El Papa Benedicto XVI denunció hoy que en la actualidad, en diversas partes del mundo, aún existen católicos que son torturados, perseguidos y asesinados por su religión.
'A veces se sufre o se muere también por la comunión con la Iglesia universal y la fidelidad al Papa', señaló el Pontífice ante varios miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano antes de impartirles su bendición con el Angelus.
En su mensaje recordó la figura del primer mártir de la historia del cristianismo, San Esteban, quien fue primero lapidado y después asesinado por flechas a causa de su fe en la Roma imperial.
'Cuántos hijos e hijas de la Iglesia en el curso de los siglos han seguido este ejemplo. Desde la primera persecución a Jerusalén hasta aquellas de los emperadores romanos hasta los mártires de nuestro tiempo', evocó.
El líder católico comentó que "no es raro que también hoy lleguen noticias desde varias partes del mundo de misioneros, sacerdotes, obispos y fieles perseguidos, aprisionados, torturados, privados de la libertad' porque ser discípulos de Cristo.
Un día después de celebrar la Navidad el máximo líder de la Iglesia Católica encabezó el Angelus desde la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico y que da sobre la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Esta oración, dedicada a María, la pronuncia el Papa en días de fiesta como este 26 de diciembre, cuando se recuerda la memoria de Esteban, santo importante para Roma y en cuya memoria este día en Italia es feriado.
En su discurso Benedicto XVI recordó que el mártir cristiano, como Cristo y mediante la unión con él, acepta en su interior su muerte y la transforma en una acción de amor.
'Aquello que desde el externo es violencia brutal, desde el interior se transforma en un acto de amor que se dona totalmente, la violencia así se transforma en amor y, por lo tanto, la muerte en vida', ponderó.
'El mártir apuntó- actualiza la victoria del amor sobre el odio y sobre la muerte. Es necesario remarcar esta característica distintiva del martirio cristiano: este es exclusivamente un acto de amor hacia Dios y hacia los hombres, incluyendo los perseguidores'.
