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Reviven la Pasión

Momentos en que Jesucristo es crucificado en el vía crucis que se efectuó en el Cerro de las Noas.

Momentos en que Jesucristo es crucificado en el vía crucis que se efectuó en el Cerro de las Noas.

FABIOLA PÉREZ-CANEDO

Los golpes son reales pero pocos se asombran

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- Cualquier otro día es uno de los sectores más problemáticos para la Policía, pero en el Viernes Santo, el Cerro de las Noas se llena de fieles que buscan purificar sus almas a través de mandas, rezos y el acompañamiento del vía crucis viviente de la colonia Jacobo Meyer.

En este día, la gente humilde y la ‘gente bien’ se funde en una ola de casi 12 mil católicos. Todos siguen la historia que se cuenta en este cerro y que desde hace 35 años tiene a Jesús García Hernández protagonizando al hijo de Dios.

Las 14 estaciones inician en calzada de los Misterios. Jesús García, albañil, aparece en medio de sus custodios, descalzo, el sudor corriendo por su rostro, quizá por la empinada subida, o por el trayecto de 1.2 kilómetros, tal vez por el sol que calienta su cabeza cubierta con una corona de espinas, quizá por el esfuerzo que implica cargar una cruz que pesa más de 50 kilogramos.

A las 11:00 el obispo, José Guadalupe Galván, no llega. Luego de 15 minutos los actores rompen formación, pues llega el obispo y la ceremonia inicia cuando Cristo es condenado a muerte.

Jesús recibe azotes, pero son pocos los que se impresionan, mientras el rostro del actor enrojece y se aprieta por el dolor. El asfalto está caliente pero parece no notarlo en sus pies descalzos. Algunos feligreses siguen su ejemplo y se quitan los zapatos antes de empezar a subir.

No hubo llanto este año, tampoco gritos pidiendo que no se golpee a Jesucristo. Son pocos los que escuchan las palabras del obispo, la mayoría se pelea por estar al frente del vía.

Los golpes son reales y el dolor también. Jesús luce una espalda flagelada por los azotes y rodillas rojas. Los soldados bajan a Jesús de la cruz y la gente reza.

‘¡Ay diosito santo, pobrecito!’

Por René Arellano

EL SIGLO DE TORREÓN

Gómez Palacio, Dgo.- Encaramados sobre postes de luz, casetas telefónicas, techos e incluso carros, más de 6 mil personas vieron el vía crucis de la parroquia de Santa Rosa de Lima, perpetuándose por generaciones la tradición de asistir a este evento que cumple ya 52 años.

Con 30 minutos de retraso, la representación de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret inició con la primera estación: Jesús es condenado a muerte y comienza la procesión de 1.6 kilómetros. “¡A 10 los rosarios, a 10 pesos los rosarios, lléveselo!”, se escuchó a uno de los más de 70 ambulantes presentes.

En la calle Corona y Patoni, se escenifica la primer caída de Jesús donde Rosa María Muñoz, dice sentir “una agonía, una desesperación por lo que pasó” a pesar de tener ya 50 años viendo este evento, para luego seguir caminando de forma paralela a Manuel Mario Enrique Torre Lugo, quien representa por primera vez el papel del Nazareno.

La segunda caída se representa en la Ocampo y Centenario, lugar donde Itzel Gómez, de 5 años, está sentada sobre una caseta telefónica y observa la séptima estación. A su lado está su padre, Antonio Gómez quien dice que “desde niño vengo y ahora traigo a mis niños”, ya que también los acompañó Édgar Gómez, de 10 años.

Previo a la tercera caída que ocurrió en Cuauhtémoc y Mártires, Guadalupe, de Ciudad Juárez, se asombró ante la escenificación, pues al ver los azotes a Jesús expresó: “¡Ay diosito santo, pobrecito! Nunca había visto algo así, le pegan de a de veras”.

Sobre una tarima, a un lado de la parroquia de Santa Rosa de Lima, se realizó la crucifixión y muerte de Jesús, lo que fue una novedad, ya que por más de 30 años se realizó en el techo de una vivienda localizada frente a la iglesia.

‘Hay que morir y resucitar con Jesús todos los días’

POR DIANA GONZÁLEZ

EL SIGLO DE TORREÓN

CD. LERDO, DGO.- Encapuchado en una túnica negra, con los labios morados y sosteniendo una iguana -a falta de serpiente- ‘El Demonio’ se regocijaba ante el sufrimiento de Cristo mientras los soldados aguardaban en la plaza principal de Lerdo. “Mira probrecito, así le pegaban a Diosito”, dice una mamá a sus hijas que se estremecen ante el primer azote.

Cerca de mil personas se reunieron en la plaza para ver cuando Jesús de Nazaret es condenado a muerte y seguir su camino al calvario iniciando por la Sarabia y luego por la Allende. Cerca de la avenida Durango, La Verónica le aguardaba con el paño donde el sudor formaría el rostro del Nazareno.

¡Camina!, gritaban los soldados a Jesús ante el asombro de los niños, los más pequeños se asustaban y ceñían las faldas de su madre.

En la pequeña Iglesia de Guadalupe, en ‘El Cerrito’, el color morado predominaba en el altar. En el santuario con 36 bancas no hay grandes estatuas o figuras de divinidades, únicamente pequeños cuadros donde se describen las 14 estaciones del vía crucis. Modesta es la iglesia en cuyos alrededores se conglomerarían posteriormente cerca de dos mil personas.

Don Gabino, de 94 años, colocó y regó el cúmulo de donde se crucificó a Jesucristo. Lleva más de 50 años haciéndolo “por voluntad propia y sin nada a cambio”.

A la 1:30 de la tarde un soldado puso fin a la extensa agonía de Jesús quien agachó su cabeza bajo la cruz. Jesús (Juan Carlos Hernández Navarro), terminó diciendo que “Hay que morir y resucitar con Jesús todos los días del año”, dijo Juan quien terminó agotado pero satisfecho.

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Escrito en: Semana Santa

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