Un policía del municipio de Santa Catarina fue ejecutado de diez impactos de bala, ayer viernes por sicarios que se dieron a la fuga. Los hechos ocurrieron sobre la calle Oro y avenida Las Torres del municipio conurbado de San Pedro Garza García. Con esta ejecución suman 33 los crímenes relacionados con la delincuencia organizada en Nuevo León, 15 de ellos en contra de policías. (El Universal)
En marzo se registran 212 asesinatos en el país, con un promedio de al menos nueve muertes violentas
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- La guerra interna que libra el crimen organizado en el país se recrudeció, principalmente en donde las fuerzas federales aplican operativos de seguridad, de tal forma que en lo que va de este mes se han registrado 212 asesinatos, con un promedio de al menos nueve muertes violentas al día, según estadística.
Del primero de enero al 23 de marzo de 2007 en el país se reportaron 535 muertes violentas relacionadas con actividades de la delincuencia organizada y el narcotráfico, contra 475 en igual período de 2006, con la característica de que en este año entre esas víctimas se incluyen 72 agentes de diferentes corporaciones polícíacas federales, estatales y municipales.
En 2006 se reportaron 144 asesinatos en enero, 323 en febrero y 475 en marzo y este año fueron 147 en enero, 321 en febrero y 535 en lo que va de marzo. Las víctimas, -en su mayoría- incluyendo policías, fueron encontradas con señales de torturas, casi siempre atados de pies y manos, amordazados y algunas de ellas mutiladas, desmembradas o decapitadas, si bien muchas fueron ultimadas en sangrientos ataques perpetrados por pistoleros con armas de alto poder.
En lo que va del año, el ataque en contra policías -que algunas autoridades atribuyen a supuestos nexos con bandas rivales de crimen organizado- se ha centrado en Nuevo León, donde ya fueron asesinados 13, seguido de Sonora con ocho, Guerrero siete y Michoacán y Sinaloa con seis agentes muertos en cada estado. Los otros asesinatos de policías se registraron en Chihuahua (5), Aguascalientes (4), Guanajuato (5), Baja California (3). Veracruz (3), Durango (2) y Morelos (2), además de que en Tamaulipas, Tabasco, Quintana Roo, Hidalgo, Zacatecas, Colima y Chiapas, mataron a uno en cada entidad.
En Nuevo León, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz, Tamaulipas y Tabasco se mantienen los llamados Operativos de Seguridad que implica una fuerza federal integrada por efectivos del Ejército Mexicano y agentes especiales, apoyados por tierra y aire, para contener la violencia, combatir el tráfico de drogas y desarmar a la población.
El asesinato más reciente se registró este viernes en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León, conurbado con la zona metropolitana de Monterrey, donde el comandante de la Policía local, Antonio Samaniego Hernández, de 35 años, murió baleado dentro del automóvil que conducía, un Tsuro negro.
La muerte del comandante se produjo luego de que en esta semana se encontraron dos cadáveres con mensajes en los que se advertía que “van a continuar” los ataques hasta que los altos mandos de la Policía del estado dejen de proteger al jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En Cananea, Sonora, el ex agente del Ministerio Público Federal, Gustavo Vega Rendón de 37 años, fue gravemente herido por desconocidos que balearon desde otro automóvil la camioneta que conducía causando la muerte de Marga Lizet García Valenzuela, la mujer que lo acompañaba y quien recibió un balazo en la cabeza. Asimismo, en Culiacán, Chetumal y Tapachula, reportaron hallazgos de cinco cadáveres.
En Morelos, la Procuraduría Estatal informó haber encontrado el cadáver de una mujer de unos 35 años de edad, con un disparo en la nuca, junto al de un menor en Coatlán del Río.
Descarta funcionario de NL renunciar por narcoamenazas
“No está en mi esquema renunciar”, afirmó ayer el secretario general de Gobierno de Nuevo León, Rogelio Cerda.
Recientemente Cerda fue amenazado y acusado por un cártel del narcotráfico de estar protegiendo a los operadores del Cártel de Sinaloa y particularmente a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El miércoles y el jueves fueron localizados dos cadáveres con mensajes escritos sobre cartulinas, las cuales estaban clavadas en los cuerpos con un picahielo.
Los textos advertían que los asesinatos “van a continuar” hasta que funcionarios de altos mandos del estado dejen de proteger al capo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa.
Los mensajes iban dirigidos contra el procurador Luis Carlos Treviño y el secretario general de Gobierno, Rogelio Cerda.
Al secretario lo amenazan diciendo que con “todo y guardaespaldas” lo van a matar junto a toda su familia.
“No está en mi esquema renunciar”, afirmó el mediodía de ayer viernes Rogelio Cerda en una breve entrevista.
Mencionó que está dispuesto a comparecer ante las autoridades para aclarar la acusación de que proteger al Cártel de Sinaloa.
Comentó que su principal prioridad es respaldar el proyecto de Gobierno del mandatario Natividad González Parás.
Ayer viernes, las bandas de la delincuencia organizada continuaron con las ejecuciones.
La víctima fue un policía del municipio de Santa Catarina. Hasta ahora, suman 15 los policías asesinados por el narcotráfico en Nuevo León de un total de 33 crímenes violentos en lo que va del año.
Narcomensajes, teatralidad de capos
Las recientes decapitaciones o narcomensajes encajados en los cuerpos de los ejecutados forman parte de la teatralidad que ejerce el crimen organizado, consideró la investigadora en temas relacionados con la sociocultura del narcotráfico del Centro de Estudios Culturales del Museo de la Universidad Autónoma de Baja California, Lilian Paola Ovalle Marroquín.
Se trata, dijo, de una parte necesaria en su lucha simbólica de poder, que instaura en el imaginario colectivo el enorme poderío de estas redes.
“Con esta sucesión de imágenes logran de manera contundente informar a la sociedad con la que interactúan que defenderán su proyecto económico y harán respetar sus particulares reglas”, subrayó.
Para mantenerse en el negocio, dijo la entrevistada, los narcotraficantes se ven obligados a ejercer un poder mayor que el de cualquier empresario legal, dado que incluye la instrumentación de la violencia; sin embargo, la motivación de origen no es el control y el poder territorial, sino la persistencia de su proyecto ilegal: Son comerciantes más que potentados.
“Los narcotraficantes no sólo tienen que protegerse de sus adversarios sociales y estatales: la infraestructura empresarial, sino también sus fortunas y su misma libertad e integridad personal. En este contexto resulta evidente la necesidad del ejercicio del poder, llegando incluso a la instrumentalización de la violencia”, dijo la entrevistada.