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Rumbo al Centenario| Periférico

Luis Guillermo Hernández Aranda

Cuando faltan poco más de 90 días para que Torreón celebre su primer Centenario, es importante reflexionar sobre la importancia de la fecha para que la sociedad civil haga suyos los festejos.

Por desgracia hasta el momento, el ambiente de fiesta no se percibe en las calles. Indudablemente las confrontaciones entre el Gobierno del Estado y el Municipio han repercutido en el ánimo de la población, que no ve por ningún lado las espectaculares obras anunciadas con motivo de los primeros cien años de la ciudad. Mucho habló el alcalde, José Ángel Pérez, de “los regalos para Torreón”, con proyectos de obras a realizar con recursos del Impuesto Sobre Nómina (ISN).

Sin embargo, la incapacidad de lograr acuerdos entre el Municipio y el Estado ha impedido que la construcción de las famosas obras inicien, vaya, ni siquiera han sido aprobadas por el Comité del ISN para que se realicen. Por la premura del tiempo, el 15 de septiembre es la fecha oficial del Centenario, es un hecho que las obras no estarán listas para entonces.

Aunado a la falta de obras, seguramente algunos sectores de la población desearían ver anunciados cada fin de semana eventos culturales de gran importancia o espectáculos de primer nivel para celebrar el origen de Torreón.

Tampoco es así, no tendremos una especie de Cervantino para festejar, sin embargo esto no es motivo de tristeza. El Centenario de Torreón no debe ser sólo una fiesta de globos y confeti, por el contrario, es la oportunidad que tenemos para replantearnos hacia dónde vamos como sociedad.

Las personas que ignoran su historia están condenados a cometer los mismos errores, de ahí que el Centenario sea un buen pretexto para reconocernos, saber quiénes somos y qué queremos como ciudad, como región.

Andrés Fábregas en su libro El concepto de la región en la literatura Antropológica escribe:

“La región es el resultado de un proceso que vincula en el tiempo y en el espacio a la sociedad, la cultura, el medio ambiente y la historia”.

De ahí que debamos replantearnos el futuro de nuestra ciudad desde distintos ángulos: de las profesiones, de las artes, de la arquitectura, de la visión, del desarrollo industrial y empresarial. Este último aspecto buscando un desarrollo sustentable, reconociendo nuestra historia para evitar errores del pasado que han contribuido a la contaminación así como a la sobreexplotación de los mantos freáticos.

Estos cien años son un buen pretexto para reflexionar sobre los elementos que nos identifican, diferencian y vinculan con el resto del país.

No debemos permitir como sociedad civil que el festejo sea secuestrado por la clase política, que aprovecha el Centenario para colocar espectaculares con objetivos electorales.

Aunque somos una ciudad joven, no por eso nuestra historia es menos rica. Al contrario, los habitantes de Torreón tenemos muchas cosas por qué sentirnos orgullosos de nuestra ciudad. Como ejemplo ahí están las empresas laguneras que son un referente a nivel nacional, ahí están los aportes a la cultura de personajes como Pilar Rioja, a las letras con un Saúl Rosales o un Jaime Muñoz. Somos de las pocas ciudades que pueden presumir el ser sede de una orquesta de cámara como la Camerata de Coahuila. Por supuesto ahí están los triunfos del Santos Laguna.

El Centenario es la oportunidad de unirnos y demostrar nuestra fortaleza como sociedad civil por encima de los errores y las tendencias protagónicas de la clase política local.

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