El yoga facial es una buena opción para recuperar la belleza, frescura y lozanía del rostro.
Los músculos del rostro se caracterizan por ser cortos, elásticos y ligeramente extensibles; algunos de ellos están muy adheridos a la piel, lo cual nos permiten gesticular y, de esta forma, hacer evidentes nuestras emociones.
El paso del tiempo, aunado a factores como el estrés, las emociones negativas y el cansancio los afectan y hacen que pierdan firmeza, tono y oxigenación; esto, a su vez, disminuye la lozanía y la belleza del rostro.
Una manera de recuperar el buen funcionamiento de los músculos del rostro es practicar yoga facial.
“Entre las posturas clásicas del yoga tradicional, siempre han existido ejercicios faciales (parada de cabeza y ‘El león’, por ejemplo) con los cuales se activan los músculos de la cara.
“En Occidente se ha adecuado el yoga a necesidades específicas. De esta forma han surgido el yoga para bebés, para niños, para embarazadas; una de estas modalidades es el yoga facial, el cual comenzó a practicarse hace menos de 10 años en los gimnasios de Nueva York”, señala Ana Paula Domínguez, directora general del Instituto Mexicano de Yoga, A. C.
El objetivo del yoga facial es que, mediante diferentes movimientos, se oxigenen y revitalicen los músculos faciales.
Desde luego que existen similitudes con la gimnasia facial, pero la diferencia es que en el yoga se pone especial énfasis en la respiración. Los movimientos se inician con una respiración muy específica y en algunos se involucra la meditación.
Todo tipo de personas pueden practicarlos. Además, no se necesita tener ninguna experiencia en la práctica de la disciplina y no hay contraindicaciones.
“Desafortunadamente, en México no existen centros donde se pueda practicar. Las clases de yoga están enfocadas al trabajo con todo el cuerpo; quizá los maestros, durante sus clases, indiquen que se relaje el rostro, pero hasta ahí. No hay una especialización en yoga facial”, dice Domínguez.
De manera que en tanto se instrumentan aquí esos cursos específicos, Ana Paula Domínguez nos ofrece su versión del novedoso yoga facial.
Ella recomienda practicarlos tres veces a la semana y dedicar unos minutos, diariamente, a la meditación.
Los resultados comienzan a verse en un período de tres semanas a un mes.
Beneficios
“El yoga facial es una buena opción para recuperar la belleza, frescura y lozanía del rostro”, dice la experta, porque:
*Mejora la circulación sanguínea del rostro
*Oxigena el rostro
*Mejora el sistema linfático
*Fortalece los músculos de rostro y cuello
*Libera el estrés
*Disimula las líneas de expresión que no son muy profundas
*Relaja los músculos alrededor de los ojos
*Disminuye la tensión de los hombros, la mandíbula, los labios, las mejillas, el entrecejo y la frente
*Descansa la mirada
*Aporta brillo a los ojos
*Conecta con el ser interior
*Relaja la mente
*Refresca la expresión del rostro
Practica la rutina
Esta rutina es una compilación que realizó Ana Paula Domínguez, directora general del Instituto Mexicano de Yoga, A. C, basada en algunos posturas de kundalini, hatha yoga, gimnasia facial y ejercicios de Annelise Hagen, creadora del yoga facial en Nueva York.
1: Calentamiento
Cómo se hace: Con los ojos cerrados, haz suaves círculos con el cuello. Inhala al subir la cabeza y exhala al bajarla. Realiza 10 círculos hacia la derecha y 10 hacia la izquierda.
2: Ojos y frente
Cómo se hace: Abre lentamente los ojos. Sin mover la frente, imagina que observas un reloj. Dirige la mirada a las 12:00; luego a las 3:00; luego a las 6:00; y finalmente, a las 9:00. Repite el ejercicio 10 veces y luego hazlo en sentido contrario.
3. Mejillas y labios
Cómo se hace: Llena de aire las mejillas y muévelo de un lado a otro, por lo menos 5 veces. Repite el ejercicio 4 veces.
4: Cuello, mandíbula y hombros
Cómo se hace: Inclina hacia atrás tu cabeza y mira hacia el techo. Relaja tus hombros. Traga saliva al tiempo que presionas la punta de la lengua en el paladar. Gira la cabeza ligeramente hacia la derecha y traga saliva. Gira hacia la izquierda y traga saliva. Repite 4 veces.
5: Frente y los ojos
Cómo se hace: Abre lo más que puedas los ojos, pero no arrugues el entrecejo ni presiones la frente. Concéntrate en un punto en el horizonte durante 10 segundos. Repite 5 veces.
6: “Aaaaah”
Cómo se hace: Coloca tu mano derecha sobre el pecho y tu mano izquierda sobre la coronilla. Abre la boca, inhala por la nariz y al exhalar (por la boca) di “Aaaah”. Repite 5 veces.
7: Mandíbula
Cómo se hace: Libera la mandíbula de la boca, como si fueras un muñeco de ventrílocuo. Coloca la lengua detrás de los dientes inferiores. Coloca las yemas de los dedos en la mandíbula y presiona suavemente.
8: “El león”
Cómo se hace: Inhala profundamente. Cierra los puños con fuerza y aprieta todos los músculos faciales. Luego, exhala al tiempo que abres la boca, sacas la lengua, miras hacia el entrecejo y abres las manos. Repite 3 veces.
9: Meditación
Cómo se hace: Cierra la mano izquierda y envúelvela con la derecha. Los dos pulgares deben quedar juntos. Cierra los ojos. Inhala por la nariz y exhala lentamente por la boca, de modo que la respiración llegue a los pulgares. Hazlo durante 3 minutos.
10: Sonríe
Cómo se hace: Cierra los ojos y respira despacio. Recuerda algún momento grato. Lenta y relajadamente eleva las comisuras de los labios hacia las orejas. No fuerces el movimiento.