México se alista para enfrentar a Argentina en los cuartos de final del Mundial Sub-20. (Archivo)
OTTAWA, Canadá.- El estado sicológico puede imponerse a lo físico. Prueba de ello se nota en los chicos de la Sub-17 que ganaron el Mundial de hace dos años.
Se trata de los mismos jóvenes que forman la base del conjunto que se ha mantenido bajo el mando de Jesús Ramírez, un convencido de que antes de preparar a los jugadores en el aspecto físico, técnico y táctico está lo mental. Así enfrentan el Mundial Sub-20 en Canadá.
“Es algo en lo que se ha trabajado desde el inicio, desde que comenzó este proyecto como una Sub-15 y me da mucho gusto que después de tanto tiempo, los chavos mantienen la costumbre de enfocarse en conseguir lo que desean. Eso también impacta a los rivales”, comentó el técnico.
Los entrenamientos de la selección juvenil se dividen en su mayoría en dos sesiones, una en la que se trabaja lo físico y futbolístico. Pero además, Ramírez ha creado un plan de trabajo con apoyo de material audiovisual, enfocado en el fortalecimiento de la seguridad y confianza en sí mismo, así como en el resto de sus compañeros. Videos, charlas, música, fotografías. Todo lo que pueda generar un ambiente de armonía es bienvenido en el seno del grupo encabezado por Chucho, como le llaman los futbolistas.
“Se trabaja con base en la manera de pensar de cada uno. Tenemos mucho material con el que podemos complementar la preparación física con la mental, lo que ha sido fundamental en el éxito de este equipo”, comentó Patricio Araujo.
El capitán del equipo se muestra como el primer convencido de que el trabajo sicológico que ha hecho Ramírez con ellos los ha fortalecido como una familia en la que todos corren para el mismo lugar.
Ninguno de los jugadores anda solo en el hotel, autobús o el campo. Siempre hay mínimo dos seleccionados juntos, que luego de trabajar pasan el tiempo entre bromas y juegos.
Dos Santos es más directo que Araujo al respecto: “una buena mentalidad es nuestra principal arma. Este equipo siempre muestra un gran deseo por encarar cualquier compromiso y eso se ha convertido en una de nuestras principales cualidades”.
Pero ¿cómo lograr que después de tantos años de proceso no se pierda el concepto?
Araujo respondió la pregunta: “los sentimientos de este grupo son muy puros, siempre vamos a jugar con el corazón y dejarlo todo en la cancha para después no pensar en el hubiera...”.
“Somos una gran familia”, dijeron otros como Efraín Juárez y Jorge Hernández, los inseparables del medio campo. “Como veo las cosas puedo asegurar que estamos más unidos que cuando ganamos el Mundial Sub-17, dijo Hernández.
“Estamos con el objetivo bien claro, sabemos que puede haber obstáculos, pero mientras mantengamos la forma de encarar los compromisos saldremos adelante como hasta ahora”, complementó Juárez.
El partido contra Argentina será una de las más duras pruebas que esos chicos enfrentarán en el torneo. Serán 90 minutos en los que la concentración y mentalidad que han trabajado en todo este tiempo deben aparecer para mantener intacto el objetivo.
“Queremos ser campeones del mundo y tenemos que pasar sobre cualquiera para conseguirlo”, finalizó Araujo como el portavoz de un grupo convencido de que el éxito es cuestión de mentalidad.
Ramírez se queja por fallas en arbitraje
Al final del partido ante Congo, Jesús Ramírez, técnico de la Selección Mexicana, evitaba hacer alguna declaración en contra del arbitraje que perjudicara el camino de México en la Copa del Mundo Sub 20.
Se contuvo durante la conferencia de prensa realizada después del juego, pero, al revisar el video del partido, explotó: “Te hace sospechar. Ayer estaba enojado, pero hoy, después de hacer el análisis de lo que sucedió, lo estoy más”.
Por eso, hará una protesta ante la FIFA: “lo platicaré con Decio –De María, secretario general de la Federación Mexicana de Futbol (FMF). Tenemos el video. No estamos hablando cosas que no sean ciertas. Las imágenes lo marcan así, me parece que fuimos injustamente tratados por el arbitraje”.
La molestia del estratega mexicano fue evidente desde que el juego estaba en desarrollo: hablaba con el cuarto árbitro, manoteaba, le gritaba al central en busca de una respuesta que nunca llegaría.
“No vale la pena hablar del arbitraje”, se dijo Ramírez para no arruinar el festejo por la clasificación de la Selección Sub-20 a cuartos de final. Así se fue a dormir.
Pero la mañana de ayer, el técnico nacional no contuvo más la inconformidad respecto al arbitraje del húngaro Viktor Kassai. Ramírez se mostró enojado por las marcadas diferencias en la manera de juzgar las entradas de africanos y tricolores.
Agregó que muchas de las tarjetas de amonestación que recibió México en los 90 minutos del partido se produjeron por acciones menos peligrosas que las realizadas por los congoleños.
“Los árbitros se ponen nerviosos. A lo largo del partido hubo golpes graves, como el golpe a Domínguez, a Esparza, cosas que merecen tarjeta, pero a veces están más preocupados por los reclamos de la banca, y no por cuidar a los jugadores”, sostuvo.
La protesta de Ramírez se sumó a la inconformidad de la delegación mexicana por el largo traslado que tuvo que realizar el equipo, a pesar de haber quedado como primero del Grupo C.
El defensor Julio Domínguez salió del juego ante los africanos con un fuerte golpe en el costado derecho del rostro. Antes, había recibido una patada de Ibarra, quien salió expulsado mucho tiempo después.
“Hubo muchas jugadas fuertes, por parte de ellos, que no se marcaron como debían”, explicó el defensor, al momento en que el médico Gonzalo Luna le prescribía un antiinflamatorio.