El rescate del cuerpo de José Gallardo Cabrales, tuvo lugar a las diez de la noche del pasado miércoles.
EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- En punto de las diez de la noche del miércoles, fue rescatado el cadáver de quien en vida llevaba el nombre de José Gallardo Cabrales de 52 años de edad, quien decidió acabar con su vida al meter su cuerpo al tubo de un viejo pozo de agua en desuso, informó el agente del Ministerio Público, José Luis Quiñónez Castro, quien dio fe de los hechos que se suscitaron en el ejido El Barrial.
El incidente causó gran conmoción los habitantes de dicho poblado, ya que José era muy estimado entre la población. Una crisis depresiva que se agudizó al morir un tío del ahora occiso, ocasionó que decidiera acabar con su vida.
Según el informante, el cuerpo del ahora occiso se fue resbalando poco a poco hasta que sus pies tocaron el fondo. Aunque ayer todavía no recibía el certificado de la necropsia, Quiñónez Castro consideró que él hombre murió asfixiado, “ya que nadie sobrevive a 65 metros de profundidad”.
El rescate del cuerpo pudo ser posible gracias a una especie de arnés, diseñado por Robert Wayne Longmire Hill, de la empresa de Mantenimiento de Pozos S.A. de C.V., quien desde las 11 de la mañana prestó auxilio a las corporaciones policiacas y de rescate, como Bomberos y Cruz Roja, para detectar a través de una pantalla de video, la distancia en la que se encontraba José.
A través de un gancho, al que se le colocó un foco con una cámara de video, se pudo detectar el cuerpo del infortunado hombre.
Quiñónez Castro explicó que al principio se pensó en excavar, pero eso llevaría una semana y la otra, hasta cierto punto más cruel, era colocar un gancho de la mano del ahora occiso y jalar su cuerpo, “pero eso se descartó porque probablemente, se despedazaría todo...”.
Gracias a Wayne Longmire Hill, pues estudió la grabación por varias horas, “él determinó que con la creación de una especie de arnés sostenido en el gancho junto con la lámpara y la cámara de video, podría sacarse el cadáver sin destrozarlo”.
Dijo que Juan Carlos Galindo Fierro, propietario del Taller Aguanaval, colaboró con Wayne Longmire Hill en la fabricación del arnés, con el que finalmente lograron substraer el cuerpo del ahora occiso.
“Como quedó parado, el gancho se introdujo hasta llegar a los pies de José y desde la pantalla, Wayne Longmire Hill, maniobraba el gancho, hasta que colocó el arnés bajo el trasero del hombre y ahí lo sujetó muy bien, hasta que poco a poco lo subió a la superficie”.
La madre de José, María Cabrales Moreno de 72 años y su hermano, Carlos Gallardo Cabrales de 36 años, hicieron el reconocimiento oficial del cadáver.
