En el primer segundo del día veintisiete de mayo, Radio Caracas, TV., la más grande e importante emisora de Venezuela, cortó sus transmisiones al no recibir renovación de su concesión, porque Hugo Chávez la considera nociva al país.
En realidad, fue contraria a las políticas de la dictadura y defendió el derecho de expresión, aunque habrá que agregar que no es la primera vez que le suspenden las transmisiones; ya había sucedido temporalmente con otros mandatarios.
La encargada de negocios de Venezuela en México, dio una fiesta para esperar tan sonado acontecimiento mundial y con música de mariachi despidió irónicamente a la televisora con “Las Golondrinas” mexicanas, a la vez que saludaba a Hugo Chávez con la canción “El Rey”, de José Alfredo Jiménez, que se ha transformado en el himno del dictador, quien declaró que nada tenía que opinar la Comunidad Europea o los Estados Unidos; “Venezuela es libre y democrática y no atiende opiniones de otros países”. ¿Le parece totalitarismo?
Es de subrayar, que el PRD, envió a su responsable de finanzas a representarlos a la fiesta en las oficinas de la encargada comercial; no asistieron los altos jerarcas del partido porque estaban de “visita oficial” en Cuba. En cambio, rechazaron la invitación del presidente de México, Felipe Calderón, para que algunos de ellos, en representación del partido político, lo acompañaran en su gira por Europa, dando así clara evidencia de su política opositora al Gobierno Federal, confirmando su interés por rechazar y minar –por sistema– la institucionalidad nacional.
Otra evidencia del populismo totalitario se revela al comparar la actitud del dictador Chávez, ante la reacción del mundo por su abuso de poder, con declaraciones que se sienten desequilibradas, al aceptar las felicitaciones de los aduladores de México y rechazar la crítica de países reconocidos como democráticos; más desconsoladora resulta la actitud de los políticos que viajan a Cuba a “intercambiar” impresiones con el hermano de Fidel, con la esperanza de poder ver al Comandante, evidenciando la humillante dependencia intelectual con ideólogos de otras latitudes.
Si Hugo Chávez sueña con ser el heredero del socialismo cubano, tomando en cuenta las situaciones especiales, al menos por la enfermedad crónica y ancianidad de Fidel Castro, la postura del Partido de la Revolución Democrática, no representa el pensamiento de las mayorías, aunque ellos insistan en imponer el suyo por la fuerza y la violación o permanente desconocimiento de normas y leyes políticas y sociales.
Las protestas de diferentes grupos “antichavistas”, particularmente los universitarios, no se hicieron esperar; tampoco la respuesta de la fuerza pública, que agredió a los manifestantes violentamente, ejerciendo la represión como argumento; a ellos se sumaron grupos “chavistas”, que con armas de fuego atacaron a los jóvenes estudiantes. “Son cuetes y fuegos artificiales de quienes festejan el cierre de la televisora” declaró un portavoz oficial, tratando de encubrir las revueltas ante los ojos del extranjero.
TV Globo no difundió la noticia en la forma conveniente para la dictadura disfrazada; CNN, cadena norteamericana, hizo su trabajo y diseminó –sobradamente– por el mundo videos de la violencia desatada, con imágenes indiscutibles del ataque a los manifestantes, el saqueo y la destrucción de muebles e inmuebles en diferentes partes del país.
La respuesta no se hizo esperar: el líder populista, ante las cámaras del mundo, amenazó a los medios diciéndoles: “Ustedes saben hasta dónde quieren llegar” y más adelante dio una arenga ante un público –dominado principalmente por ancianos subsidiados– advirtiendo “No sé si están preparados para morir, yo sí” asentando su disposición a combatir con la violencia a la Oposición.
Pasados los días, ante la multiplicación de las manifestaciones de protesta en Venezuela, su postura fue de verdadera actitud populista y paranoide, denunciando ¡un complot! –con “T” al final–, acusando a los rectores y directivos de las universidades privadas, de ser los promotores de las manifestaciones. Usted comprenderá que al desaparecer la educación privada, el Estado quedaría con toda la responsabilidad y amplia oportunidad para adoctrinar a la juventud venezolana en su ideológica política. Idea tomada de Fidel.
Cierto que nuestra izquierda acusa, con razón, a la derecha mexicana y su entreguismo a los Estados Unidos de Norteamérica, lo cual no es novedad; no olvidemos que muchos de ellos son tránsfugas del PRI, que en su momento adoptaron posturas similares.
Si coartar la libertad de expresión, con la excusa que sea, es democracia; evitar que el pueblo esté informado y sepa sobre los temas que le competen, es justicia; entonces, el Dictador Chávez está en lo correcto.
Debemos encontrar formas de relacionarnos unos y otros; con los vecinos del norte, que se resisten a aplicar la justicia en temas varios como emigración y tratados comerciales; igual con los pensadores defensores del socialismo, que tanto influyen en algunos dirigentes políticos de la izquierda mexicana.
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