Juegos como el que Vaqueros Laguna ganó el martes anterior al Águila de Veracruz, son de los que permanecen mucho tiempo en el recuerdo de los aficionados al beisbol. Mario Valdez estaba en dos strikes ante Sixto Báez, Sergio Omar Gastélum corría en la inicial cuando de pronto la pelota voló, voló y voló, como lo narrara el inolvidable Óscar “Rápido” Esquivel.
Antes del partido, Fernando Benito entrevistó para la radio a Mario Valdez y en la charla con el entonces líder bateador de la LMB, se habló de la poca oportunidad del bateador zurdo para impulsar carreras en la presente temporada. Valdez se manifestó contento por su buen ritmo ofensivo y dijo que la producción de carreras muy pronto llegaría; vaya si su deseo se cumplió inmediatamente.
Cuando la directiva de Vaqueros Laguna anunció la salida de Julio Reyes a cambio de Mario Valdez, hubo quienes cuestionaron el movimiento, no consideraban correcto que la organización se desprendiera del Novato del Año 2005, sobre todo para traer a un pelotero de 32 años de edad. Lo interesante aquí es que ese bateador en 1997 fue el primera base de los Medias Blancas de Chicago, en 2000 y 2001 jugó en el mejor beisbol del mundo con los Atléticos de Oakland.
Mario Valdez Avelar nació en Ciudad Obregón, Sonora, el 19 de noviembre de 1974, su promedio global ofensivo en ligas mayores fue de .238, participó en 91 juegos, tomó 181 turnos al bat, anotó 18 carreras, conectó 43 imparables, ocho fueron dobles y dos cuadrangulares, lo que le alcanzó para producir 21 carreras. Como complemento Mario recibió 29 bases por bolas y se ponchó en 60 ocasiones. Puede decirse que no son números para espantar, sin embargo, es bueno recordar que se dieron en la gran carpa.
Los managers de Mario Valdez en grandes ligas fueron: Terry Bevington, en 1997 con Medias Blancas de Chicago y el famoso Art Howe, en 2000 y 2001, con los Atléticos de Oakland. Por cierto, en la temporada 2000, cuando Mario estuvo en sucursal de Oakland tuvo como timonel al de Gómez Palacio, Juan “Kilillo” Navarrete.
Por qué entonces desprenderse del todavía muy joven Julio Reyes para traer al ya experimentado Mario Valdez Avelar, sencillamente porque el club Vaqueros Laguna es ya una organización obligada a entregar resultados positivos, el equipo naranja no puede darse el lujo de esperar, porque ya son muchos años de tristezas, de esperanzarse a los “garbanzos de a libra” como han sido Leo Hernández, Warren Newson, Jesús González Loroño o Daniel Ríos.
El martes anterior fue Mario Valdez el héroe de la ofensiva naranja y Sixto Báez se convirtió en la víctima, pero es un hecho que en el orden al bat de Vaqueros Laguna desde el primero hasta el noveno tienen lo necesario para cambiar favorablemente la decoración de un enfrentamiento, con un solo lanzamiento.
En cuanto al pitcheo, vaya si dejó una grata impresión el relevista dominicano Agustín Montero, con lanzamientos por arriba de las 90 millas para retirar por la vía del ponche a Rufino Candelario, José Luis Acuña y Ricardo Soriano. Quizá las características de esos tres bateadores no eran las propias para que Montero utilizara su mejor lanzamiento, el slider, el cual seguramente se verá cuando suba a la loma en condiciones de apremio y con auténticos cañoneros en la caja de bateo.
Desde 1985, cuando la franquicia de Ciudad Juárez llegó a La Laguna, el equipo de casa ha tenido grandes taponeros y cómo olvidar a Miguel Alicea, Jeff Perry, el tapatío Trebor Álvarez (qepd) y el dominicano Bienvenido “Ben” Rivera. También ha habido grandes fracasos como los de Don Strange, John David Barfield y Carlos Chávez, entre otros.
Vaqueros Laguna hoy puede presumir de tener como cerrador a un elemento de ligas mayores, que se muestra como un gran profesional, que no necesitó varios días para acoplarse, ni a la ciudad ni a la loma de pitcheo. Bienvenido sea Agustín Montero, un lanzador que cualquier organización de Liga Mexicana que aspire al éxito, quisiera tener en sus filas, con excepción de los mexicanizados Tigres de Quintana Roo y Diablos Rojos del México.
Y al tener en casa a Sixto Báez, cerrador de los Rojos del Águila de Veracruz, vale la pena comentar los datos sobre este veracruzano en el libro Quién es Quién, editado por la Liga Mexicana de Beisbol. Sixto Báez Padrón nació en Ciudad Cardel, Veracruz, el seis de agosto de 1987, su debut en la liga fue con el equipo jarocho en la temporada 1993, por lo que si Pitágoras no miente, Sixto Báez es el pelotero más joven en hacer su presentación en esta liga, porque de acuerdo a la información, ese hecho se dio cuando el lanzador tenía ¡seis años de edad!
