Indagan las causas del accidente; es el tercero de una aeronave comercial en el país en tres meses.
YOGYAKARTA, Indonesia.- El ministro de Transporte de Indonesia enfrentaba el miércoles pedidos para que renunciara después que un avión de pasajeros efectuó un aterrizaje de emergencia y se incendió, matando a 22 personas.
Más de 115 personas lograron escapar a través de las salidas de emergencia de la aeronave, dijeron las autoridades y algunos testigos.
Los sobrevivientes, muchos de ellos ensangrentados y aturdidos, expresaron que el Boeing 747-400 se sacudió violentamente al aproximarse a toda velocidad al aeropuerto de Yogyakarta. La aeronave se salió de la pista de aterrizaje, rebotó tres veces antes de pasar por encima de una cerca, y terminó en un arrozal.
"Antes de que el avión aterrizara se sacudía. Repentinamente había humo al interior del fuselaje, aterrizó en la pista y se detuvo en un campo sembrado de arroz", indicó el dirigente local islámico Dien Syamsudin. "Vi a un extranjero, sus ropas se incendiaban y salté por la puerta de emergencia. Gracias a Dios que sobreviví", agregó.
El Gobierno ordenó investigar el accidente, el tercero de una aeronave comercial en el país en tres meses. El día del Año Nuevo, un avión se estrelló en el mar, matando a 102 personas a bordo. Algunas semanas después, otro avión se quebró cuando aterrizaba, aunque no hubo víctimas.
Varios sectores reclamaron la renuncia del ministro Hatta Radjasa, que también fue criticado por una serie de hundimientos letales de transbordadores, entre ellos uno en el que murieron 400 personas.
"No debería permitirse que se lave las manos por esto", expresó el legislador oficialista Burhanudddin Napitulu, refiriéndose a Radjasa. "El público le ha perdido toda confianza. La gente tiene miedo de tomar aviones, trenes o transbordadores porque los desastres nunca terminan", sostuvo.
Cerca de 20 extranjeros estaban a bordo del vuelo de 50 minutos que había partido el miércoles de la capital del país, Yakarta. El cielo estaba despejado cuando la aeronave se acercaba a esta población, poco antes de las 7.00 de la mañana.
Un sobreviviente italiano, Alessandro Bertellotti, dijo que el avión se desplazaba demasiado rápido al acercarse a la pista de aterrizaje. Indicó que estaba sentado detrás del ala y vio que el piloto intentaba detenerlo, y que el incendio comenzó poco después del impacto en los asientos que estaban frente a él.
Nueve de los pasajeros eran australianos, la mayoría personal diplomático y periodistas que viajaban a Yogyakarta para un encuentro del canciller de ese país, Alexander Downer, con líderes religiosos y a una conferencia antiterrorista. Las autoridades de Indonesia dijeron que al menos dos australianos estaban entre los muertos, uno de ellos un periodista.
El ministro de Transporte, Radjasa, declaró a la prensa en Yogyakarta que murieron 21 de los 140 pasajeros y tripulantes a bordo del avión, y el resto permanecía desaparecido. Indicó que dos de los muertos eran australianos.
El presidente Susilo Bambang Yudhoyono ordenó una investigación completa del incidente y nombró al ministro de Seguridad para que indague posibles causas "no técnicas", dijo el vocero Andi Mallarangeng en referencia aparente sabotaje.
El incendio comenzó en el frente del avión, cuando aterrizó en el aeropuerto, dijeron los sobrevivientes. Las llamaradas fueron extinguidas más de dos horas después.