MÉXICO, DF.- Saúl, el hijo de Elvira Arellano, no sabe si quiere quedarse en México. Hoy sólo le preocupaba que su perrita Daisy -con la que llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México procedente de Chicago- estuviera tranquila y no le rasgara la mano a su mamá, a quien en esos momentos se le cortaba la voz para decir:
“En esta lucha él (Saúl) era quien me mantenía de pie. Si yo quiero seguir luchando desde aquí, lo necesito conmigo”. -¿Extrañabas a tu mamá? Se le preguntó a Saulito como lo llama su madre.
-Un poquito -respondió el niño, quien no sabe que él es uno de los más de 3 millones de casos de familias que han sido divididas a causa de las deportaciones, de acuerdo con el Pew Hispanic Center. -¿Te quieres quedar en México?
-No sé -contestó el niño de ocho años, que en dos ocasiones ha estado rodeado de policías, justo en los momentos en que han aprehendido a su mamá en Estados Unidos.
Elvira Arellano, quien fue deportada el pasado 19 de agosto luego de permanecer refugiada en una Iglesia en Chicago por más de un año para evitar su deportación por ser indocumentada, aún tiene fe de que podrá regresar en menos de 20 años a Estados Unidos.
Por lo pronto ya ha pensado en una vida compartida con su hijo, pero en Marabatío, Michoacán, de donde ella es originaria. “Quiero compartir tiempo con mi hijo, que conozca a mi familia, a mis sobrinos, sólo quiero que se sienta feliz en mi país. Voy a comenzar a buscar escuela para que aprenda a leer y escribir mejor el español y si quiere regresar a Estados Unidos lo podrá hacer cuantas veces quiera”, dijo Arellano y agregó:
“Sus primos le van a hacer una fiesta de bienvenida para que se sienta feliz de estar aquí en México y también le gusta mucho el agua y allá hay una alberca cerca donde va a poder nadar”.
Elvira confía en que la Administración del presidente Felipe Calderón pueda otorgarle su cargo diplomático como embajadora de la paz, justicia y esperanza para los migrantes, pero también quiere que el Gobierno tome una posición más fuerte y así como concreta acuerdos como el de libre comercio y de combate a las drogas con Estados Unidos, llegue a uno migratorio.
Consideró que no hay razón para que México se quede cruzado de brazos ante una política migratoria de Estados Unidos, porque ellos necesitan a los migrantes.
Elvira Arellano no tiene acordada una nueva entrevista con el presidente Felipe Calderón, pero ya tiene agenda en territorio mexicano y centroamericano: asistirá el 12 de septiembre a Tijuana a una manifestación pacífica en contra de las redadas deportaciones y separación de familias y en octubre hará una gira por Centroamérica para hablar sobre migración.
