TORREÓN, COAH.- Con quemaduras de segundo y tercer grado en distintas partes del cuerpo resultó el señor Miguel Ángel Castoreña Morán, de 48 años de edad, luego de que un desconocido prendió fuego al jacal donde dormía.
En la subestación de Bomberos Sur, se informó que siendo aproximadamente las 14:33 horas, se recibió en la línea de auxilio del 066 el reporte del incendio de un jacal de cartón y madera ubicado en calle 21 de Marzo sin número de la colonia Lázaro Cárdenas.
Al lugar acudió personal de la dependencia a bordo de las máquinas extinguidoras 22 y 13, al mando del suboficial Ricardo Zamora, así como elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal y Cruz Roja.
A su arribó fueron recibidos por la dueña de la humilde vivienda de nombre Margarita Castoreña Morán, quien declaró que algunos vecinos le habían informado que minutos antes un desconocido había prendido fuego al jacal.
Dado la volatilidad del cartón y madera con el que estaba construida la vivienda, el fuego se propagó hacia otra de las habitaciones construida con el mismo material, causándole serias quemaduras al señor Miguel Ángel, quien en esos momentos se encontraba durmiendo.
Gracias a la oportuna intervención de los bomberos y de los propios vecinos, se logró rescatar con vida a dicha persona quien de acuerdo con los paramédicos de Cruz Roja, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en espalda, brazos y pecho.
Para sofocar el fuego que amenazaba con seguirse propagando a otras viviendas, se utilizaron dos líneas de manguera de una pulgada, abastecidas con agua de las máquinas extinguidoras.
No bien se había terminado de sofocar este incendio, la operadora del 066 reportó el incendio de la vivienda ubicada en calle Lorenzo Ávalos número 332 de la colonia Santiago Ramírez.
Lugar al que acudieron las mismas máquinas extinguidoras, para tratar de sofocar el fuego que envolvía la finca propiedad de la señora Manuela Mireles Rodríguez.
Fue la hija de la propietaria, María del Rosario Tonche Mireles, quien informó que el fuego se había iniciado a consecuencia de un corto circuito en un ventilador, incendiándose en cuestión de segundos muebles, ropa, aparatos eléctricos, papelería oficial, además de sufrir serios daños las paredes y techos de la finca.
A consecuencia del siniestro tanto la propietaria de la finca como su hija sufrieron una severa crisis nerviosa que les fue atendida por socorristas de Cruz Roja.