EFE
Pekín.- Una aldea del sur de China se ha hundido más de un metro en una semana debido a las obras de una línea de ferrocarril que debía pasar por debajo de la localidad, lo que ha obligado a sus 257 habitantes a vivir en tiendas de campaña, informa la prensa estatal.
El hundimiento comenzó el 29 de diciembre en el pequeño pueblo de Chafu, de la región autónoma china de Guangxi, aunque el caso ha saltado a la actualidad hoy al publicarse en los diarios estatales fotos de campesinos soportando los rigores del invierno en tiendas de campaña del ejército.
Al parecer, los obreros comenzaron las obras ese día, usando dinamita, sin reparar en que se trata de una zona de cuevas kársticas.
Las cuevas estaban inundadas de agua que ayudaba a soportar el peso del suelo, pero con las obras, el agua ha descendido y se ha producido un hundimiento de más de 105 centímetros, según expertos citados por el diario "Beijing Times".
Numerosas casas se han agrietado y amenazan ruina, mientras que algunos establos se han derrumbado matando vacas y cerdos, lo que supone grandes pérdidas a los campesinos que dependen de estos animales para su sustento.
La empresa encargada de las obras, que esperaba terminar el túnel en mayo de 2007, ordenó la evacuación del pueblo el día en que comenzó a dinamitar el subsuelo.
Aunque los obreros les avisaron de que habían surgido "imprevistos", los campesinos, que hablan un dialecto diferente, no les entendieron y la mayoría regresó a sus casas después de las explosiones.
El líder comunista de la aldea les convenció para que la evacuaran con urgencia, pero muchos se resistieron y pidieron retrasar la salida para poder salvar su ganado.
Se desconocen qué medidas se tomarán para frenar el hundimiento, pero la empresa que lleva a cabo las obras de la línea ferroviaria ya ha prometido indemnizar a los campesinos, según uno de los capataces, Tan Gong.
Las 43 familias afectadas continúan en un campamento provisional, y están "tranquilas" aunque esperan una solución al problema, según la prensa.
