Hoy volver la vista atrás y revisar el calendario nos dice que este espacio está muy cercano a cumplir 20 años de vida, dos décadas de una bonita labor, llegar a los verdaderos aficionados al Rey de los Deportes y brindarles una alternativa en tiempos en los que el futbol acapara los espacios informativos.
Parece que fue ayer, hace cuatro lustros el licenciado Miguel Ángel Ruelas Talamantes nos abrió las puertas de El Siglo de Torreón y entre sus primeras palabras pidió mantener viva esta columna de beisbol. Otro consejo sabio fue decirnos que un buen reportero nunca podrá serlo si carece de contactos; afortunadamente el beisbol, en gran parte como una fuente informativa nos ha dado grandes amigos, los cuales hasta la actualidad se conservan.
No se pueden omitir los nombres de Ramón ?Diablo? Montoya, Alejandro Lizárraga, Juan Manuel Palafox, Francisco Galindo, Raymuindo Padilla, Carlos Rubio Benítez, Alejandro Soto Jurado, Heriberto ?Kino? Gallegos, Marcelino Curiel Corona, Raúl Zugasti Reyes, Rodolfo Ayup Sifuentes, Juan Abusaid Ríos, Alfonso Díaz Couder Calero, Raúl Héctor Parra Monsiváis, el médico Salvador Chavarría Vázquez y el inolvidable José Luis Rivera Vázquez. De la época más reciente es necesario mencionar a Francisco Javier Cavazos Gómez y a Carlos Gómez del Campo, directivos con la característica de dar siempre su lugar a quien lo merece.
El camino recorrido está lleno de grandes recuerdos, de momentos difíciles, pero lo principal, de muchas satisfacciones, como esos premios en el concurso del Salón de la Fama, cuyo comité elector tuvimos la satisfacción de encabezar en 2004. Cómo olvidar aquella entronización de Fermín ?Burbuja? Vázquez, Nelson Barrera, Andrés Mora y el colega Enrique Kerlegand.
La Liga Mayor de Beisbol de La Laguna, con aquel equipo de San Pedro que formó Toño Wong, en donde Jesús ?Chito? Ríos, Ricardo Solís, Eduardo Torres y Fernando Elizondo eran parte importante, en la final se perdió ante el Canal 4, que en la última parte de la temporada cayó en manos de Marcelino Curiel Corona para convertirse en campeón, para muchos de manera sorpresiva.
Momentos difíciles se han vivido en esos 20 años, como aquel pleito con Marco Antonio Vázquez que no llegó a las manos por la intervención de don Pedro ?Charolito? Orta, o bien, aquel momento en el que acudimos al vestidor para escuchar los reclamos del panameño Dimerson Núñez, flamante cuarto bat que fue contratado como solución y fue dado de baja por batear apenas .163 de promedio.
Por el beisbol hemos conocido los estadios de Angelinos de Anaheim, Rangers de Texas y Medias Rojas de Boston, la cobertura de la última Serie del Caribe celebrada en Culiacán y que los Tigres de Licey le ganaron a los Naranjeros de Hermosillo en la final, resultó una experiencia inolvidable.
Por ahí dice el profesor José Félix Martínez, cronista de los Saraperos de Saltillo, que el beisbol es para hacer amigos y tiene toda la razón, aunque se trata de un deporte tan especial y celoso que no permite se le descuide, como generalmente sucede con las mujeres. El beisbol en el aspecto informativo, exige de una gran pasión y así lo dijo un día don Ricardo Acosta Mauricio, al definir el aspecto de la pasión como un aspecto fundamental para transmitir algo a los aficionados; ese sentimiento, en ocasiones excesivo, suele traer problemas que al paso del tiempo quedan como anécdotas en el arcón de los recuerdos.
Los 20 años del Rincón Beisbolero llegan en 2007, curiosamente cuando Vaqueros Laguna ha realizado un gran esfuerzo en busca de tener un equipo competitivo y aspirante serio a disputar el título, porque hoy existe la certeza de que el equipo naranja va a estar en la postemporada. Las dos décadas se cumplen cuando por vez primera se realiza la Cumbre del Beisbol Mexicano y en donde la LMB, a través de su presidente, Plinio Escalante Bolio, nos ha hecho llegar la invitación formal para estar como panelista junto a gentes tan destacados como Juan Vené, Tomás Morales, Jorge de la Serna, Gonzalo Camarillo, Antonio de Valdés, César Galaviz y Alfonso Araujo, entre otros.
Voltear la vista atrás permite abrir el baúl de los recuerdos y decir con la cara en alto que se escogió la profesión que verdaderamente se ama, que cuando al beisbol se le descuida suele dar reveses muy severos, pero cuando se le atiende y se le quiere con pasión, sus bondades llegan por racimos. Recibir en la propia casa el trofeo del Salón de la Fama del Beisbol Profesional Mexicano es algo inolvidable, como sucedió en 1990, cuando José Domingo Septién, el ?Mulato? de Córdoba era el maestro de ceremonias y la entrega se realizó en el Casino del Campestre Torreón, de parte de Pedro Treto Cisneros.
Seguramente habrá tiempo para hacer más remembranzas, pero hoy es momento de agradecer; primero al creador por brindarnos esta oportunidad; a mis padres Claudio y Cristina, quienes me dieron la vida y me enseñaron el camino correcto a seguir en este mundo; a mis hermanos: Cristina, Eduardo, Carlos, María Elena y Marcela. Y qué decir de mi esposa Angelina, mis hijos Angelina y Claudio Mario, los tres motores que día a día me hacen andar por el difícil camino de la existencia, siempre con el deseo de mejor.