Estudiantes, maestros y padres de familia comenzaron a regresar a la normalidad tras la tragedia en la Universidad Tecnológica de Virginia. (AP)
Celebran en el campus de la escuela un juego de beisbol al que asistieron cientos de personas.
Estudiantes, maestros y padres de familia que conforman la comunidad del Tecnológico de Virginia, comenzaron a regresar a la normalidad tras la tragedia del pasado lunes en la que fueron asesinados 32 estudiantes.
Tras múltiples actos en memoria de las víctimas, la noche del viernes pasado se efectuó el primer evento de actividad normal en la vida del campus con la celebración de un juego de beisbol al que asistieron cientos de personas.
En el juego, el equipo del Tecnológico de Virginia perdió 11 carreras a nueve contra Miami, pero aun así, el encuentro constituyó un signo de alivio para los asistentes sacudidos por los eventos del pasado lunes.
Sin embargo, el encuentro deportivo no estuvo del todo ajeno a la matanza en el campus. La audiencia de más de tres mil personas hizo una pausa para marcar 32 segundos de silencio, uno por cada una de las víctimas.
“Creemos que es el comienzo del proceso de alivio”, dijo Jim Weaver, director del Departamento de Atletismo del Tecnológico de Virginia. “O se mueve uno hacia adelante o se mueve uno hacia atrás” , señaló.
Muchos estudiantes expresaron fe en que con el tiempo encontrarán alivio. Mientras tanto, amigos y familiares de Hilscher y Ryan Clark, el otro estudiante muerto en el dormitorio, los recordaron ayer sábado con servicios fúnebres realizados en Virginia y Georgia. También se realizaron exequias en recuerdo de la estudiante Reema Samaha, una de las 30 personas muertas en el Norris Hall, donde Cho se suicidó.
Cho Seung-Hui, un estudiante de inglés de 23 años, había despertado la preocupación de sus maestros por sus violentos escritos.
CONTINÚAN INVESTIGACIONES
El autor de la masacre en la Universidad Virginia Tech compró en el sitio eBay de subastas por Internet los cargadores para una de las pistolas que empleó, confirmó el sábado un vocero de esa empresa de ventas.
El titular de la cuenta Blazers5505, quien fue identificado efectivamente como Seung-Hui Cho, adquirió dos cargadores de diez cartuchos para una pistola Walther P22, una de las empleadas durante la masacre. Los cargadores fueron comprados a una tienda de armas en Idaho el 22 de marzo.
“Parece que compró los cargadores vacíos”, dijo el vocero de eBay, Hani Durzy. “Son similares a los que se podrían comprar en cualquier tienda de artículos deportivos en el país”.
Cho también vendió varios libros con temas violentos, boletos para juegos de futbol estadounidense de la universidad y una calculadora gráfica con varios juegos.
“La calculadora fue usada menos de un semestre antes que abandonara la clase”, indicó.
Su registro de transacciones en eBay era excelente, con el 98.5 de calificaciones positivas y solamente una persona calificándolo negativamente. El sitio dice que la cuenta existe desde enero de 2004.
La ayuda de expertos en computación forense es importante en las investigaciones para determinar los motivos de los asesinatos efectuados por Cho, que dejaron 33 muertos, incluyéndolo a él.
Las autoridades buscan los registros de llamadas desde el teléfono celular de Cho, con la esperanza de encontrar si le advirtió a alguien sobre lo que se convertiría en el peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos. Asimismo, esperan obtener cualquier información relevante de sus correos electrónicos y los de Emily Hilscher, una de sus primeras dos víctimas.
“Se sabe que Cho Seung-Hui se comunicó por teléfono celular y pudo haberle informado a otros sobre sus planes de atacar a estudiantes y profesores en Virginia Tech”, escribió la Policía el viernes en un citatorio en demanda de información de parte de la empresa Verizon Wireless.
Otra posible pista la representarían sus telefonemas a sus padres. El citatorio señala que Cho solía llamarlos los domingos por la tarde.
La Policía busca también que Virginia Tech proporcione los registros de comunicaciones por correo electrónico, a fin de establecer una relación entre Cho y Hilscher, muerta en el dormitorio West Ambler Johnston Hall.
Otro citatorio busca obtener los registros de Cho en el centro de salubridad estudiantil, y la Policía ya cuenta con sus archivos médicos y de ayuda sicológica. El contenido de los citatorios fue dado a conocer primero por el sitio de Internet ABC News.com.
Viuda de puertorriqueño
lo recuerda como alguien ‘alegre’
Liselle Vega, viuda del estudiante puertorriqueño Juan Ramón Ortiz Ortiz, uno de los 32 muertos durante la masacre en la Universidad Politécnica de Virginia (EU), sostuvo ayer que recordará a su esposo como alguien “alegre” y “feliz”.
“Él siempre fue alegre y feliz. Su alegría es lo que más recuerdo y así quiero que todo el mundo lo recuerde, por eso no quiero hablar más de lo que pasó allá”, declaró Vega en Puerto Rico tras su llegada ayer a la isla para comenzar los preparativos para el sepelio.
En una conferencia de prensa celebrada en la biblioteca municipal Francisco Álvarez de la norteña ciudad de Manatí, Vega consideró “excelente” el apoyo que ha obtenido desde la matanza perpetrado el lunes pasado por el surcoreano Cho Seung-Hui.
El estudiante asesinado había recibido una beca del centro de estudios de Virginia, después de haberse licenciado entre los primeros de su promoción en la Universidad Politécnica de San Juan.
Ortiz Ortiz llegó a esa universidad en parte porque ahí enseñaba G. V. Loganathan, una eminencia en materia hidráulica, quien murió junto a sus alumnos.
El puertorriqueño se encontraba en la sala 206 del edificio Norris Hall el lunes por la mañana, cuando Cho irrumpió con sus dos pistolas. Tan sólo dos de los diez estudiantes presentes sobrevivieron.
Vega, al percatarse de lo ocurrido, intentó localizar a su esposo en los cuatro hospitales a donde estaban trasladando las víctimas, pero no fue hasta la tarde que recibió la noticia del deceso de Juan Ramón, a través de la Policía en el centro de información de la universidad.
Vega informó que el cuerpo de Juan Ramón llegó ayer a Puerto Rico, se llevará a cabo el sepelio lunes y el martes se celebrará el sepelio en Bayamón, ciudad aledaña a San Juan.
Viuda de puertorriqueño lo recuerda como alguien ‘alegre’
Liselle Vega, viuda del estudiante puertorriqueño Juan Ramón Ortiz Ortiz, uno de los 32 muertos durante la masacre en la Universidad Politécnica de Virginia (EU), sostuvo ayer que recordará a su esposo como alguien “alegre” y “feliz”.
“Él siempre fue alegre y feliz. Su alegría es lo que más recuerdo y así quiero que todo el mundo lo recuerde, por eso no quiero hablar más de lo que pasó allá”, declaró Vega en Puerto Rico tras su llegada ayer a la isla para comenzar los preparativos para el sepelio.
En una conferencia de prensa celebrada en la biblioteca municipal Francisco Álvarez de la norteña ciudad de Manatí, Vega consideró “excelente” el apoyo que ha obtenido desde la matanza perpetrado el lunes pasado por el surcoreano Cho Seung-Hui.
El estudiante asesinado había recibido una beca del centro de estudios de Virginia, después de haberse licenciado entre los primeros de su promoción en la Universidad Politécnica de San Juan.
Ortiz Ortiz llegó a esa universidad en parte porque ahí enseñaba G. V. Loganathan, una eminencia en materia hidráulica, quien murió junto a sus alumnos.
El puertorriqueño se encontraba en la sala 206 del edificio Norris Hall el lunes por la mañana, cuando Cho irrumpió con sus dos pistolas. Tan sólo dos de los diez estudiantes presentes sobrevivieron.
Vega, al percatarse de lo ocurrido, intentó localizar a su esposo en los cuatro hospitales a donde estaban trasladando las víctimas, pero no fue hasta la tarde que recibió la noticia del deceso de Juan Ramón, a través de la Policía en el centro de información de la universidad.
Vega informó que el cuerpo de Juan Ramón llegó ayer a Puerto Rico, se llevará a cabo el sepelio lunes y el martes se celebrará el sepelio en Bayamón, ciudad aledaña a San Juan.