EFE
Washington.- San Valentín es, en Estados Unidos, la fiesta del amor pero, como todo tiene su contrapunto, cada vez más es también la celebración del "anti-romance".
Los que no quieren celebrar "cursilerías", los que no creen en "tonterías comerciales" los despechados o simplemente los que son solteros y sin pareja, cada vez se organizan más y mejor para responder a una fiesta que, de una u otra forma, mueve anualmente miles de millones de dólares.
Una reciente encuesta de la tarjeta de crédito Discover indica que el año pasado, los hombres gastaron una media de 127 dólares este día y las mujeres 74. En total, según cifras del 2005, se calcula que en este día se gastaron 13 mil 190 millones de dólares.
La fiesta, por tanto, se extiende y se transforma para ampliar las arcas de restaurantes y tiendas de flores, diamantes, bombones y, sobre todo, tarjetas.
Las estadísticas indican que el 14 de febrero es, después de Navidad, el día en que se vende una mayor cantidad de tarjetas "conmemorativas" del amor y de todo lo que se quiera relacionar con la vida rosa y cargada de corazones.
Según datos del sector, se venden unos 190 millones de tarjetitas -en su mayoría de cursi contenido pre-escrito- y el 85 por ciento de los compradores son mujeres.
Mujeres enamoradas, amantes y, muchas de ellas también madres obligadas por la costumbre ya que, no en vano, en todas las escuelas de EU se ha creado ya el hábito de que cada niño escriba -y compre, claro- una tarjetita de "valentines" a cada uno de sus compañeros de clase.
Son millones de tarjetas que cantan al amor. Pero, como según los últimos datos del censo de EEUU, el 51 por ciento de las mujeres de EU son solteras -61 millones- la industria de la tarjeta ofrece ya productos para los despechados o, simplemente para los que no tienen pareja.
El mensaje del "anti-romance" va por el camino de "el amor mata lentamente" y cunde entre los que creen que la "fiesta del amor" es comercial y, sobre todo, cursi.
En Cleveland, Ohio, pusieron en marcha el año pasado un original festejo: "El anti-valentine bus tour", que este año ha tenido que reforzar su activo y organizar, en lugar de un autobús dos. Se llenarán de personas que, a su manera, protestarán ante tanta dulzura rosa. Su color será el morado.
Son solteros o despechados dispuestos a divertirse con música no romántica y cócteles que -por favor¡ - ni sean rosas ni tengan demasiado azúcar.
Se trata, en opinión de Matt Brick, director de la página de internet "antivday.com", de una revancha no sólo de los solteros, sino también de muchas personas casadas a quienes no les gusta esta fiesta porque "crea mucha presión, tanto emocional como financiera".
Según como se mire, no le falta razón.
Desde otro ángulo completamente distinto, los investigadores privados también quieren sacar partido de esta euforia amorosa y la cadena de televisión Fox va a dar cabida a quienes no viven tanta perfección y embeleso .
El programa anunciado a modo de blog en su página Web se llama "Valentines sospechosos. ¿Le engaña su compañero?" y en él, un equipo de investigadores privados expertos en infidelidades amorosas se dispone a contestar a las preguntas capciosas de sus angustiados comunicantes semi-anónimos.
El investigador privado Tony de Lorenzo y sus colegas ponen un blog a disposición de los que tienen la mosca detrás de la oreja y piensan que sus amados están distraídos... o les engañan.
De momento, en el "chat", se leen comentarios tan tristes como "todas las mujeres que he tenido me han engañado" o avisos a navegantes que piensan que su amante, que engañó a otro/a para venirse con él/ella, no les engañará nunca. "Alguien que engaña una vez engañará siempre", sentencian en el blog.
Pero mientras llega la infidelidad, las tiendas de flores y bombones hacen su agosto en febrero y los amantes fieles, los infieles que quieren mantener las apariencias o todos aquellos que quieren sorprender por algún motivo, pasarán por los mostradores correspondientes.
Patricio, un ecuatoriano que regenta una tienda de flores en Washington, asegura que estos días, duplica tanto sus ventas como sus costes. "Hasta el transporte cuesta el doble", explica mientras asegura que, con todo, el negocio estos días es redondo.
Será que el amor -o el desamor- al final lo puede todo.
