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Se destapa la cloaca

El organismo que rige el ciclismo a nivel mundial le pidió al ex ganador del Tour de Francia, Bjarne Riis, que devuelva la camiseta amarilla de campeón de 1996 después de su confesión de que usó drogas para mejor el rendimiento durante la carrera. (AP)

El organismo que rige el ciclismo a nivel mundial le pidió al ex ganador del Tour de Francia, Bjarne Riis, que devuelva la camiseta amarilla de campeón de 1996 después de su confesión de que usó drogas para mejor el rendimiento durante la carrera. (AP)

Agencias

Copenhage, Dinamarca.- El ganador del Tour de Francia de 1996, el danés Bjarne Riis, admitió ayer haber utilizado la hormona eritropoyetina (EPO, por sus siglas en inglés).

Riis se unió así a las confesiones de dopaje de otros ex integrantes del equipo alemán Deutsche Telekom (en la actualidad denominado T-Mobile), como ya hizo el alemán Erik Zabel.

“Sí, me he dopado, tomé EPO” (fármaco que estimula la producción de glóbulos rojos), declaró Riis en una conferencia de prensa en Copenhage, Dinamarca. Si Zabel admitió, entre lágrimas, que consumió EPO entre 1994 y 1996; Riis informó ayer que lo hizo entre 1993 y 1998, por lo que su conquista de la ronda gala, en 1996, se ve empañada.

Sin embargo, Riis no le dio relevancia a la posibilidad de que se le retire el “maillot” amarillo como ganador del Tour en aquel año por esta confesión. “Mi camiseta amarilla está en el garaje de mi casa y pueden tenerla cuando quieran.

“No tiene ningún valor, lo que tiene valor para mí son los recuerdos”, afirmó el ex corredor. Por otro lado, remarcó que la decisión de tomar EPO fue sólo suya, y que los galenos de Telekom sólo cumplían el cometido de vigilar que los ciclistas no se extralimitasen.

Varios médicos de Telekom admitieron haber colaborado con ciclistas a doparse durante su trabajo con este equipo germano, pero negaron que tal práctica continúe en el actual T-Mobile.

Riis quiso recalcar que tanto su confesión de ayer como su decisión de usar sustancias prohibidas en los años 90s son un acto individual, y en el que no desea involucrar a terceros.

“Yo compré la EPO y yo la tomé”, señaló. Riis se negó a vincular al alemán Jan Ullrich, retirado de las pistas recientemente por la presión recibida ante las acusaciones de dopaje, o aconsejarle cómo actuar ante este escándalo.

“Jan debe hacer lo que sea mejor para él”, consideró el corredor danés al tiempo que manifestó desconocer si su ex compañero de combinado había recurrido o no al dopaje.

Explicó además que su declaración estuvo influenciada por las confesiones que otros ex colegas de profesión han realizado en los últimos días, como la citada del “sprinter” Erik Zabel.

“Hasta ahora no había sentido la necesidad de confesar nada. Pero los recientes acontecimientos en Alemania le han dado nueva actualidad al tema”, continuó Riis.

“He venido aquí como persona privada para dejar atrás el pasado y poder construir algo para el futuro”, finalizó Riis en su comparecencia voluntaria ante los medios en Copenhage.

Asimismo, los ex corredores Christian Henn, Bert Dietz, Udo Bolts y Rolf Aldag admitieron haber tomado EPO, lo que ha reavivado el debate del dopaje en Alemania y en Europa.

También los ex médicos de Telekom, Andreas Schmid y Lothar Heinrich, reconocieron que ayudaron a los ciclistas que querían doparse desde mediados de la década de los 90s.

Fiscales piden suspensión de Basso

Los fiscales del Comité Olímpico Italiano recomendaron ayer que el ciclista Ivan Basso sea suspendido 21 meses por su relación con el escándalo de dopaje Operación Puerto.

Basso está acusado de “usar o intentar usar una sustancia o método prohibido” y de “posesión de sustancias y métodos prohibidos”. El jefe de los fiscales, Ettore Torri, dijo que la duración del castigo propuesto aplica sólo si Basso violó el reglamento una vez.

La UCI ha dicho que apelará ante el máximo tribunal deportivo del mundo si las sanciones contra Basso no son lo suficientemente rigurosas. El presidente de la UCI, Pat McQuaid, ha dicho que quiere una suspensión de dos años. Basso fue suspendido por la Federación Italiana de Ciclismo, después de admitir que tuvo vínculos con la pesquisa española sobre el dopaje de sangre.

El campeón del Giro de Italia confesó “un intento de dopaje”, pero aseguró que nunca llegó a hacerlo.

Basso y su abogado no estuvieron disponibles para comentar.

Otro ciclista italiano, Michele Scarponi, también reconoció su participación en el escándalo pero negó haberse dopado.

La pesquisa española comenzó en mayo de 2006 cuando el médico Eufemiano Fuentes y otras personas fueron arrestados en Madrid bajo la sospecha de proveer servicios de dopaje a ciclistas.

La investigación involucró a más de 50 ciclistas y desembocó en la expulsión de Basso, Jan Ullrich y otros siete competidores del Tour de Francia del año pasado.

El nombre de Basso apareció en una lista de ciclistas que presuntamente tuvieron contacto con Fuentes.

Inicialmente, el italiano fue absuelto, pero el comité olímpico reabrió el expediente el mes pasado luego de recibir bolsas ocupadas en la pesquisa española que presuntamente contienen su sangre.

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