El ministro de Defensa de España, José Antonio Alonso (centro), asistió al funeral celebrado en la base “Cervantes” por los seis soldados españoles, fallecidos el domingo en un atentado en el sur de Líbano. (EFE)
Miembros de la fuerza de paz de la ONU se reunieron ayer en una emotiva ceremonia para dar un último adiós a seis camaradas que murieron la víspera en un atentado.
El ministro de Defensa de España, José Antonio Alonso, se sumó a unos 200 soldados de paz en la ceremonia, que fue realizada en el cuartel general del contingente español en la localidad Ibl el Saqi, en el sur libanés.
“Lo que yo he visto hoy puede ser descrito con dos palabras, determinación y coraje”, dijo Alonso, que llegó a Líbano para recibir los restos mortales.
Seis miembros del contingente español, incluyendo tres colombianos, murieron en la explosión de un coche-bomba el domingo cuando estaban de patrulla. Otros dos resultaron gravemente heridos.
Nadie se ha atribuido el ataque del domingo contra el contingente español de la misión de la ONU, que mató a dos españoles y tres colombianos, pero la coalición anti-siria en el Parlamento responsabilizó a Damasco, pese a su condena del atentado.
Cada uno de los seis ataúdes, cubiertos con banderas españolas, fueron llevados a pie a un hangar cerrado en el que se realizó la ceremonia. Uno de los portadores de los féretros, un joven soldado, no pudo contener el llanto.
Los ataúdes fueron colocados en mesas cubiertas con sábanas blancas y se colocaron boinas azules en cada uno de ellos. Un sacerdote oró en español y roció agua bendita.
“Yo estoy seguro de que el pueblo español reconoce vuestros sacrificios”, dijo Alonso.
Luego de la ceremonia de 50 minutos, los féretros fueron llevados a helicópteros de la ONU que les transportarán al aeropuerto de Beirut para el viaje a España.
Previamente en la jornada, el Gobierno del Líbano calificó el ataque de “reto a la comunidad internacional” y pidió ayuda exterior para evitar que el país se hunda en el caos.
Refuerzan seguridad tras atentado
La Fuerza Interina de las Naciones Unidas (FINUL) y el Ejército libanés han reforzado las medidas de seguridad en el sur del Líbano, tras el atentado del domingo contra los “cascos azules” españoles.
El lugar donde se produjo la explosión con coche bomba, que causó seis muertos y dos heridos, está cercado por “cascos azules” y soldados libaneses.
Dentro del perímetro de seguridad, permanecían varios expertos en explosivos y perros de la Policía que trabajaban para recoger pruebas e indicios del atentado.
El coche casi calcinado en el que se trasladaban los soldados españoles y colombianos fue recogido del lugar.
En la cercana localidad de Jiam, la mayoría de las tiendas permanecieron cerradas, mientras que muchos de sus habitantes no salieron de sus casas.
"Estamos inquietos. El atentado contra los ‘cascos azules’ españoles presagia algo muy malo para la región", señaló un vecino, opinión que compartieron varios de sus allegados.