El presidente Bush insiste en que la reforma migratoria impone una serie de requisitos a los inmigrantes, y que no es un perdón sin sancciones.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, insistió hoy en que la reforma migratoria en debate no ofrece una "amnistía" para quienes violan la ley, e instó al Senado a que apruebe una medida que "corrija el maltrecho sistema de inmigración".
"Este proyecto de ley no ofrece una amnistía, porque la amnistía es un perdón sin sanciones", e impone una serie de requisitos para los inmigrantes indocumentados, dijo Bush, en un mensaje dirigido a los conservadores opuestos al plan de reforma.
Bush realizó una aparición pública en la Rosaleda de la Casa Blanca, donde también habló de su otra gran prioridad legislativa: los fondos para la guerra en Irak.
Mientras, el Senado de EU. protagoniza un enconado debate de un proyecto de ley, de 628 páginas, que pretende sacar de la sombra a la población clandestina, fortalecer la seguridad fronteriza y controlar los futuros flujos migratorios.
El plan de legalización para los doce millones de inmigrantes indocumentados exige que, para obtener la residencia permanente, estos "reconozcan que violaron la ley, paguen una multa, se someten a una revisión de antecedentes, tengan trabajo fijo" y no tengan historial delictivo, insistió Bush.
Pero los senadores conservadores, y grupos afines, insisten en que el proyecto es una amnistía inmerecida y que, tal como está concebido, no frenará la inmigración ilegal.
La Administración Bush realiza una campaña de presión para mantener intactos la mayoría de los elementos del plan de reforma migratoria, pactado a tres bandas entre demócratas, republicanos y la Casa Blanca la semana pasada.
No obstante, la Casa Blanca sufrió un revés ayer después de que el Senado aprobó una enmienda que reduce a la mitad las 400 mil visas "Y" que se otorgarían anualmente a trabajadores temporales en los sectores de construcción, jardinería y hotelería, entre otros.
El programa de trabajadores temporales, tal como está concebido, otorga visas durante tres períodos de dos años cada uno, con la exigencia de que el indocumentado tenga que regresar a su país de origen durante un año entre cada plazo.
Ese programa, que es pieza clave del plan de reforma, ha suscitado críticas de grupos tanto de derecha como de la izquierda del espectro político en EU.
Entre los ajustes aprobados desde que comenzó el debate el martes pasado también figura una enmienda que impone penas carcelarias para quienes reinciden en cruzar ilegalmente la frontera, una que aumenta de 18 mil a 20 mil los agentes de la Patrulla Fronteriza y otra que autoriza la construcción de barreras a lo largo de 482 kilómetros en la frontera con México.
El Senado continuará modificando el texto del proyecto de ley a lo largo de esta jornada, y prevé someterlo a una votación final en junio, después del receso legislativo de la próxima semana, con motivo del Día de Conmemoración de los caídos en guerra.