Yuri y José José vivieron su mejor época en las décadas de los 70 y 80.
Artistas logran recuperan su lugar en la farándula tras periodos de olvido en el gusto del público. El segundo aire suele ser una constante en las biografías del espectáculo donde los excesos son fáciles. Lo pueden narrar John Travolta, Drew Barrymore, Mickey Rourke y Cher.
De galán a actor maduro
Travolta ha dicho: “Poseó un formidable poder de perseverancia y voluntad. Una carrera en el cine es algo extraño y no depende de ti”. Su dicho se comprueba con mirar el archivo de los Oscar: una nominación en 1977 por Fiebre del Sábado por la Noche, y otra en 1994 por Pulp Fiction. Entre ambas hay 17 años de carrera anodina con películas de la calidad de Mira Quien Habla, Mira Quien Habla También, Mira Quien Habla Ahora, trilogía en la que los aplausos fueron para un bebé, una bebé y un perro.
Cuando nadie pensaba en John Travolta en serio, Quentin Tarantino le dio el papel de Vincent Vega en Pulp Fiction, un asesino que en la primera escena narra a Samuel L. Jackson los avatares hamburguesinos en un Mc Donalds de París. Su actuación, de principio a fin fue memorable.
Aprovecha tiempo perdido
Otra mujer que dio un salto fenomenal en el tiempo para reclamar éxitos pasados, es Drew Barrymore, la niña que cautivó a los estadounidenses en ET el extraterrestre. Después de ese éxito y con apenas doce años, Barrymore tuvo un severo problema de adicciones que la dejó fuera del cine durante cuatro años. A partir de 1990 apareció esporádicamente en cintas como Amores compartidos, Motorama, El mundo de Wayne, y Amor Loco. Pero fue hasta 2000 cuando cautivó de nuevo a los estadounidenses con Los Ángeles de Charlie.
“Disfruté mucho mis 20, pero ahora que estoy viviendo mis 30 me doy cuenta de que tengo nuevos miedos. Mis temores actuales son algo que todavía no aprendo a manejar, pero estoy segura que lo haré”, dijo en febrero del este año durante la presentación de su cinta Letra y Música.
Se dice ‘suertuda’
Cher es otra que se ha negado a desparecer: “En este medio -declaró hace dos años- hay gente más talentosa que yo, no sé qué hice para merecer esto, para que la gente me quiera, aún me pregunto por qué siguen aquí; creo que lo mío sólo es suerte”.
Su carrera comenzó en 1963, al conocer a Sonny Bono con quien tuvo el casual éxito I Got you Babe. Un cuarto de siglo después tuvo otro éxito inusitado con Believe, álbum que acumuló casi 50 millones de dólares alrededor del mundo.
Boxeador y actor
La historia de Mickey Rourke es quizá más ruda por sus implicaciones políticas ya que declaró que una parte de su salario de la cinta Francesco la donó al Ejército de la República Provisional de Irlanda, ente separatista que no gozaba de las simpatías de las potencias occidentales. En 1991 dijo que regresaría al box, oficio de su juventud, pero cuatro años después regresó a la actuación en las películas The Rainmaker y Buffalo 66. Su reingreso al mainstream hollywodense fue con Sin City, por cuya actuación recibió un premio de la asociación de críticos de Chicago.
Mexicanos al pie del cañón
En México, hay dos resurrecciones significativas: la de Yuri y la de José José, quienes vivieron su mejor época en las décadas de los 70 y 80.
En el Segundo Festival de la Canción Latinoamericana, la actuación de José José dejó boquiabierto a Marco Antonio Muñiz y extasiado a Alberto Vázquez, quien no sabía dónde poner su cigarro para aplaudir sin estorbos. En la grabación de aquella actuación ocurrida en 1977 al final se ve a las mujeres abalanzadas sobre el joven “Príncipe de la canción”, tímido y sin hacer otra cosa que reverencias.
Fue una época de glorias que duró 15 años. En 1991 se separó de su esposa Anel y a partir de entonces sucedió el deterioro de su voz a causa de una crisis respiratoria y física provocada por el abuso de alcohol.
“Nadie se preocupó por ahorrar dinero y de pronto ya no había nada”, dijo en entrevista el año pasado. Hasta 1995, su vida fue cuesta abajo mientras intentaba la rehabilitación. Ese año se casó con Sara Salazar y graba 40 y 20 Grandeza Mexicana y Mujeriego. Ya ninguno de estos discos provocó bocas abiertas ni éxtasis, pero su calidad todavía alcanzó para un resurgimiento que le permitió subsanar el despilfarro de aquellos años con trabajo.
En aquella misma entrevista declaró: “Todo lo que he tenido que pasar ha dado una resultante maravillosa: mi esposa actual, mis hijitos los pequeños, mis hijos los grandes, mi familia, mi carrera, el público; estoy feliz con mis 57 años. La voz ha dado todo lo que ha podido en 42 años de carrera. Ahora tengo un problema de resequedad en la garganta, pero en cuanto se supere, la voz vuelve a funcionar”. Su actuación en la telenovela La Fea más Bella, lo volvió a colocar en el candelero.
Y Yuri, no sólo retomó su carrera sino que lo hizo con ayuda divina. Luego de un comienzo vertiginoso, Yuri se alejó de los escenarios durante un lustro y reapareció con bríos: “Ahora soy casada y cristiana, mi prioridad ya no es encuerarme”. Entonces se supo que en aquella primera parte de su carrera hubo adulterios y dos intentos de suicidio.
Su transformación implicó “un milagro” ya que ha declarado que le habían detectado tumores que desaparecieron seis meses después. Cuando le preguntan por qué decidió regresar al mundo del espectáculo, responde: “Creo que de allá arriba me decidieron. Se me acabó la voz y seis meses estuve sin voz. Siento que fue Dios quien me hizo parar porque de lo contrario estaría en un hospital siquiátrico”.