Rubén Romero Suárez, director técnico del XIX Maratón Internacional Lala 2007, rehuye hablar del caso de las hermanas Berenice y Daniela Martínez Chávez. (Archivo)
El director técnico del Maratón Lala se muestra irresponsable y no da la cara
Rubén Romero Suárez, director técnico del XIX Maratón Internacional Lala 2007, se ha vuelto “ojo de hormiga”. Ayer El Siglo de Torreón trató de establecer contacto telefónico con él a la ciudad de Monterrey y resultó en vano, su teléfono celular estaba fuera de servicio y en el de su oficina siempre respondió el contestador automático.
El director de la competencia atlética lagunera de mayor proyección a nivel nacional e internacional vive en la ciudad de Monterrey, en donde tiene un negocio dedicado a la venta de computadoras.
En primera instancia se trató de localizar al también columnista de varios periódicos en su domicilio particular, la llamada fue atendida por su esposa, quien manifestó que Romero Suárez había salido a temprana hora para asistir a un desayuno y estimaba que llegaría a la oficina alrededor de las 11:00 horas.
A partir de la hora señalada por su esposa se trató de localizar al director del Maratón Internacional Lala en los dos teléfonos de su negocio particular, en el primero de ellos respondió siempre una contestadora, indicando que se dejara un mensaje y que él se reportaría más tarde.
Se dejaron varios mensajes en la contestadora y nunca llegó la respuesta del director técnico del maratón, quien evita a toda costa hablar sobre “la trampa” cometida por las hermanas Brenda y Daniela Chávez Martínez el pasado domingo cuatro de marzo. El segundo teléfono de su oficina sonaba en forma normal, pero nunca lo contestó.
De igual manera se trató de localizarlo en su celular, en el cual un correo de voz indicaba que estaba fuera de servicio, pero según su esposa lo había dejado olvidado en casa.
Se solicitó a la señora Romero algún otro número de teléfono celular, en donde pudiera localizarse a Rubén Romero Suárez, su respuesta fue que desconocía si tuviera otro más. La señora Romero manifestó que su esposo iría a comer a casa a las 14:30 horas.
A la hora indicada se le llamó otra vez y la respuesta de la esposa del director técnico del Maratón Lala fue que se había ido a comer con una personas y estaría en su oficina entre 16:30 y 17:00 horas.
En este lapso se le llamó en varias ocasiones y la historia fue la misma: “de momento no me encuentro, deje su mensaje, que yo me reportaré”, lo cual no ocurrió.
El hecho de que el director técnico del Maratón Lala viva en la ciudad de Monterrey representa una pérdida de identidad del mismo, pues lo dirige una persona que desconoce la idiosincrasia del lagunero y no “da la cara” para atender los reclamos de los competidores.
