México, DF La reforma hacendaria sólo es aceptable en la medida en que el gobierno sea transparente y los ciudadanos puedan exigir la rendición de cuentas a todos y cada uno de los servidores públicos, expuso el presidente de la Coparmex, Ricardo González Sada.
Aunque aseguró que los mexicanos y los empresarios harán su esfuerzo de contribuir más, dijo que "también exigiremos todas las garantías posibles para que los recursos adicionales se gasten bien, desde la captación hasta el ejercicio del último quinto".
En un video-mensaje, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) consideró que la propuesta de reforma pretende que los mexicanos paguen más impuestos para fortalecer la capacidad financiera del gobierno.
"No nos cansaremos de decirlo: No se vale cobrar más a los mismos que siempre pagamos. Necesitamos que más mexicanos le entremos con nuestra contribución", manifestó.
Opinó que el Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas Públicas es una medida acertada. "Los ciudadanos estaremos muy atentos. Sólo podrá cumplir cabalmente su función si este consejo es absolutamente transparente y se deja acompañar muy de cerca por los ciudadanos".
González Sada reconoció que la intención de homologar la contabilidad gubernamental en todos los niveles es indispensable.
"Actualmente es un motivo de opacidad de los recursos públicos; es imposible seguir lo que pasa con los fondos que salen de la Federación, pasan a los estados y llegan a los municipios".
El presidente de la Coparmex sostuvo que no se deben aceptar argumentos basados en un concepto erróneo de soberanía de los estados. "Si reciben recursos de los ciudadanos, tienen que rendir cuentas".
Pidió reconocer la necesidad de reunir recursos para el desarrollo de la socidad, "pero antes necesitamos mucha confianza; sólo la transparencia y la rendición de cuentas en el gobierno harán posible reunir esa confianza. Sólo la participación ciudadana hará que esos recursos se conviertan en desarrollo y prosperidad para todos".
Indicó que la falta de decisión política ha permitido que el margen de maniobra del gasto del gobierno se estreche a puntos extremos. Sólo poco más de nueve por ciento del gasto se puede reasignar, el resto ya está comprometido" en áreas que van desde la deuda pública hasta las pensiones, aclaró.
Detalló que de 2000 a 2006, la inversión pública creció 0.5 por ciento respecto al Producto Interno Bruto (PIB) en ese tiempo, cuando en los mismos siete años el gasto corriente subió 1.4 por ciento de ese indicador, es decir casi tres veces más.
Ricardo González lamentó que el gasto público sea insuficiente para educación e infraestructura, ni para garantizar mínimos de salud para la población.