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Regreso a Acteal

Jaque mate

Sergio Sarmiento

“La justicia ha sido injusta en todas direcciones en el caso de Acteal… Hay que regresar a Acteal”.

Héctor Aguilar Camín

Este próximo 22 de diciembre se cumplirán diez años de la matanza de Acteal en la que murieron cuando menos 45 indígenas, entre ellos ancianos, mujeres y niños. Algunos grupos políticos han mantenido la tesis de que esta matanza fue producto de una orden proveniente de los más altos círculos del poder: del gobernador de Chiapas, Julio César Fierro, o del propio presidente de la República, Ernesto Zedillo. Por eso se dice que la matanza ha quedado impune. En un desplante genocida, a algún gobernante loco le habría entrado en la cabeza la idea de que había que matar sin razón a una pacífica comunidad de indígenas.

La serie de tres artículos “Regreso a Acteal” publicados por el historiador y escritor Héctor Aguilar Camín en la revista Nexos muestra con contundencia —para quien no esté cegado por el dogma— que lo que sucedió es muy distinto.

La matanza de Acteal es producto de una acumulación de actos de violencia que ni la autoridad chiapaneca ni la federal quisieron detener. Como tantas otras veces en nuestro país, la violencia empezó como consecuencia de un Estado que abandonó su función principal de garantizar la seguridad y la aplicación de la ley y que abdicó del monopolio del uso de la fuerza.

Los ataques violentos no surgieron de la nada el 22 de diciembre de 1997. En 1995 una Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz permitió a los miembros del EZLN estar armados en su zona de influencia. En 1996 un grupo zapatista declaró el establecimiento de un “municipio autónomo” en Polhó –dentro del municipio de San Pedro de Chenalhó— y procedió a controlar la zona por la fuerza. Los zapatistas tomaron una mina de arena en Majomut, única fuente de riqueza no agrícola en el lugar, y cobraron impuestos revolucionarios a las comunidades. Quienes no simpatizaban con ellos fueron agredidos, expulsados u hostigados.

Los no zapatistas, a quienes se identificaba como priistas o cardenistas, buscaron el apoyo de las autoridades municipales o estatales. Pero éstas se lavaron las manos señalando que, a raíz de la Ley de Conciliación, los zapatistas tenían derecho a ir armados y a imponer su ley en las zonas que controlaban. Lo único que podían hacer quienes no pertenecían al movimiento zapatista era armarse y defenderse a sí mismos. Las autoridades municipales, las estatales y las militares no sólo permitieron que estos grupos se armaran sino que activamente los ayudaron a hacerlo.

En los primeros siete meses de 1997 hubo 43 denuncias formales por actos de violencia que dejaron un saldo de 22 muertos y 20 heridos por armas de fuego, principalmente no zapatistas. El número real fue seguramente mayor, debido a que los zapatistas no presentaban denuncias debido a que no creían en la justicia oficial. Las autoridades en ningún caso quisieron o pudieron intervenir. Acteal fue sólo el último de estos enfrentamientos.

Al contrario de la versión tradicional, que afirma que en Acteal hubo una matanza de un grupo paramilitar contra indígenas indefensos, Aguilar Camín ofrece información que sugiere que el 22 de diciembre hubo primero una batalla entre zapatistas y no zapatistas. Después es más difícil saber qué ocurrió. Doce de los 45 muertos fueron asesinados con machetes u objetos contundentes, pero ninguno de los testigos oculares habla de estos instrumentos. Los propios asesinos confesos aseveran que no llevaban machetes.

El grupo no zapatista salió de Acteal a eso de las tres de la tarde, pero después alguien, cuya identidad se desconoce, apiló los cadáveres. El testimonio de un médico revela que algunos cuerpos no presentaban rigidez cadavérica a eso de las cuatro o cinco de la mañana del 23 de diciembre. Esto significaría que su muerte habría tenido lugar apenas cuatro o cinco horas antes.

¿Hubo una matanza posterior? Aguilar Camín no ofrece ni respuesta ni especulaciones. Se limita a señalar que la información disponible deja enigmas importantes.

Así como en La tragedia de Colosio de 2004 Aguilar Camín demolió muchos de los mitos en torno al asesinato de Luis Donaldo Colosio al ordenar la información, en los artículos de Nexos derrumba los dogmas de la matanza del 22 de diciembre de 1997. Tan contundente es su información que muchos empezaron a cuestionarla aun antes de que se publicara la serie completa de artículos. No hay peor antídoto contra un mito que la presentación ordenada de datos duros.

Aguilar Camín nos obliga a revisar todo lo que sabemos y todo lo que ignoramos sobre Acteal. Hay inocentes presos y culpables libres. “La matanza de Acteal –escribe— es una afrenta en la memoria moral de México. Lo menos que puede pedirse es una indagación completa, una recreación puntual de lo sucedido”.

GAZ DE FRANCE

Ayer se publicó en el Diario Oficial de Francia el decreto de privatización de Gaz de France que allana el camino a su fusión con la empresa Suez. La empresa ya tiene capital privado, pero cerca de un 80 por ciento está todavía en manos del Estado francés. Con el decreto, el Estado francés mantendrá solamente un 35 por ciento de la nueva corporación. A pesar de las resistencias políticas en el país más estatista de Europa, la privatización de Gaz de France es ya inevitable.

Página de Internet:

www.sergiosarmiento.com

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