Bloquean republicanos aprobación del proyecto sobre migración, habrá un nuevo intento de aprobarlo a fines de mes.
La propuesta reforma de las Leyes migratorias estadounidenses fue pospuesta indefinidamente luego que intentos por limitar un destructivo debate en el Senado fueran rechazados en dos ocasiones.
El líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, Harry Reid, retiró la medida de consideración -aunque prometió insistir en ella- y expresó frustración por la falta de cooperación de la minoría republicana en favor de una legislación auspiciada por el presidente George W. Bush y aseguró que fuera del Senado hay apoyo por la reforma.
Fuentes enteradas sugirieron que habría un nuevo intento de lograr la aprobación de una reforma antes de fines de junio.
De hecho, el senador Edward Kennedy puntualizó que “hacer nada no es opción”, mientras su colega republicano Mel Martínez, líder también de ese partido, afirmaba que “sería irresponsable” abandonar el intento.
Reid afirmó que la mayoría continuará “en el futuro” sus esfuerzos por lograr la aprobación de una reforma migratoria, pero “¿cuándo será? No lo sé...”.
El líder demócrata recordó, en todo caso, que ésta “era una Ley del presidente Bush, no de los demócratas”. Horas antes, luego de fracasar por 33 a 63 votos el intento de poner fin al debate para pasar a la votación definitiva de la medida, el propio Reid había advertido que si el Senado no daba su aprobación al terminar el debate, la retiraría de consideración.
El segundo intento fracasó por 45 votos contra 55 y Reid anunció que buscaría la aprobación de la Ley en otro momento, pero aquí se considera que la ventana política para la votación de una reforma migratoria ha sido limitada por la inminencia de las campañas electorales para la Presidencia, que de hecho ya empezaron.
“Quiero terminar esta Ley, pero no puedo hacerlo solo”, dijo Reid, al exhortar al presidente Bush a aportar votos republicanos a la legislación y asegurar que senadores republicanos demandaron tiempo para enmiendas y propuestas aunque no esperaban votar por la legislación.
Mitch McConnell, líder de la minoría republicana, rechazó,, sin embargo, la acusación y aseguró que “estábamos muy cerca” y sólo hubieran sido necesarios “un par de días adicionales”.
Reid expresó su reconocimiento a “siete valerosos republicanos” que votaron por el cierre del debate, pero no hizo mención de los 12 demócratas que votaron en contra y fueron a su vez reconocidos por McConnell.
Durante una conferencia de prensa, Reid había subrayado que la propuesta era una “Ley del presidente Bush”, no demócrata y que la negativa republicana a limitar el debate a través de enmiendas redundantes sólo buscaba prolongarlo para evitar el análisis de otros problemas, como los precios de energía, la situación del procurador general Alberto Gonzales y la guerra en Irak.
La frustración fue visible también en Arlen Specter, uno de los pocos senadores republicanos que apoyó la legislación, al indicar que el asunto está “vivo” porque el problema está presente y no hay alternativas. Specter se alegró, en todo caso, de que Reid y McConnell hubieran expresado voluntad para regresar a ese debate.