El Universal
MÉXICO, DF.- Si usted desea sentarse en la misma mesa que David Beckham, Madonna, Luis Miguel o Michael Jackson, debe desembolsar entre 15 mil y 50 mil pesos... pero con la advertencia de que no se tratará del personaje original.
Y es que en el mundo existen agencias especializadas en manejar dobles de artistas, políticos y deportistas, que incluso cantan y bailan, según sea el caso, con tal de complacer a los clientes.
Daniel Aguirre, director de Central del Espectáculo, empresa española que es la más importante de habla hispana, considera que el público desea sentirse cerca de gente famosa.
Su negocio tiene una cartera de más de 100 personalidades, siendo las más solicitadas el astro inglés de futbol David Beckham con todo y Victoria, y el presidente de Estados Unidos, George Bush y, en España, el rey Juan Carlos. “Muchos de nuestros dobles no son actores, sino gente normal. Por ejemplo, un peluquero es Fidel Castro...
“Lo que buscamos son dobles que se parezcan mucho y que reaccionan con ciertas características. Tratamos de que si el doble es de un cantante, también cante y que hable el idioma original, así se puede contratar en donde sea”, explica Aguirre, vía telefónica desde Barcelona.
Continuamente, dice, hay gente que le manda fotografías aduciendo que se parecen a alguien. Si convence, entonces se les manda llamar.
La contratación de sus dobles tiene un costo promedio de mil 550 euros (unos 23 mil pesos), más transporte y hotel mínimo tres estrellas europeas, según se requiera.
“Su presencia es de cuatro horas y puede tomarse la foto, entregar reconocimientos o cosas así”, explica.
Pero el costo también se basa en el uso de la imagen: si es para un evento privado, una aparición en televisión o incluso comerciales.
En estos momentos se encuentra al aire en la televisión mexicana el anuncio de un nuevo auto, en donde aparece el doble de Bono, vocalista de U2.
Su nombre verdadero es Pavel Sfera y es yugoslavo. Tiene hasta su página en www.bonodouble.com.
En la misma, el actor explica que es parado continuamente en la calle por fans, creyéndolo el original.
“Jamás digo que soy él, sólo digo quizá o un no lo diré”, indica.
Y es que por cuestiones legales, los dobles de Europa y México tienen prohibido jugar con el nombre del artista. No obstante, a veces los artistas mismos se valen de ellos.
En una gira de Madonna su doble, Lisa Antoinette (que forma parte de Central del Espectáculo), era quien aparecía en una tarima, luego de un supuesto acto de magia.
En México, el doble más caro es el de Luis Miguel, interpretado por el actor Israel, quien cobra por presentación 15 mil pesos con show musical o seis mil por su pura presencia.
Su parecido es tal, cuenta el histrión, que debe adoptar un look diferente cada que sale a la calle.
“Una vez en la playa de Acapulco (donde vive el original), iba con mis bermudas y lentes y de pronto volteé y vi a una fila de niños siguiéndome”, cuenta Israel.
Su inicio como doble del intérprete de “La incondicional” se dio luego de que el primer doble, Luis Montoya, decidió retirarse. Al principio ensayaba diario los movimientos y voz del cantante, ahora sólo lo hace de dos a tres veces por semana.
Lo curioso es que no es fan del recién estrenado como padre.
“Ni lo he saludado personalmente, pero de que sabe que existo, lo sabe.”
Los dobles también son utilizados para confundir a fans y representantes de la prensa. Víctor Jackson, doble de Michael, el llamado Rey del Pop, fue contratado por el sello Sony Music para dicha tarea cuando el intérprete llegó para ofrecer conciertos en el Estadio Azteca.
“A él lo sacaban por un lado o por otro y yo despistaba a todos”, cuenta.
Durante los 27 años que lleva como doble, ha visitado continuamente Estados Unidos, donde la gente se le acercaba hablándole en inglés, como si fuera el original.
Mensualmente, dice, es contratado para 15 ó 20 shows.
“Cuando Michael era un fenómeno, llegué a tener miedo cuando llegaba a algunos lugares, porque las personas pensaban que era él y querían quitarme la ropa”, relata.
Por ello, Israel, el doble de Luis Miguel, acepta que siempre pide seguridad en lugares donde cree que va a pasar lo mismo. “Nunca sabe uno cuándo va a haber un novio celoso o machista”, recalca.