Los asistentes, en su mayoría, menores de edad no perdieron detalle de la obra “Mitos y Leyendas”. (Fotografías de Julio Hernández)
Mitos y Leyendas es una emotiva puesta en escena que recorre la historia de la ciudad en este su Centenario
TORREÓN, COAH.- José Carmen Ayala, a sus 80 años de edad, tiene tantos recuerdos que llora de emoción al revivir la historia de Torreón, representada por un grupo de jóvenes actores, quienes desde hace cinco fines de semana, llevan a las diversas colonias de la ciudad su obra teatral Mitos y Leyendas, como parte de los festejos del Centenario.
La cotidianeidad de la colonia Eugenio Aguirre Benavides se perdió por un momento. Es sábado. Los vecinos se preparan para la llegada de un grupo teatral, anunciado un par de días atrás.
La hora indicada era a las siete de la noche. Poco a poco, los niños se fueron reuniendo en la esquina de la prolongación Blanco y Potrero del Llano, lugar donde se presentaría una obra titulada Mitos y Leyendas.
Los jóvenes actores arribaron al lugar antes de la hora señalada. Era necesario armar un escenario y acondicionar el lugar para los asistentes.
La primera llamada se anuncia. Pequeños entre cinco y 12 años ya se encuentran listos e impacientes, mientras los actores preparan el vestuario y parte del escenario.
Segunda llamada. Madres de familia salen de sus hogares para presenciar lo nunca antes visto en su colonia; “Una obra callejera”.
Pequeñas sillas rodearon el escenario. Poco más de cuarenta niños las ocuparon. Otro más prefirieron sentarse en las piernas de sus amigos y algunos más, en la carretera.
Antes de la tercera llamada, todo estaba listo. Automóviles de los mismos vecinos taparon los accesos a dichas calles. El ambiente era perfecto para pasar un rato agradable en familia. Minutos después de las siete de la tarde, se anuncia la tercera y última llamada.
Humberto Rivera, director del Teatro Isauro Martínez, personificando a un juglar de la edad media, salió a escena. Durante una hora, él narraría todos los acontecimientos que marcarían a Torreón, no sólo en estos primeros 100 años, sino desde la prehistoria.
La obra
El primer capítulo de esta obra se denominó “El gran dios Cachiripa”. El silencio se hizo presente cuando los actores salieron a escena personificando a los antiguos pobladores de la región.
José Carmen Ayala, se encuentra sentado a lado de Tina, su esposa, quien al igual que los pequeños, escucha atento lo que aquel “juglar” cuenta a los presentes.
“Los primeros pobladores de esta región llegaron hace más de diez mil años. Se asentaron a las orillas del Río Nazas(...) abundaban la caza y la pesca, actividades que entonces los primeros pobladores realizaban para sobrevivir”, explicaba Rivera.
Los actores desaparecieron de la escena para correr a la parte trasera del improvisado escenario, donde llevaban a cabo el cambio de vestuario. “Sir Wayton”, “Los gritones de la Alianza” y “Las Etnias”, fueron algunos de los capítulos siguientes.
Los pequeños no pierden detalle. Por un momento, los menores olvidaron la televisión, los videojuegos y la escuela.
El capítulo más esperado se presentó. “La llegada del Ferrocarril a Torreón”.
Un fuerte llanto se escucha entre el público. Es José Carmen que no puede contener las lágrimas. Toma su pañuelo desgastado para limpiar sus lágrimas. Tina, su mujer, lo mira con ternura y toma su mano. Los niños no se dan por enterados.
La función sigue. “La Casa del Cerro” y la promoción del arte, fueron los capítulos más divertidos para los pequeños.
El juglar da una breve reseña de cada uno de los géneros de la música que fueron llegando a la región. Los actores, personificando cada género, interactúan con los niños. El escenario no fue suficiente. La calle se transformó por unos momento en una gran pista de baile.
José Carmen se ha tranquilizado. Ahora al ver bailar a los niños, deja salir algunas carcajadas. Tina sólo lo ve como una sonrisa.
El final de la obra se aproxima. Los jóvenes actores representan la aparición de los primeros periódicos. Entre ellos El Siglo de Torreón. Además de los primeros grandes centros comerciales. Luego de poco más de una hora, la obra considerada como histórico- didáctica, llegó a su fin. Los aplausos no se hicieron esperar.
Una gran experiencia
En cuestión de minutos, los niños comenzaron a retirarse mientras las mamás hacían comentarios de la obra. “Trataron muchas cosas que no conocíamos de la historia de Torreón”, comenta Patricia Fernández, “antes sabía un diez por ciento, pero ahora siento que sé más sobre mi ciudad.
Por su parte, José Carmen explica sus lágrimas “lloré un poquito de tristeza y de emoción porque yo viajé mucho en tren cuando me dedicaba a la venta de zapatos”, dice cuando nuevamente se escapa una lágrima.
Carla Berenice Herrera, tiene doce años. Desde su casa, pudo apreciar toda la obra, la cual calificó como muy divertida. “Es más divertido que nos enseñen la historia así que como lo hacen en la escuela”, comenta con una gran sonrisa en su rostro.
Cursa en quinto año de la Primaria. A partir de este día, asegura que la historia será una de sus materias preferidas, “hay algunas que no les pongo mucha atención porque son muy aburridas”, dice.
Humberto Rivera, director del Teatro Isauro Martínez, quien personificó al juglar, es el responsable de toda la obra, la cual asegura esta basada en los libros de historia “todo es verdad”, señala. “Todo fue adquirido bajo fuentes de libros de historia (...) fue una ardua investigación”.
Rivera considera que para estar orgulloso de ser torreonses “hay que saber quienes somos pues no podremos estarlo sin antes conocernos”.