud empeora con los años.
Durará 300 mil años contaminación radiactiva
La contaminación radiactiva en los territorios cercanos a la planta nuclear de Chernobil, en Ucrania, durará más de 300 mil años, revelaron ecólogos rusos al celebrarse ayer el 21 aniversario de la mayor catástrofe nuclear de la historia.
“Los territorios en un radio de 50 kilómetros en torno a Chernobil no podrán ser habitados nunca”, dijo Alexéi Yáblokov, dirigente del partido ecologista ruso Los Verdes.
Yáblokov, académico y especialista en asuntos ecológicos, dijo que actualmente al menos cinco millones de personas viven en las zonas contaminadas por la explosión del 26 de abril de 1986 en los territorios de Ucrania, Rusia y Bielorrusia.
“Han pasado 21 años y, aunque parece que el nivel de radiación en el suelo es menor, en realidad es cada vez mayor el número de gente contaminada”, subrayó Yáblokov citado por la agencia Interfax.
Explicó que la gente se contamina porque consume alimentos (carne y vegetales) contaminados con radiación que se encuentra en el subsuelo, productos que también llegan a otras regiones.
Según Yáblokov, en las zonas contaminadas la mortandad es hasta el cuatro por ciento mayor que en otras regiones y en los próximos 15 años supondrá la muerte de al menos 300 mil personas.