De cara a la temporada 1998 de la Liga Mexicana de Beisbol, la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma decidió tomar las riendas de los Algodoneros de Unión Laguna; cansada de los malos resultados la empresa entonces propietaria de la franquicia, tomó las riendas y fue así como se iniciaba la era de Francisco Javier Cavazos Gómez.
Hubo anuncios espectaculares como Cornelio García, Matt Stark y el dominicano José González; los principales recursos ahora se enfocaron a reforzar al equipo, pero ni aun así se dieron los resultados esperados. Matt Stark bateaba arriba de .400 cuando fue separado del equipo, José González ya no resultó el mismo, mientras que Cornelio García sufrió una lesión que le mantuvo inactivo la mayor parte de la temporada.
Hoy la intención de Vaqueros Laguna es reforzarse en todas sus líneas, con peloteros de probada calidad y la confianza puesta en elementos jóvenes que nacieron en la organización y han dado muestras de su calidad y de ser merecedores de la oportunidad. Contratar peloteros de probada trayectoria es un buen paso, aunque los imponderables del beisbol nunca se descartan.
Hoy la organización naranja es atractiva para cualquier pelotero, por estelar que éste sea, a diferencia de otras épocas, cuando venir al Unión Laguna era un castigo, sencillamente porque año con año el equipo sólo era comparsa de escuadras redondeadas que aspiraban seriamente no sólo al play off, sino al campeonato.
Si en aquel 1998 parecía un sueño traer peloteros como Cornelio García, Matt Stark o José González, hoy es una grata realidad contar con jugadores mexicanos de la talla de Luis Carlos García, Mario Valdez, Emmanuel Valdez y Francisco Arias, sin olvidar los nombres de Juan Carlos Canizález y Julio César Hernández, que vendrían a darle al equipo una imagen diferente y a colocarlo entre los firmes candidatos en la Zona Norte.
Todos esos peloteros estelares están expuestos a las lesiones, a las bajas de juego o a problemas propios de un ser humano que llega a cumplir un trabajo a un lugar diferente. El convencimiento de que Vaqueros Laguna hoy es una gran organización, es el primer paso para lograr la contratación de ese tipo de jugadores y cada uno de ellos es consciente de la responsabilidad que se tiene al vestir la franela naranja.
Conscientes de esta situación, los directivos trabajan no sólo para tener un grupo de peloteros titulares, sino que la visión va más allá, con la intención de tener una buena banca, con elementos listos y dispuestos para dar buenos resultados en el momento que se les requiera. Hoy los Tomateros de Culiacán son semifinalistas en la Liga Mexicana del Pacífico, en una prueba complicada para el manager Marco Antonio Guzmán, el mismo que va a dirigir a Vaqueros Laguna. Culiacán tiene un equipo plagado de jugadores estelares, generalmente difíciles de dirigir, sin embargo, el ?Buzo? ha sabido llevar a la nave por buen camino, al grado tal de que Juan Manuel Ley lo anunció ya como su timonel para la próxima temporada.
Mucho se ha hablado de las caras nuevas de Vaqueros en 2007, en todos los casos se trata de estelares, pero no se descuida al talento nacional y sobre todo a los muy buenos prospectos que ya piden una oportunidad de jugar en Liga Mexicana. En 2006 se trajo a Julio César Parra que no dio resultados, por lo que hoy el preparador será el novato Julio César Vea, elemento de excelentes recursos, a los que agrega una gran valentía en la loma de pitcheo. Para este elemento será una temporada trascendental, ya que de entregar los buenos resultados que de él se esperan, ahí se podría tener al cerrador mexicano que no se encuentra desde la trágica muerte de Trebor Álvarez.
La labor que hoy realiza Vaqueros Laguna está apenas en su segundo año y la presencia de prospectos de la organización es una prueba de los buenos resultados; ¿qué sería hoy de haber trabajado así desde 1985, cuando llegó a La Laguna la franquicia de los Indios de Ciudad Juárez?
Para Vaqueros Laguna hoy es una necesidad tener ya un verdadero equipo aspirante al título, pero es halagador ver que se piensa en el futuro, a corto, mediano y largo plazo, como muestra de los deseos de quienes hacen posible el beisbol profesional en la Comarca, por ser una de las mejores organizaciones para muchos años.
Los Sultanes de Monterrey gastaron varios millones de pesos en 2006 y se quedaron al margen del campeonato, la directiva regia trató de comprar un título, pero la historia dice que ese camino suele no dar buenos resultados y eso orilla a pensar en construir con pasos lentos pero sólidos, el futuro que muy pronto se convierte en el sostén de una organización.
Hacer contrataciones como las de Vaqueros Laguna de cara a 2007 no es garantía de tener un equipo campeón, sin embargo, sí alcanza para pensar en un conjunto importante, atractivo para cualquier pelotero, por estelar que éste sea. La afición bateó muy arriba de .300 en 2006 y aunque hubo un gran espectáculo, sobre todo en la segunda vuelta, no se alcanzó la postemporada.
Hoy como bien dice Carlos Gómez del Campo, el play off es una obligación que el aficionado deberá disfrutar, aunque un objetivo que ya dejaría satisfechos a quienes participan en el proyecto, es al menos pelear el título de la Zona Norte.