El bulevar Morelos, baluarte de la ciudad.
Sin duda alguna, la avenida Morelos con sus características palmas y un largo camellón central, que comprende el tramo de la calle Múzquiz a la Alameda Zaragoza, es uno de los espacios viales más conocidos y emblemáticos de la ciudad de Torreón. En buena medida esta popularidad se debe a que la Morelos fue para la segunda década del Siglo XX, un bello bulevar que representaba el moderno crecimiento de Torreón.
La historia de la avenida se remonta al año 1887, cuando el ingeniero Federico Wulff trazó el cuadro principal de Torreón. Hacia 1898, el Jefe Político don Luis M. Navarro, propuso la nomenclatura que lleva el primer cuadro de la ciudad, tomando como referencia a los Héroes de la Independencia.
Sin embargo, tuvieron que pasar dos décadas para que se desarrollara la Morelos tal y como la conocemos. Los orígenes se remontan a las gestiones que hizo el presidente municipal Nazario Ortiz Garza durante el cálido mes de mayo de 1923, es decir, la construcción de la Morelos es paralela a los trabajos de pavimentación por la empresa estadounidense International Willite de las principales calles del centro de la ciudad. Vale recordar que por aquellos años Torreón comenzaba a consolidarse como una moderna urbe, y que por lo tanto, la pavimentación, el alumbrado público, la red de drenaje y agua potable, fueron notables prioridades para la ciudad. En ese mismo año, el Gobierno del Estado aportó la cuantiosa suma de $3,000 pesos sólo para las obras del bulevar Morelos. Ortiz Garza, quien fue buen gestor, promovió también donativos de diversas empresas y particulares como:
Cía. del F.C. Eléctrico de Lerdo a Torreón $8500
Abastecedora de Agua, 1500
Metalúrgica de Torreón, 1000
Jesús Pámanes, 1000
Celso Garza González, 1000
Pedro Franco Ugarte, 500
Aurelio Anaya, 500
Julio N. Martínez, 500
Mauro de la Peña, 500
Bancaria París y México, 450
Total: $15450
Paulatinamente, entre 1923 y 1925 el bulevar Morelos fue habilitado con jardín, macetones, palmeras, pavimentación y alumbrado eléctrico sobre el camellón central, así como réplicas de esculturas europeas en las bocacalles. Dos aspectos llaman la atención: las palmas y las esculturas. Las primeras, fueron impulsadas por Plácido Vargas, quien presidía la Junta de Mejoras Materiales en 1925.
En cuanto a las esculturas, fueron realizadas por Fernando Torriello, el mismo escultor que realizó una réplica de la que hizo Miguel Ángel para la tumba de Alejandro Medicci. Un cronista de la época señala que fue la empresa de petróleo “El Águila”, quien cooperó en el financiamiento del monumento.
Como toda obra importante, la inauguración del bulevar Morelos para septiembre de 1925, fue integrada a los festejos de la primera Feria del Algodón. En aquella ocasión la primera reina de la feria, Elvira Torres, encendió el alumbrado que iluminó el tramo de la Morelos desde la calle Torreón Viejo a la Alameda. De esta manera la Morelos se convirtió en uno de los paseos e iconos por excelencia de la ciudad. Era el gran baluarte de aquel tiempo como ahora lo es el moderno bulevar Independencia. Los torreonenses se sentían orgullosos de esa obra que caracterizó el progreso de la ciudad en los años veinte.
En la actualidad la ciudad ha cambiado notablemente, y las vialidades por las que circulamos diariamente se parecen poco a las de antes. En el caso de la avenida Morelos no se conserva ni el jardín, ni los arbotantes que alumbran en antaño, tampoco están ya las vistosas esculturas de Torriello. Desde 1946 se habían iniciado los trabajos para retirar las vías del tranvía en la Morelos, Hidalgo y Múzquiz, así como el obelisco (en esta última calle) que donara alguna vez la fábrica de cigarros el Buen Tono. Posteriormente las esculturas correrían, como muchos sitios históricos de la ciudad, con la misma suerte.
Investigador del Archivo Municipal y miembro numerario de la Comisión de Historia.
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