Martín Palermo seguramente querrá anotarle a su acérrimo rival, el River Plate en el clásico argentino que se juega este día. (AP)
Este día es el clásico argentino en el Monumental.
El partido entre River Plate y Boca Juniors, que se disputará hoy, domingo, en el estadio "Monumental", pone en juego mucho más que tres puntos a falta de siete jornadas para que termine el torneo Apertura 2007 del fútbol argentino.
Boca necesita de una victoria para mantenerse a tiro del líder Independiente, del que lo separan dos puntos, incluso con la posibilidad de alcanzarlo o pasarlo si lo rojos de Avellaneda no resuelven con un éxito su choque con Newells Old Boys en la ciudad de Rosario.
River, en cambio, está cargado de urgencias por su décima posición clasificatoria, la inestabilidad en el cargo del entrenador Daniel Passarella y la probable despedida de la lucha por un título que no obtiene desde hace más de tres años si empata o cae derrotado.
Independiente suma 25 puntos, Boca Juniors 23 y River Plate apenas 16, mientras que Newells Old Boys, con un partido menos, tiene 14.
Boca Juniors llega a este encuentro con el ánimo fortalecido por su victoria del miércoles pasado sobre su bestia negra, San Lorenzo de Almagro (2-0), mientras que River sufrió una dolorosa goleada, ese mismo día, en su visita al Argentinos Juniors (4-1).
Se descuenta que el técnico del equipo "xeneize", Miguel Angel Russo, repetirá la alineación para este partido, todo lo contrario a lo que tiene previsto Passarella, que hará al menos cinco cambios en el equipo.
"Tenemos que pensar solamente en nosotros, sin tener en cuenta los antecedentes inmediatos de nuestro rival. Preparamos este partido de la mejor manera y vamos a por el título de campeón", aseguró Russo.
Passarella, que en mayo pasado anunció que dimitirá si River no gana este torneo o la Copa Sudamericana, pese a que tiene contrato hasta 2009, afirmó que el campeonato no está definido y que si su equipo gana tiene posibilidades de luchar por el título.
El denominado "clásico de los clásicos", para el que será montada una operación de seguridad con 1.300 policías, será el número 181 en la historia del fútbol profesional argentino, con 65 victorias boquenses y 60 de los "millonarios".