Marcelo Delgado Rosales, alumno de la escuela primaria Miguel de la Madrid en el ejido Palo Blanco muestra que no sale agua del grifo del agua, antes de salir de la escuela.
Alumnos de escuela de Palo Blanco asisten sólo 3 horas por la falta del vital líquido.
EL SIGLO DE TORREÓN
Gómez Palacio, Dgo.- Aunque acaba de regresar de vacaciones, Marcelo Delgado Rosales de ocho años, asiste sólo tres horas a la escuela primaria Miguel Hidalgo, del ejido Palo Blanco, ya que las autoridades escolares han decidido dejar salir temprano a los 130 estudiantes por la falta de agua, tanto para consumo humano, como para los sanitarios.
En las mismas condiciones se encuentran los habitantes de las comunidades Palo Blanco y Buendía, quienes acudieron a la Presidencia Municipal de Gómez Palacio para pedir pipas de agua y la solución a los problemas de abastecimiento que padecen desde hace dos años. Ante esto las autoridades reconocen que se está agravando la situación en el medio rural.
“Hemos tenido que suspender las clases, van de ocho a 11 de la mañana, porque no tenemos agua en los sanitarios, ni para tomar”, señaló José Inés García Rentería, director de la citada escuela primaria.
“Tienen años diciendo que van a interconectar un pozo y que no lo pueden terminar porque cuesta mucho dinero”, reclamó Rosa María Becerra Hernández, jefa de cuartel del ejido Palo Blanco.
Palo Blanco y Buendía son parte del perímetro Lavín, conformado por 32 ejidos, donde habitan 16 mil personas y cuyo pozo de abastecimiento de agua se agotó el año pasado. Desde entonces tienen el sistema de tandeo, aunque con pobres resultados pues al abrir el grifo, “no sale ni una gota, pero eso sí, cada mes llega puntual el recibo”, señala Benigna Salazar.
Ante la ausencia del alcalde Octaviano Rendón Arce, Felipe Martínez Ayup, titular del Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado Rural (Sideapar), atendió a los manifestantes y les informó que: “¡el pozo nos está dando ocho litros por segundo para tantas comunidades, si estamos haciendo milagros para darles agua a todos!”.
Detalló que actualmente el organismo a su cargo no cuenta con pipas para transportar agua, pues la única que tienen se las donó el Ayuntamiento pero está en reparación y “la tengo en Lerdo y me la tienen hasta el lunes”, aunque se comprometió a conseguir los vehículos necesarios para abastecer del vital líquido a las citadas comunidades.
Martínez Ayup, detalló que ya se concluyó la perforación del pozo de Abisinia –el que se agotó- pero que será hasta dentro de 30 días cuando se concluya la interconexión de la fuente.
Mientras tanto desviará agua del perímetro Sacramento, donde habita un promedio de ocho mil personas, para hacerles llegar agua a los manifestantes y advirtió que con esto “se quedará un día sí, un día no sin agua, tal y como está el perímetro Lavín”.
El funcionario municipal reconoció que “sí está grave el desabasto que tenemos y la solución es incorporar este pozo... lo que pasa es que conforme va aumentando el calor, pues obviamente el consumo es mayor y empieza a bajar la presión, tenemos muy baja presión en ese perímetro”.
En La Popular no es diferente la situación
Blanca Estela Romero vive en el ejido La Popular, donde el agua es escasa. Levantarse de madrugada no es garantía de que podrá contar con el líquido, puesto que hay días en que sólo sale aire por las llaves.
De acuerdo con la joven madre, esta situación la han vivido desde hace tres años, tiempo en el que han solicitado el apoyo del Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado (Sideapa) pero todo ha sido en vano.
Desde entonces, Blanca, todas las noches deja su llave abierta con la esperanza de que pueda llenar unos cuantos botes y con ello tener agua para beber, “me acuesto un ratito, me levanto como a las once (de la noche) para ver si sale agua, cuando veo que sí, entonces me acuesto otro rato y trato de dormir, después de un par de horas, me vuelvo a levantar para poner otra tina y así toda la noche hasta que logro tener bastante agua para tomar y hacer la comida, pero en ocasiones me queda para darle a mis cuatro puerquitos”, dice la mujer.
“Pero no siempre es posible”, dice Blanca pues en ocasiones sólo sale aire por las llaves “y es entonces cuando tenemos que buscar entre los vecinos a alguien que sí cuente con el servicio y llenar nuestros botes, más que nada para los niños”.
Comprar agua purificada es imposible, asegura la madre de familia, pues el ingreso que se tiene a diario no es el suficiente para hacerlo.
Blanca comenta que desde que el problema de desabasto de agua inició solicitaron el apoyo del Sideapa, “el cual nunca llegó (...) pero cuando uno se pasa de la fecha de pago, vienen de inmediato a cortarnos el agua, a lo cual no nos oponemos”, dice la madre de familia.
