Al hacerse oficial el cambio de la franquicia de los Rieleros de Aguascalientes a Nuevo Laredo, la primera pregunta es si la organización fronteriza tendrá el tiempo suficiente para reforzar su novena de cara a la temporada 2008 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB). La herencia que deja el conjunto hidrocálido no parece alcanzar para un equipo competitivo, por lo que la elección de los refuerzos será un tema de gran importancia para la nueva organización tamaulipeca.
Aguascalientes fue otra vez un equipo gris, que nunca conectó con sus aficionados, algunos de los cuales se mantuvieron fieles a la causa, a pesar del pobre espectáculo que ofrecieron los Rieleros y sobre todo, al perder muy temprano toda esperanza de siquiera acercarse al play off. Después de la danza de los managers y de aquel cambio increíble con el Águila de Veracruz en donde se incluyó a los utileros, Aguascalientes dejó números de 40-67 en ganados y perdidos, para .374 de promedio y a 29 juegos de distancia de los Sultanes de Monterrey, el mejor equipo del Norte.
Lo más destacado del equipo fue el venezolano Eduardo Ríos, que muy temprano dejó a la organización para incorporarse al beisbol de Japón, la partida de Ríos y los malos movimientos que se hicieron, evitó que se cambiara la decoración del equipo, que todo el calendario fue frío y sirvió como escalón a la mayoría de sus contendientes. Es muy triste que la LMB permita situaciones como esta, pero hoy la “papa caliente” está en Nuevo Laredo, en una carrera contra el tiempo para formar un plantel en donde evidentemente hay carencias en todos los departamentos.
Por lo pronto, existe una versión que habla de algunos problemas de Gerardo Sánchez con un directivo importante de los Pericos de Puebla, esta situación podría dejar fuera al de Guasave como manager de los verdes, pero no hay duda que el “Polvorita” iría a parar a Nuevo Laredo, en donde como pelotero escribió una rica historia, en la que destaca ese récord de Rolando Camarero, el cual se quedó muy atrás para convertir a Gerardo en el auténtico “Caballo de Hierro” de la Liga Mexicana.
Plinio Escalante ha sido ratificado un año más como presidente ejecutivo de la LMB, el directivo dijo claramente en febrero pasado, durante la Cumbre del Beisbol Mexicano, que su intención era incrementar el número de equipos en el circuito, el yucateco mencionó varias plazas con capacidad para tener pelota profesional, pero será interesante saber si Escalante hoy piensa lo mismo, al ser testigo del peregrinar de algunos equipos que muy poco hacen para aprovechar el apoyo de las autoridades y brindar al público un espectáculo digno.
Interesante será también saber si Escalante piensa que existen suficientes peloteros de calidad para aumentar a 18 o hasta 20 equipos, quienes piensan que eso puede suceder, seguramente se inclinan por un incremento de hasta seis extranjeros por equipo, al estilo de la Liga “Mexicana” del Pacífico. Los directivos de la LMB, lejos de pensar en una expansión, deben sentarse y proponer ideas que antes que nada den mayor solidez a la liga y las 16 organizaciones que la integran.
Voltear la vista atrás en el calendario permite darse cuenta de la enorme cantidad de cambios de franquicia que se han dado en los últimos años, los directivos generalmente dicen que los gobiernos no los apoyan, pero aquí cabe preguntarse ¿qué hacen esos directivos para apoyar a sus gobiernos, para ofrecer a sus aficionados un equipo verdaderamente protagonista, cuánto dinero arriesgan esos directivos para mejorar el espectáculo o las condiciones de sus parques?
Es lamentable, pero son pocas organizaciones verdaderamente sólidas, con ideas bien definidas y un verdadero proyecto que pretende hacerlas crecer y afianzarlas para ser exitosas a lo largo de varios años. Los aficionados laguneros hoy pueden estar orgullosos de que entre ese grupo selecto está Vaqueros Laguna.
