Cientos de viviendas se vinieron abajo por el terremoto de 7.9 grados que aterrorizó a los peruanos el miércoles. Sobrevivientes del barrio de Guadalupe en Ica, Perú, acampan en las calles luego que el sismo los dejara sin viviendas. (Fotografías de AP y EFE)
Deja el sismo viviendas destruidas, carreteras cortadas y miles de heridos en las zonas impactadas.
El terremoto de 7.9 grados en la escala de Richter registrado el miércoles en Perú elevó el saldo a por lo menos 400 muertos, mil 500 heridos y unos 80 mil damnificados en el departamento de Ica, al sur de Lima, informó ayer el Gobierno.
Desde entonces se han registrado varias réplicas, lo que ha causado pánico entre la población. El Gobierno declaró luto por tres días. Las cifras de víctimas difieren, pues la ONU contabiliza por lo menos 450 muertos. Lo cierto es que el saldo va en aumento conforme pasan las horas.
El Instituto de Defensa Civil (Indeci) emitió ayer un reporte preliminar, con base en un balance de las zonas afectadas del departamento de Ica, en el cual advirtió que los damnificados por el fuerte movimiento telúrico podrían aumentar.
Imágenes divulgadas por la televisión local mostraron un panorama desolador, con cadáveres en las calles, viviendas y una Iglesia Católica destruidas, carreteras cortadas, embarcaciones hundidas y hospitales llenos de heridos en las zonas impactadas.
El jefe del Gabinete ministerial, Jorge del Castillo, informó que el Gobierno está concentrando todos sus esfuerzos para apoyar a las víctimas del movimiento que remeció al país y que llevó al Ejecutivo a declarar “zona de desastre”.
“Pido a los peruanos solidaridad y que se sumen al llamado del presidente (Alan García) a una convocatoria de apoyo”, manifestó Del Castillo en breves declaraciones a la prensa tras indicar que ya se ha desplazado equipos médicos, alimentos, frazadas y medicinas.
El presidente Alan García se encuentra en la localidad de Pisco, Perú, una de las ciudades más afectadas por el sismo. Alan García estuvo en la iglesia de San Clemente, donde fallecieron decenas de personas, pues en el momento del temblor se celebraba un oficio religioso.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, se encuentra en contacto con el Gobierno peruano “y está listo para ofrecer apoyo con medidas que incluye el uso de fondos emergentes y el envío de un grupo de asesores de manejo de desastres y expertos en coordinación”, dijo el vocero del organismo Michele Montas.
El Papa Benedicto XVI expresó su pesar por las víctimas del terremoto e “imparte a los afectados y a quienes les socorren, la confortadora bendición apostólica, como signo de afecto al querido pueblo peruano”.
DEAMBULAN SOBREVIVIENTES
En medio de escombros, como fantasmas, cubiertos con sábanas y frazadas, cientos de sobrevivientes deambulaban por las calles de Chincha, una de las más afectadas por el terremoto que remeció el sureste del Perú.
Unas 200 personas eran atendidas de golpes y fracturas en las afueras de un hospital, también afectado por grietas en su estructura por el sismo que duró alrededor de dos minutos y que tuvo su epicentro en el océano Pacífico, cerca de esa población y de las localidades de Pisco e Ica, también seriamente dañadas.
Recorrer Chincha es como visitar un pueblo destruido por bombas, con vastos sectores en los que no quedaban muchas casas en pie, construidas con adobe en su mayoría.
“Todos tenemos miedo de volver a nuestras casas... estamos asustados, con miedo de lo que ha sucedido”, dijo aún llorosa María Cortez, sentada en una silla plástica junto a la mitad de su casa destruida.
“Esto es bien feo, nunca hemos tenido este percance... toda mi casa se cayó”, explicó Luzmila Huamán, quien perdió a una pequeña sobrina bajo las ruinas de su hogar.
Y si Chincha lucía devastada, el escenario se repetía en la cercana ciudad de Pisco, al menos el 70% de Pisco fue destruida por el movimiento y el panorama en Ica lucía también desolador cuando las primeras imágenes televisadas del lugar enseñaban las carreteras destruidas, puentes caídos y hogares sin luz eléctrica.
Las cifras en general corresponden a las víctimas registradas en Ica y sus alrededores, una zona cercana al epicentro que se encuentra en el litoral del océano Pacífico. Ica está 265 kilómetros al sureste de Lima.
Se movilizan gobiernos de AL para ayudar a Perú
Los gobiernos de Latinoamérica y España reaccionaron ayer con anuncios de pesar y envíos de ayuda al Perú tras el terremoto que afectó gran parte de su territorio en la víspera y desde Chile las manifestaciones de solidaridad dejaron a un lado recientes discrepancias fronterizas.
La presidenta, Michelle Bachelet, dijo que se comunicó con el presidente Alan García “para expresarle a nombre del Gobierno de Chile y del pueblo chileno los sentimientos de pesar por las víctimas y nuestra solidaridad en estos duros momentos”.
Bolivia y Colombia fueron los primeros en enviar ayuda. En La Paz, el ministro de Defensa boliviano, Walker San Miguel, señaló el Gobierno estaba enviando “un avión con 12 toneladas de solidaridad” y que viajará “un equipo del Grupo SAR de la Fuerza Aérea de Bolivia (FAB)”.
“Va ir en la aeronave, se va a quedar a trabajar con Defensa Civil de Perú, en la misma ciudad de Pisco, ayudando en salvamento, al trasladado de enfermos”.
En Bogotá, el presidente Álvaro Urib,e entregó un mensaje de solidaridad y anunció que espera viajar a Lima en los próximos días para expresar su apoyo al presidente Alan García y ofrecer la ayuda de Colombia.
“Queremos poner un grano de arena a fin de que la hermana nación supere esta tragedia”, dijo Uribe. Se estimaba que Colombia enviara ayer un cargamento con unas 20 toneladas de ayuda humanitaria y también unos 20 socorristas.
En Brasilia, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo estar consternado por las trágicas consecuencias del terremoto y ofreció asistencia humanitaria para las víctimas. Lula dijo que el Gobierno enviará toda la ayuda humanitaria que se precise para “mitigar el sufrimiento de las familias”.
De acuerdo con el Palacio de Gobierno, el presidente Alan García solicitó a Brasil el envío de agua, medicinas, comida en latas o en conserva y tiendas de campaña.
En Buenos Aires, el canciller Jorge Taiana informó a su colega peruano José Antonio García Belaunde que la Argentina enviará ayuda humanitaria.
En Madrid, el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero expresó sus “más sentidas condolencias” por la “gran pérdida de vidas humanas y los daños materiales provocados” por el terremoto.
Zapatero, quien se manifestó “profundamente conmovido” por la catástrofe, rogó a García que transmitiera este “pesar” a los familiares de las víctimas, así como sus “deseos de recuperación a los heridos”.
En tanto, algunas organizaciones de ayuda internacional también anunciaron paquetes de ayuda para la atribulada nación.
La Cruz Roja Internacional envió dos aviones con cargamentos de ayuda y anunció la entrega de 205 mil dólares para un fondo de emergencia, mientras que el programa de Desarrollo de las Naciones Unidas repartirá dos paquetes de 100 mil dólares.
