Simpatizantes del principal partido de la Oposición en Pakistán llevan pancartas y gritan consignas contra el asalto a la Mezquita Roja de Islamabad por parte del Ejército, durante una manifestación convocada ayer en la ciudad de Peshawar. Al menos 286 cuerpos han sido retirados del complejo religioso luego del ataque de las Fuerzas Armadas del Gobierno. (EFE)
Posponen para hoy el entierro del clérigo Rasheed Ghazi.
Casi 300 cadáveres han sido retirados de la Mezquita Roja de Islamabad, aseguró ayer una fuente de los servicios de Inteligencia, que mantuvo que se está preparando una fosa común para ocultar la matanza ocurrida durante el asalto al complejo.
La fuente, que pidió el anonimato, mantuvo que 286 cadáveres han sido trasladados desde la mezquita a un almacén frigorífico privado a unos 20 kilómetros de distancia, mientras cientos de trabajadores cavan en un cementerio para enterrarlos antes del alba.
Los cadáveres retirados del complejo religioso han sido trasladados a un depósito frigorífico privado “Sarhad Balochistán” en el sector I-8 de Islamabad, a unos 20 kilómetros de la mezquita, que según agregó, está siendo vigilado por contingentes paramilitares y policiales.
El Ejército, que asaltó el martes el recinto religioso, informó de diez bajas mortales entre sus filas y de 73 entre los radicales armados atrincherados en la mezquita, además de 33 soldados y 26 mujeres heridas.
Su portavoz, Waheed Arshad, dijo ayer que no podía dar una cifra de muertes entre las personas que había en la mezquita pues la recuperación de los cadáveres sólo podría hacerse una vez completada la fase de “peinado y limpieza” del complejo, que aún estaba en marcha.
Antes del asalto, el Gobierno dijo que en el recinto resistían unas decenas de radicales armados escudados tras unos 300 a 500 mujeres y niños; pero después sólo ha informado de la liberación, rendición o detención de unos 80 de ellos.
El jefe de la Fundación humanitaria Edhi, Abdul Sattar Edhi, reveló ayer a la prensa en Islamabad que, tras la operación contra la mezquita, las autoridades militares le encargaron 400 sudarios blancos, que los musulmanes emplean para cubrir a sus muertos.
Uno de los fallecidos en la mezquita fue el cabecilla de su resistencia armada, el clérigo Rasheed Ghazi, cuyo cadáver fue trasladado ayer en un helicóptero del Ejército a su pueblo natal, acompañado por su hermano y líder máximo de la Mezquita Roja, el detenido Abdul Aziz.
Pese a que las hermanas de ambos recurrieron al Tribunal Supremo (TS) para que se cumpla la última voluntad de Ghazi de ser enterrado en la Jamia Faridia, la “madrasa” masculina de la mezquita, los soldados llevaron el cadáver a la aldea baluchi de Rojhan Abdullah, situada en el centro de Pakistán.
El entierro ha sido pospuesto hasta hoy jueves, tras una orden del TS que exigió dar tiempo para que lleguen las hermanas y que además pidió cumplir con la voluntad de Ghazi más adelante si la familia insiste en ello.
Los analistas consideran que el régimen quiere, con este traslado, evitar que la tumba de Ghazi junto a la de su padre (muerto también en la mezquita en 1989) se convierta en un lugar de peregrinación.
Si el “martirio” de Ghazi puede resultar desestabilizador para el régimen, mucho más lo sería la matanza de niñas estudiantes de la Jamia Hafsa, la “madrasa” femenina en la que se registraron el martes los peores enfrentamientos armados.
Muchas de las alumnas de la Mezquita Roja, una institución estatal, son hijas de representantes del clero o del Ejército paquistaníes.
Ayer se celebraron los funerales de nueve soldados muertos en la “Operación Silencio” contra la mezquita, a los que asistió el presidente, Pervez Musharraf, que después visitó a los heridos en un hospital militar, informó la agencia estatal APP.
El peso de la operación contra la mezquita lo llevó el grupo de servicios especiales del Ejército, el mismo cuerpo de élite al que pertenece Musharraf.
El portavoz Arshad dio ayer por “casi acabada” la operación en la mezquita, donde por la mañana aún resistía algún militante armado, pero en la que faltaba por rastrear y detectar artefactos explosivos.
“Puede llevar algún tiempo limpiar el área debido a la caótica construcción del edificio de varias plantas del complejo”, dijo en alusión a la “madrasa” de niñas.
La prensa volvió a tener ayer el acceso prohibido tanto al recinto religioso como a los hospitales.
El primer ministro, Shaukat Aziz, advirtió de que el Gobierno no tolerará más el uso de “madrasas” para promover ideas extremistas, aunque seguirá apoyando la enseñanza religiosa.
Pide Al Qaeda a paquistaníes unirse a la guerra santa
El egipcio Ayman al Zawahiri, “número dos” de la organización terrorista Al Qaeda, hizo ayer un llamamiento a los paquistaníes para que se unan a la “yihad” (guerra santa) de los radicales islámicos atrincherados en la Mezquita Roja de Islamabad contra el Gobierno de su país.
En la grabación “La Agresión contra Lal Masyid (Mezquita Roja)” elaborada por la productora multimedia de Al Qaeda, Al Sahab, y que ha sido colgada en Internet, Zawahiri asegura que “el crimen sólo puede limpiarse con el arrepentimiento o la sangre”.
“Si no os levantáis, (el presidente de Pakistán, Pervez) Musharraf os va a aniquilar. Musharraf no parará hasta erradicar el Islam de Pakistán”, dice la supuesta voz de Zawahiri en la grabación sonora.
La operación militar contra los radicales atrincherados en Islamabad vive sus últimos momentos con el asalto final del Ejército paquistaní a la Mezquita Roja, en el que se cree que han muerto decenas de estudiantes.
El corte de audio de Zawahiri tiene una duración aproximada de cuatro minutos y medio y su autenticidad no ha podido ser confirmada.
Esta grabación es la tercera en la que aparece el lugarteniente de Osama bin Laden a lo largo de este mes y la décima en lo que va de año.