Molesta a Secretaría de Seguridad Pública el decomiso de centenares de armas por parte de la Sedena.
EL UNIVERSAL
TIJUANA, BC.- Esta ciudad permanecerá sin policía hasta que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) devuelva las mil 610 armas que recogió a la policía local para descartar la posibilidad de que hubieran sido utilizadas para cometer algún delito, advirtió el secretario de Seguridad Pública local, Luis Javier Algorri Franco.
En conferencia de prensa, manifestó su inconformidad por esta medida que se le notificó vía oficio emitido por la Sedena, pues consideró que tanto la ciudadanía tijuanense como los propios policías se encuentran a merced de la delincuencia.
Alertó que no habrá quién atienda los reportes de auxilio que se reciban en la central de radio, ya que las corporaciones estatales (Policía Ministerial y Policía Preventiva) no cuentan con elementos suficientes para acudir en caso de alguna emergencia.
Algorri Franco recordó que el miércoles los militares habían realizado una primera revisión a las armas de los municipales, sin embargo este jueves de manera repentina se le notificó, a través de la representación militar en Tijuana, que de nueva cuenta debía poner a disposición del Ejército el equipo bélico del municipio.
A raíz de ello, expuso la situación al secretario de Seguridad Pública del estado, Víctor de la Garza Herrada, y fue cuando se le notificó vía oficio número 215 que se trataba de una revista extraordinaria que fue ordenada desde la ciudad de México.
Mientras tanto, los dos mil 100 agentes policiacos fueron citados en la explanada exterior del Palacio Municipal, donde debían presentarse según el turno laboral que les correspondería, incluso en el horario nocturno a pesar de que este jueves la temperatura de Tijuana alcanzó los siete grados Centígrados acompañada de lluvia ligera y helada.
Referente al aseguramiento de las armas por parte del Ejército, trascendió que esta acción es similar a la ocurrida en abril de 2002, cuando militares desarmaron a medio centenar de agentes de la Policía Ministerial, municipales y custodios penitenciarios para detener a 40 elementos acusados de proteger al cártel de los hermanos Arellano Félix.
En esa ocasión, fue detenido el entonces subprocurador de Justicia del Estado en Tijuana, Rogelio Delgado Neri, quien dos años después fue asesinado en un bar de la ciudad junto con dos escoltas y dos clientes del lugar.
En dicho operativo también fueron trasladados a la ciudad de México el subdirector de la Policía Estatal Preventiva, Jaime Niebla González, actual comandante de la Policía Ministerial en Tijuana; el entonces director de la Policía Municipal de Tijuana, Carlos Otal Namur, y otros jefes policíacos, algunos de ellos fueron puestos en libertad unas horas después de las detenciones.
