Decenas de rescatistas colaboran en el rescate de cadáveres de autobús sepultado. (El Universal)
Temen que debajo de las toneladas de piedra y tierra pueda haber dos vehículos más.
Con el avance de las tareas de rescate en la zona donde el miércoles un alud de rocas y lodo sepultó a un autobús de pasajeros en el municipio serrano de Eloxochitlán, 32 cadáveres han sido recuperados oficialmente y 26 ya fueron identificados por sus familias.
Mario Méndez Reyes, jefe de la Jurisdicción Sanitaria, señaló que los cuerpos de las víctimas fueron trasladados al salón social de San Miguel Eloxochitlán, el cual fue habilitado para la colocación de los ataúdes. Las autoridades temen que debajo de las toneladas de piedra y tierra pueda haber dos vehículos más, razón por la cual los trabajos se realizan con extremo cuidado para evitar nuevos derrumbes.
Por la mañana, el gobernador Mario Marín Torres anunció que se abrirá un camino alterno en la zona del siniestro para no aislar a los pueblos de la zona y considera la posibilidad de dinamitar el resto del cerro desgajado “porque sus actuales condiciones representan un riesgo”. Sin embargo, las autoridades estatales aclararon que los pueblos aledaños a San Miguel Eloxochitlán no están incomunicados, ya que sus habitantes cuentan con caminos aledaños para trasladarse a diferentes puntos, aunque el tramo afectado era el único paso pavimentado.
Eloxochitlán está catalogado como uno de los municipios más pobres del estado, y se localiza en plena sierra, cuyo acceso es de extrema dificultad por lo sinuoso del camino y la densa niebla, a lo que se suman los constantes deslaves de los cerros en temporada de lluvias.
El alud registrado el miércoles tuvo lugar al filo de las 06:30 horas, cerca de la comunidad de Zacacoapan, junta auxiliar de Eloxochitlán. Las autoridades gubernamentales estiman que el número de víctimas podría alcanzar las 50.
Entrevistado en el lugar, Mario Marín, quien llegó para coordinar las labores de rescate, comentó que este tipo de deslaves es comuún en las sierras Norte y Negra y que no se puede responsabilizar a nadie de los hechos.
“¿Qué acaso nosotros mandamos el agua?”, ironizó el gobernador.
‘Mi hijo está adentro’
El ruido de las excavadoras y los gritos desesperados de los socorristas no provocaban ninguna reacción en el rostro de don Felipe Lázaro Vázquez.
El hombre de 60 años de edad se encontraba de pie sobre una de las piedras más altas cercana al deslave y tenía la vista fija en el montón de tierra que sepultó el camión donde viajaba su hijo.
Luego de una llamada telefónica que lo alertó sobre el accidente, dejó su comunidad a más de tres horas de distancia de Zacacoapan, municipio de San Miguel Eloxochitlán, para tener alguna noticia de su hijo Mario.
Desde el mediodía del miércoles, cuando más de 300 rescatistas llegaron a la carretera que conecta Tlacotepec de Porfirio Díaz con Tehuacán, el anciano dedicado al campo no perdía de vista ninguna de las maniobras.
A las 19:00 horas dos lámparas que fueron colocadas en lo alto de las piedras deslavadas hicieron resaltar el cuerpo de una mujer sin zapatos.
“Estoy seguro que su cuerpo está allí adentro, ya no hay nada qué hacer, dejó solos a sus tres hijos a Sara, Genaro y Sandra”, comentó llorando el hombre de sombrero y chamarra a cuadros.
Cuando el color blanco de la lámina del camión quedó a la vista de los trabajadores, bomberos con equipo hidráulico rompieron los fierros y hallaron prensados los cuerpos de varios pasajeros.
Después del cadáver de una mujer, le siguió otro del mismo sexo, el de una menor, luego el de dos hombres y la cantidad iba en aumento.
A las 2:00 horas el rescate de cuerpos aminoró, don Felipe bajó de la roca y solitario caminó cerca de 800 metros al anfiteatro improvisado de la localidad, tal vez allí sí encontraría lo que con tanta angustia y desesperación buscaba.