Agencias
Bagdad, Irak.- El número de civiles iraquíes muertos por la violencia política llegó a un nuevo récord en 2006, según cifras del Ministerio del Interior de Irak, que cifró ayer en 16 mil 245 el total de las víctimas mortales de la incesante violencia en ese país el año pasado, de ellos más de 12 mil eran civiles y el resto son miembros de las Fuerzas de Seguridad y de grupos insurgentes.
Estas cifras las difundió en un comunicado el Ministerio de Interior, cuya publicación coincidió con el hallazgo de los cadáveres de decenas de personas con impactos de bala y señales de tortura en distintas zonas de Bagdad.
Según la nota, 12 mil 371 civiles iraquíes perdieron la vida y otros 15 mil 143 resultaron heridos durante los pasados doce meses en acciones de violencia, especialmente atentados suicidas, en su mayoría con coches bomba.
Además, mil 743 efectivos de las Fuerzas de Seguridad iraquíes -policías y soldados- fallecieron y dos mil 113 fueron heridos de diversa consideración en ataques y enfrentamientos con grupos insurgentes en todo Irak.
Los datos, basados en estadísticas de los Ministerio de Sanidad y Defensa, así como en otros del departamento de Interior, cifran en dos mil 131 los supuestos rebeldes muertos en el mismo periodo y en 17 mil los heridos.
Fuentes policiales explicaron que la cifra de víctimas civiles no incluye a las personas heridas de gravedad en atentados y fallecidas posteriormente como consecuencia de sus heridas. Tampoco incluye a personas secuestradas que se encuentran hasta el momento en paradero desconocido, lo que ha llevado a observadores iraquíes y extranjeros a pensar que la cifra de muertos es mayor a la anunciada oficialmente.
?Lo que dice el ministerio de Interior es lo correcto. Sí, es una cifra preocupante, pero es la correcta?, dijo Mohamad al Askari, consejero del ministerio de Defensa, en declaraciones a la televisión Al Jazzera.
Los víctimas mortales civiles de la violencia en 2006 perdieron la vida, en su mayoría, en ataques y acciones de violencia sectaria entre suníes y shiies, que azota el país desde que en febrero pasado fuera atacado el mausoleo del imán Ali al Hadi, en la localidad de Samarra.
Este mausoleo, a unos 100 kilómetros al norte de Bagdad, es uno de los lugares más venerados por la comunidad shii que representa el 60 por ciento de la población de Irak, de unos 25 millones, y que controla el Gobierno, el Parlamento y las Fuerzas de Seguridad.
Desde ese ataque el conflicto sectario ha ido agravándose y han fracasado hasta el momento todos los intentos del Gobierno del primer ministro, el shii Nuri al Maliki, para aplicar su plan para la reconciliación nacional en Irak.
Además de los atentados con coches bomba y proyectiles de morteros, atribuidos a la insurgencia suní y a ?grupos terroristas? extranjeros perteneciente a Al Qaeda, la Policía informa casi a diario del hallazgo de cadáveres de shiies y suníes con impactos de bala y torturas en distintas ciudades iraquíes.
Ayer mismo, han sido encontrados sólo en Bagdad los cuerpos de 45 iraquíes, en su mayoría con las manos atadas a la espalda y con señales de haber sido torturados antes de ser asesinados.
Esa cifra eleva a exactamente a cien los cadáveres hallados en similares circunstancias en esta capital en las últimas horas, según fuentes policiales iraquíes.
Además de las pérdidas humanas iraquíes, hasta ayer tres mil dos soldados norteamericanos han fallecido en Irak desde la invasión de este país en marzo de 2003, de ellos 820 perdieron la vida en 2006, según comunicados del mando militar de Estados Unidos.
Los hispanos representan menos de 9.5 por ciento de los miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, pero suman el 11 por ciento de los soldados muertos en la guerra de Irak. Los hispanos también son 17.5 por ciento de los soldados en posiciones de combate en tierra.
En julio de 2002, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, firmó un decreto por el que se ha acelerado el trámite de adquisición de ciudadanía para los extranjeros que presten servicios durante la que considera ?guerra contra el terrorismo?.
Los soldados rasos suman 19 por ciento de las bajas mortales, los sargentos el 17, los soldados de segunda el 13, los sargentos mayores el 12, los soldados de primera el 11, los cabos el nueve y los capitanes tres por ciento.
Según el Pentágono, 42 por ciento de los soldados muertos tenía entre 21 y 25 años de edad; 18 por ciento entre 26 y 30 años y 17 por ciento entre 18 y 20 años.