Reportajes

Santa no se olvidó de los pobres

Santa no se olvidó de los pobres

Santa no se olvidó de los pobres

YOHAN URIBE JIMÉNEZ

El mejor regalo que pudo recibir la familia Belmonte de la colonia Valle la Rosita, fue convivir juntos la Navidad.

Son la 12:00 de la noche del 24 de diciembre. A esta hora muchas familias de la Comarca Lagunera reparten regalos, brindan con copas con vino, comparten platos de comida y se dan muchos abrazos, ‘cobijados’ por el calor de una mesa. Pero el panorama no es el mismo en todos lados. Allá en la colonia Valle la Rosita, ubicada al sur oriente de la ciudad, dos familias se reúnen alrededor de una hoguera donde 4 niños ‘alumbran’ la noche con el brillo de sus ojos, en espera del Santa Claus, que ‘bajará’ por los cerros del oriente a dejar algo en el árbol que Alberto sembró a la entrada de la casa.

La casa de la señora Margarita Pérez, “es un jacal” como ella misma lo dice y tiene razón, literalmente es un jacal, está construido con pedazos de madera, algunos cartones y unos hules que sirven de paredes, el piso es de tierra y tiene un baño en la parte de atrás, que no cuenta con drenaje, por lo que tienen a la mano el saco de cal para ‘disfrazar’ los olores y las infecciones, su casa no cuenta con los servicios públicos mínimos, agua, luz y alcantarillado y no tiene más que una habitación donde se resguarda de la intemperie junto a su esposo, José Ángel Belmontes.

Al lado de la casa de Margarita vive su hija Karina Ibarra de 26 años, con su esposo Alberto Vásquez, quien según sus mismas palabras “tiene 39 años dándole golpes a la vida”. Su jacal no es diferente al de sus vecinos, de la misma manera está construido sobre un piso de tierra, no tiene un diámetro mayor a 40 metros cuadrados, las paredes son hules, cartones y algunos trozos de madera que le dan la firmeza. Cuando el aire sopla en esta colonia las casa parecen ‘temblar de miedo’ y en su interior se cuela el frió de un diciembre que no respeta la miseria.

Karina y Alberto viven con sus cuatro hijos: Jesús de 11 años, quien sueña con ser futbolista y es hincha del América, cosa que no le gusta a su hermanito Carlos Alberto de 9 años, a quien le gusta estudiar, bailar, dibujar y es seguidor fiel del Santos. Melisa Guadalupe es otra de las hijas, tiene 7 años, le encanta bailar y es la que pone la alegría en las reuniones de la familia, dice que cuando crezca quiere ser maestra al igual que su hermana Lluvia Sofía, de 6 años, quien es más tímida pero al igual alegre y muy aplicada en la escuela.

“Esta Navidad ha sido muy difícil, a mi esposo no le pagan muy bien en su trabajo, es recolector en uno de los contenedores de basura de la Alianza y mi yerno que trabaja en la construcción, también se las ve ‘negras’, a veces no hay mucho trabajo para él, batallamos mucho para comprar dos kilos de carne para asar, con unas tortillas y unos frijoles, esa será nuestra cena de Navidad, pero lo más importante es que en esta fecha que es de amor y de familia, estamos todos acá reunidos, mi yerno, mi hija mis nietos y nosotros, eso no lo cambiamos por nada”.

Son las 10 de la noche y la reunión de la familia es en el patio de la casa de doña Margarita, entorno a una fogata que más que un símbolo, es una medida de protección para el frío, una fogata que significa para esta familia, mesa, mantel y cubiertos, pero también peligro, ya que una chispa puede ocasionar una tragedia ya que las paredes son de cartón y hule. Al rededor de ella han puesto dos sillones y algunas sillas, un pequeño reproductor de música, alegra los corazones bailadores de los niños que juegan y sonríen a un lado del fuego, mientras esperan con ansias la visita de un Santa Claus que no conoce de marginación ni asentamientos irregulares.

Mientras comparten algunos refrescos y calientan unas tortillas en un pequeño asador, la familia hace un recuento, manifiestan su felicidad por encontrarse reunidos, “el mejor regalo que nos podían hacer en esta Navidad, sería que nos trajeran agua, luz y alcantarillado a esta colonia, por que acá se sufre mucho por los servicios públicos y según hemos escuchado a la líder de la colonia, nos quieren vender los terrenos en 30 mil pesos, quieren 5 mil de enganche y mensualidades de 2 mil pesos, de donde vamos a sacar para pagar esa cantidad, mire como tenemos los jacales” dice doña Margarita mientras espera que llegue la Navidad.

En la cena todos compartieron su significado de la Navidad, a las 10:30 de la noche, mientras las tortillas ‘volaban’ del asador a los platos. Don José Ángel resumió lo que para él significa esta fecha con dos palabras, “amor y familia”, mientras que doña Margarita servía los frijoles charros y les decía a sus nietos que ellos eran una bendición, que la Navidad significaba compartir unidos en familia y darle gracias a Dios por las cosas que tenían. Mientras, los cuatro niños cenaban atentos a las palabras de su abuela y su padre, quien esta noche había puesto sobre el asador, lo principal del menú, dos kilos de carne.

Son las 11 de la noche, los niños todavía siguen a la espera de Santa, el brillo de sus ojos es otra luz que ilumina los jacales de la familia. Melisa y Carlos Alberto dan muestra de sus dotes de bailarines con algunos pasos de Reggaeton. El frío es cada vez más intenso, por lo mismo Karina y su esposo surten la fogata con algunos leños de madera y cada vez hay que acercarse más, sobre todo cuando el viento sopla, a pesar del frió, en todos los rostros se percibe la alegría de la Nochebuena, el espíritu de la Navidad no conoce de carencias dice Carlos Alberto mientras abraza a sus dos pequeñas hijas.

Llegadas la 11:45 de la noche todos nos preparamos para el brindis. En la casa de don José Ángel y doña Margarita no hay champagne, vino tinto, sidra, ni siquiera para cerveza hubo dinero, la única ‘caguama’ se desapareció antes de la 10:30, el brindis lo realizamos con un refresco de sabor manzana, en él se ‘depositaron’ los mejores deseos navideños de una familia que a pesar de todas las necesidades económicas por las que pasan, le dan gracias a Dios por encontrase reunidos y estar llenos de regalos, porque para ellos los mejores regalos no cuestan dinero, los mejores regalos son abrazos y besos.

Por fin se llegaron las doce de la noche, “era Navidad”, el espíritu navideño invadió los jacales de doña Margarita y de su hija, por unos cuantos segundos las paredes de cartón y los techos de hule lucieron impecables, la tierra del piso no se levantó esta vez con los pasos de los niños, los padres y los abuelos que se buscaban entre carreras y sonrisas, para encontrarse en un abrazo, los besos acompañados de la frase “feliz navidad”, vencieron la temperatura que reclamaba constantemente más leña para la hoguera.

De un momento a otro y como por arte de magia, Santa Claus, paso por la colonia Valle la Rosita, ubicada al sur oriente de Torreón, no se escucharon sus típicos jo jo jo, las campanas del trineo, ni el trote de los renos, ni descendió por una chimenea que no existe y dejó a las plantas del pino que le regalaron a Alberto cuando era jardinero y que sembró enfrente de las dos casa, varios regalos, que habrían de llenar de luz los ojos de los niños de esta familia, los muñecos y los carros no venían envueltos en papel regalo, los cubrían bolsas de plástico que no importaron a la hora de su destape, los niños felices salieron a encender las luces de bengala, contentos porque Santa no los había olvidado.

A la mañana siguiente las cenizas de la hoguera eran las únicas testigos de una noche de sonrisas, abrazos y amor, la realidad golpeó otra vez las puertas de los jacales de doña Margarita y su hija, los niños jugaban contentos por entre la tierra que se levantaba con el viento de la mañana del 25 de diciembre, mientras que Carlos Alberto su padre, continuaba dándole ‘martillazos’ a la vida. Karina buscaba los alimentos para preparar, don José Ángel madrugaba para ir conseguir el pan, entre basura y doña Margarita se enfrentaba a un nuevo día en un sector desprotegido.

Leer más de Reportajes

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Reportajes

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Santa no se olvidó de los pobres

Clasificados

ID: 320444

elsiglo.mx